India: Los campesinos continúan luchando contra la ley agrícola privatista del gobierno de Modi
Cientos de miles de campesinos continúan las protestas contra la ofensiva del gobierno de Narendra Modi, para imponer una nueva ley para el sector agrícola, que abre el camino a la privatización y concentración de la tierra, en beneficio del capital financiero, la agroindustria y los terratenientes.
El 27 de enero, día en que se celebra el nacimiento de la República, los campesinos rompieron las barricadas policiales, que bloqueaban el acceso a la capital. Tomaron las calles de Nueva Delhi y ocuparon algunos edificios. Un manifestante murió y más de 80 policías resultaron heridos en los enfrentamientos.
La permanencia de las protestas -han transcurrido casi tres meses de manifestaciones- hizo que el gobierno se echara atrás, revocando algunos aspectos de la nueva ley, como la extinción del subsidio estatal a la energía utilizada para regar las plantaciones. Sin embargo, decidió mantener el fin de la ley que garantizaba la compra por parte del Estado de los productos agrícolas, y ahora los campesinos tendrán que vender gran parte de la producción al sector privado.
Esta es una vía para la transferencia de excedentes, realizada sobre la base de una explotación intensiva del trabajo familiar campesino, al sector monopolista, que concentraría la distribución y comercialización. Por tanto, impondría precios de venta de acuerdo con sus beneficios. Aprovecharía el empobrecimiento de millones de pequeños y medianos productores y los empujaría a arrendar o vender la tierra.
Como señalamos en Massas 625 (diciembre de 2020), la situación política en el país se destacó a fines del año pasado, por la confluencia de huelgas obreras contra la ley de reforma laboral (que incrementó la terciarización y destruyó derechos), con la del movimiento campesino en defensa de sus condiciones de vida.
El desmantelamiento de la huelga (que reunió a 250 millones de obreros) por parte de la dirección sindical provocó el aislamiento coyuntural del movimiento campesino. Pero no cambió su decisión de resistir y radicalizar las protestas, hasta que se derogue la ley agraria. Lo que ahora crea las condiciones para la reanudación de las luchas obreras. Según informes de prensa, las bases obreras de sectores clave de la economía (tecnología, automóviles, petróleo, etc.) han estado presionando a sus direcciones para romper la pasividad y reanudar la huelga general, hasta que se revoque la reforma laboral, aún vigente. .
Este impasse llevó al gobierno de Modi a combinar la represión con maniobras políticas, ofreciendo a los campesinos “mesas de negociación” y suspendiendo provisionalmente las leyes agrícolas antipopulares. Sorprendió al gobierno, el gran apoyo popular en la capital al movimiento campesino.
Es por eso que la ministra de Finanzas, Nirmala Sitharaman, anunció un “plan de obras públicas”, aumentando el gasto público en un 15% hasta 2022 y recortando impuestos para revertir las tendencias recesivas de la economía (-7,7% en 2020). Parte de estos ingresos provendría de la privatización de empresas estatales. Esto representa un nuevo golpe para las condiciones de vida y de trabajo de amplios sectores.
El gobierno es incapaz de responder mínimamente a las necesidades de las masas, afectadas por la crisis económica y pandémica, sin alimentar la crisis política. Lo esencial, sin embargo, radica en que, si bien el movimiento campesino ha demostrado una gran capacidad de resistencia y organización, su victoria definitiva depende, en última instancia, de que el proletariado indio reanude la lucha contra las contrarreformas. Esto resalta la importancia de forjar una vanguardia capaz de trazar un plan de lucha unificado y crear las condiciones para el combate de todos los explotados y oprimidos contra la ofensiva burguesa. De esta manera, se darán pasos decisivos para romper con sus direcciones sindicales y políticas traidoras y conciliadoras.
La nueva fase de la lucha de clases en la India permite a las masas explotadas avanzar en la lucha contra las consecuencias del colapso del capitalismo, construyendo las bases de la alianza obrera y campesina, con la condición de que la vanguardia con conciencia de clase construya el partido marxista-leninista-trotskista.
(nota de MASSAS nº 628 – POR Brasil)