La lucha contra la violencia es de clases
Este 25 de noviembre redoblamos nuestra lucha contra el capitalismo
El 25 de noviembre se conmemoró el Día Internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer, hubo manifestaciones en distintos países. La lucha librada contra los femicidios revela la situación de marginalidad, pobreza o dependencia económica en la cual se encuentran las mujeres. La violencia contra la mujer encuentra cifras escalofriantes en el aumento de los femicidios a escala continental. En Argentina en lo que va del año se registraron 277 muertas, una cada 32hs. La lucha contra la violencia hacia la mujer viene ganando las calles con movilizaciones multitudinarias en toda Argentina.
No es posible comprender la violencia hacia la mujer por fuera de las relaciones entre las clases sociales, en el marco de las relaciones capitalistas de producción. Sobre la mujer trabajadora recaen las tareas domésticas, el cuidado de los niños e incluso de los enfermos del núcleo familiar. Las mujeres somos explotadas y oprimidas al mismo tiempo, en el ámbito laboral y en el ámbito doméstico. Por otra parte, la profundización de la crisis económica, producto de la pandemia aumentó los índices de desocupación, de precarización laboral, además hubo devaluación del salario, al mismo tiempo que continuaron suba de los alquileres. Las tomas, como en Guernica, mostraron la realidad de cientos de mujeres con familia y sin vivienda. La respuesta del Gobierno fue el desalojo con represión.
El presidente Fernández pretende embanderarse con los reclamos más sentidos del movimiento de mujeres, poniendo en funcionamiento un Ministerio de la Mujer, Género y la Diversidad. Sin embargo, este no resuelve las principales demandas de las mujeres, que son parte del conjunto de los trabajadores. El Gobierno, al igual que las organizaciones feministas, plantean que “el problema de la violencia de género es cultural”, por lo tanto, es necesario re educar a los varones. Nada dicen de la situación miserable en la cual se encuentran la mayoría de las mujeres. Por otra parte, las situaciones de violencia se profundizaron durante la cuarentena producto de la crisis económica. A un año del “Gobierno de Todos”, se evidencia que gobiernan para pagar la deuda externa.
La lucha contra la violencia debe fundarse en la lucha por el derecho a la vivienda, por el reparto de las horas de trabajo para terminar con la desocupación, por salario igual a la canasta familiar, por jardines materno infantiles, por la lucha para que se socialicen las tareas domésticas, por la legalización del aborto junto a la expropiación de las clínicas y laboratorios privados. Es necesario debatir con el resto de los trabajadores, exigir paro a las centrales sindicales, la lucha contra la violencia hacia la mujer está ligada a la lucha por mejor las condiciones de vida. Es necesario organizarnos en nuestros lugares de trabajo, en los barrios, en las fábricas con independencia política del Gobierno.