Vicentin: Impunidad garantizada para los que se robaron todo
Siguió operando a través de otras empresas, repitiendo los mismos mecanismos.
Una pequeña empresa, Díaz & Forti, (Grupo Olio) multiplicó sus exportaciones operando sobre las instalaciones de Vicentin. De exportar menos de 4 millones en 2019 pasó a exportar por 630 millones en 2020, sin contar con un capital o préstamos que soporten semejante crecimiento. El Banco Central sanciona a la empresa que reporta 450 millones de dólares exportados y no liquidados al 30 de septiembre, un incumpliendo el 98% de sus obligaciones. La otra es Oleaginosa Moreno, del grupo suizo Glencore que se convirtió en el mayor exportador del país. Entre ambas empresas tomaron toda la actividad de Vicentin.
Vicentin es una empresa en concurso de acreedores, sus ex directores están acusados en causas penales por estafa contra acreedores privados, el Banco Nación y el fi sco, por eso está inhabilitada para exportar. Con autorización del Juez pudo “alquilar” sus instalaciones, pese a denuncias explícitas de que el grupo Olio y Glencore están continuando en las sombras con las actividades de Vicentin, burlando a la Justicia y a sus propios acreedores.
¿Cómo pudo ocurrir? Por qué el gobierno no tomó en sus manos las instalaciones de la empresa para cobrarse las deudas fraudulentas, para operarlas y mantener todos los puestos de trabajo. Esa era la importancia de expropiar y estatizar toda la actividad de la empresa.
Las sanciones recientes del Banco Central contra estos grupos que operan bajo la sombra de Vicentin no resuelven el problema. Por el contrario, su espacio será ocupado por los 3 o 4 grupos que dominan el sector y celebran las sanciones.
El Estado debe monopolizar totalmente el comercio exterior. Única forma de impedir todas las maniobras de subfacturación de exportaciones, de triangulación con otros países para pagar menos impuestos y retenciones, y de ingresar al país la totalidad de las divisas. Para regular también la prioridad que debe tener el abastecimiento del mercado local. El Estado debe tomar el control directo de todas las vías navegables y los puertos, terminando con su privatización.
Estas tareas tan elementales de defensa de la soberanía nacional no las podrá cumplir ningún gobierno burgués, es notable su debilidad, cobardía e impotencia frente a los grandes grupos económicos. Estas tareas serán tomadas por la clase obrera en el poder, acaudillando a todos los oprimidos de la ciudad y el campo, como parte del plan de la clase obrera que ponga todos los recursos materiales y humanos al servicio del desarrollo de las fuerzas productivas.