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Falleció Tabaré Vázquez, expresidente del Uruguay, del Frente Amplio

“Gobierno de izquierda”, “presidente de izquierda”, la “izquierda en el poder”, son expresiones comunes para calificar al gobierno del Frente Amplio en Uruguay y al ex presidente Tabaré Vázquez recientemente fallecido. Es una terminología muy utilizada en nuestros países para ocultar el carácter de clase de los fenómenos.

Les podrá parecer ofensivo pero sus gobiernos y sus presidentes han sido burgueses. ¿Por qué? Porque han garantizado la gran propiedad privada de los medios de producción, los negocios de los grandes capitalistas. Han sido administradores del régimen político de la dictadura del capital. El poder ha seguido siempre en las mismas manos.

Y peor aún, se crea la ficción de que lo mejor que podía suceder al hermano pueblo uruguayo era contar con un gobierno “de izquierda”.

No desconocemos que el FA y Tabaré gozaron y gozan de una gran popularidad, como quedó demostrado en la multitudinaria despedida de homenaje al expresidente que ganó la intendencia de Montevideo en 1990 y llegó a la presidencia en 2005 y 2015.

 

Los límites del progresismo

¿Qué “reformas” reivindican sus seguidores? Apenas “reducir la pobreza y el analfabetismo”, reinstaurar “la negociación salarial para los trabajadores” e implementar “el Plan Ceibal, que repartió laptops entre los alumnos de las escuelas públicas”.

Tabaré Vázquez se enfrentó con su partido en 2008. Sus convicciones personales lo llevaron a ejercer el veto presidencial sobre la despenalización del aborto, pese al voto mayoritario del Parlamento.

Haber declarado la educación pública como un servicio esencial generó grandes movilizaciones del movimiento estudiantil y los sindicatos que lo obligaron a dar marcha atrás con la medida.

Es muy difundida por la prensa burguesa la honradez de sus gobiernos, la ausencia de denuncias de corrupción personal. Esta cualidad, que debe existir en todo político que se reclame popular, es utilizada para mejor administrar los negocios generales de la burguesía. Uruguay mantiene un régimen de paraíso fiscal, debido a la falta de transparencia bancaria asociada a las cuentas secretas que se engrosan con fondos de dudoso origen y a los trucos contables de grandes empresas, el secreto bancario, etc. Sus gobiernos han defendido este régimen que encubre la mayor corrupción empresaria, la evasión fiscal, la fuga de divisas, la triangulación de importaciones y exportaciones. En los escándalos de corrupción de Vicentin aparecen todas las empresas “espejo” que utiliza en Uruguay. Es curioso que  semejante corrupción permitida y garantizada por los gobiernos izquierdistas sea tomada con tanta naturalidad.

Recordamos también que permitió que se estableciera la pastera Botnia en el río Uruguay, enfrente de Gualeguaychú. Una multinacional finlandesa cuestionada en Europa por los efectos contaminantes de su producción.

Lo más grave fue que Vázquez había planteado la posibilidad de un enfrentamiento bélico con Argentina, pidiendo apoyo al presidente de Estados Unidos, George W. Bush. No se puede dejar en el olvido semejante actitud antinacional, proimperialista. Hasta dónde puede llegar la política de los “izquierdistas” en el momento en que había tantos gobiernos “progresistas” en el Continente.

Es por eso que es tan importante combatir a estos “izquierdistas” en todo el mundo. Son una de las variantes de la burguesía para garantizar su dictadura contra los oprimidos. Son en realidad enemigos de los oprimidos, de la revolución social, del socialismo.

El camino de la izquierda democratizante es una trampa para las masas que son llevadas de una frustración a otra. Es hacer creer que se puede transformar la economía, la sociedad, pacíficamente, legalmente, votando, legislando. Es en realidad un bloqueo para la verdadera transformación de la sociedad que sólo empezará con la revolución social acaudillada por la clase obrera, la única vía para comenzar a construir el socialismo. La dictadura del proletariado, el gobierno de la mayoría oprimida de la ciudad y el campo, un gobierno obrero-campesino.

 

(nota de MASAS nº384)

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