masas-389

Enorme movilización del 8 de marzo en Neuquén

En un contexto de importantes marchas, en las semanas previas en protesta por el asesinato de Guadalupe en Villa la Angostura, más de diez mil personas se movilizaron este 8 de marzo en Neuquén. Si bien la movilización fue común, hubo dos columnas diferenciadas, una fue la encabezada por el feminismo peronista, y otra por la multisectorial de mujeres. Las organizaciones feministas impusieron una consigna que está en la agenda del gobierno nacional: la reforma judicial, y que no tiene nada que ver con el movimiento de mujeres. No fue debatida ni votada en ningún encuentro, ni asamblea de trabajadores, ni tampoco apunta a resolver los problemas fundamentales de las mujeres. Las mujeres, miles organizadas en movimientos de desocupadas, fueron afectadas por la crisis profundizada por la pandemia. Cuando se movilizan por los femicidios, relatan por un lado el rol de la policía y la justicia, y por el otro las condiciones económicas como límite para independizarse. La falta de vivienda y trabajo son problemas fundamentales para las mujeres quienes denuncian a los violentos, ya que no pueden resolver los problemas materiales, como por ejemplo un lugar donde vivir.

Por otro lado se observa la adaptación de las organizaciones de izquierda al feminismo pequeño burgués. Desde que comenzó lo que se conoce como la “ola verde”, se han ido adaptando en toda su línea, en lugar de combatir al reformismo. Lo único que las diferencia es la denuncia a los gobiernos, sin embargo no plantean la causa del problema de la violencia. Mientras que algunas corrientes plantean que se debe votar una ley de emergencia para de esa manera erogar presupuesto para atender a las mujeres violentadas (PTS, IS), otras (PO) sostienen la creación de una comisión independiente, sus consignas son muy limitadas.

Como partido nos organizamos fundamentalmente alrededor del reclamo del no pago de la deuda externa, la socialización de las tareas domésticas y en explicar que la causa de la violencia es la putrefacción del sistema capitalista. Durante la pandemia se profundizó la recarga sobre las mujeres de limpieza de la casa, de la de crianza de los niños, y a esto se suma la inflación. Hay que arrancarle al gobierno el presupuesto necesario, pero eso no va a parar la violencia en la sociedad capitalista. Sistema en las que las mujeres sufren doble opresión y mayor desocupación. El movimiento de mujeres se ha destacado por su radicalidad y por desconfiar de todas las instituciones de la burguesía, desconfianza que es producto de su propia experiencia. La legalización del aborto es un gran triunfo que demuestra cuáles son los métodos para imponer nuestros reclamos, debemos seguir organizadas y movilizadas luchando por la independencia política respecto a los gobiernos y los partidos burgueses, exigiendo que las centrales sindicales tomen nuestros reclamos.

 

(nota de MASAS nº 389)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *