Importantes movilizaciones en todo el país por el Día Internacional de la Mujer Trabajadora
La pandemia, las recomendaciones de distanciamiento social y no utilizar los medios de transporte, no fueron un obstáculo para que se realizaran en todo el país movilizaciones multitudinarias. Están expresando la necesidad de los oprimidos de ganar las calles reclamando por la crítica situación social que se vive ante la parálisis de las organizaciones sindicales sometidas a la política del gobierno. Participaron organizaciones sociales desde los barrios, desde los movimientos de desocupados, partidos de izquierda, agrupaciones sindicales y algunos sindicatos.
Muchos creyeron que aprobada la ley de legalización del derecho aborto la movilización de mujeres se debilitaría. Por el contrario, esa victoria de la lucha la potenció. La lucha por el derecho al aborto ya no ocupa un lugar destacado aunque sí las denuncias sobre los obstáculos para su aplicación concreta.
Los últimos casos de mujeres asesinadas centró las denuncias contra el Estado por el papel de las policías, la justicia y los gobiernos que no protegieron a las mujeres que habían denunciado las amenazas.
Se reiteraba la denuncia: “el Estado es responsable y la Justicia tiene que reformarse”, “las leyes que están no se cumplen: la Ley Micaela no se cumple, la Ley Brisa tampoco”.
La bronca popular se canaliza con razón contra la justicia y la policía, pero apuntando sobre las consecuencias de la violencia y no contra su origen. Toda la violencia, la discriminación, el odio, tiene origen en la sociedad de clase, en la opresión, en la explotación y por lo tanto no podremos terminar con la violencia si no terminamos con la explotación y la opresión, no hay cómo reformar el capitalismo. Podrá haber más leyes, más control de los fiscales y jueces, educación de las policías, pero todo eso no podrá terminar con la violencia, ni siquiera atenuarla. Como correctamente se denuncia ya hay leyes, ya hay protocolos, sin embargo la violencia no cesa. El discurso del gobierno trata de acomodarse a este reclamo cargando las tintas sobre la inacción de la justicia, mostrando también su impotencia frente a la grave situación.
En el caso de Buenos Aires dirigir la movilización y concentración en el Congreso es todo un símbolo, vinculado a la ilusión de que puedan salir de ahí leyes que respondan a los reclamos, creyendo que ahí hay algún poder real.
El PO contribuye con la ilusión reformista como respuesta a la violencia diciendo que “Tratamos de hacer foco en la responsabilidad del Estado y en la necesidad de reforzar la lucha independiente para arrancarle a ese Estado y sus gobiernos medidas reales que vayan en la línea de frenar la violencia. En ese sentido, se señaló que era necesario elegir a jueces, juezas y fiscales por elección popular, porque actualmente son elegidos por el poder político de turno y se deben a gobernadores e intendentes y no a las mujeres trabajadoras”.
En los altoparlantes del Congreso se escucha: “Paramos para reclamar autonomía económica porque vivas, con tierra, con vivienda y desendeudadas nos queremos”. “Soportamos las tareas de cuidado en las casas y en los territorios, más bajos salarios y más desocupación”. Exige “investigación y desconocimiento de la deuda externa ilegítima y fraudulenta del FMI contraída durante la gestión de Macri”. Pero también se reclamó por “igual trabajo, igual salario” señalando que “somos parte fundamental del PBI invisibilizado”.
La forma de plantear el desconocimiento de la deuda externa es importante que esté presente. Pero debe ser toda la deuda, no sólo con el FMI, no solo del gobierno nacional, también debe ser desconocida la deuda de las provincias y las empresas. No sólo la deuda contraída por Macri. Y el camino para imponerlo es la lucha generalizada de masas. El gobierno y el Congreso, con el apoyo de la burocracia sindical, han decidido reconocer y pagar la deuda externa.
También hubo reclamos por la “Ley de cupos” y por políticas de inclusión laboral travesti-trans. La bandera de la clase obrera es reclamar trabajo para todos, sin ninguna clase de discriminación. Los “cupos” para las candidaturas, para ocupar puestos en la justicia o en determinados lugares del Estado crea una ficción de igualdad, de que por esta vía podremos conquistar la “igualdad de género”. No necesitamos una desocupación más igualitaria, sino terminar con la desocupación.
El reclamo por el acceso a la vivienda también estuvo presente. El pliego incluía: “Exigimos urbanización de las villas y barrios populares “. La Comisión de Mujeres de la toma de Guernica, desalojada en octubre, realizó un corte en el Obelisco para denunciar que aún continúan sin respuesta a sus problemas habitacionales: piden “Tierra, vivienda y trabajo genuino para todas” y reclaman “solución ya para las familias de Guernica, Los Ceibos, Rafael Castillo y todas las tomas”.
El POR intervino en las movilizaciones luchando por hacer consciente el significado histórico de esta jornada, cuáles son los reclamos centrales de las mujeres trabajadoras y que sólo mediante la lucha del conjunto de la clase obrera y los oprimidos, con sus propios métodos, se podrán imponer los reclamos. Señalando que el capitalismo es sinónimo de barbarie y no puede ser reformado.