Manifestaciones de la barbarie capitalista
Una caravana de miles de inmigrantes salió de Honduras rumbo a Estados Unidos. Pretendía llegar a la frontera norte de México. A partir de ahí, los hondureños planeaban cruzar la frontera, engañados por la victoria de Biden. En la frontera con Guatemala, la policía nacional pretendió bloquear la caravana. No esperaban que los miserables y hambrientos rompieran el asedio. Luego le tocó el turno al gobierno de López Obrador, de México, de cumplir su acuerdo con Trump, de militarizar sus fronteras y frenar la inmigración.
Más del 50% de la fuerza de trabajo activa está desempleada. La violenta sobreexplotación capitalista aplastó las condiciones de vida de los explotados. Lo que llevó a que la pobreza alcanzara a más del 60% de la población económicamente activa. Es a partir de esta descomposición que proliferan el crimen organizado y el terrorismo de Estado, agravando los índices de violencia y muertes.
Estas condiciones impulsaron la inmigración masiva de hondureños el año pasado a Estados Unidos. Pero fueron detenidos por una violenta represión. La mayoría de los que lograron pasar la barrera policial terminaron atrapados y confinados como animales en campos de detención en Estados Unidos.
El trágico resultado de este intento, sin embargo, no desanimó a miles de explotados. Es mayor el riesgo de morir de hambre que afrontar las largas caminatas y la constante violencia de los grupos criminales y policiales.
La barbarie social a la que están sometidos los inmigrantes expresa la mutilación del gigantesco potencial de las fuerzas productivas por parte del capitalismo en descomposición. La destrucción y subutilización de un excedente masivo de la fuerza laboral mundial pone de relieve las violentas contradicciones entre la producción social y la propiedad privada de los medios de producción, así como con las fronteras nacionales.
Es deber de la clase obrera y de los demás oprimidos defender el derecho irrestricto de los inmigrantes a cruzar fronteras y buscar la solución de sus problemas en la región y el país que elijan. Mientras tanto, el mejor camino es luchar en su propio país contra la burguesía y su gobierno.
El trabajo de la vanguardia con conciencia de clase es ayudar a las masas a comprender que solamente se abolirán las fronteras nacionales – y sus trágicas consecuencias para las masas – al abolir el régimen de explotación laboral. Esto resalta la tarea de superar la crisis de la dirección revolucionaria, construir los partidos marxista-leninista-trotskista en cada país y avanzar en su cohesión en torno a la tarea de reconstruir el Partido Mundial de la Revolución Socialista, la Cuarta Internacional.
(nota de MASAS nº 628 – POR Brasil)