Avanza la destrucción del poder adquisitivo del salario
El salario real de los 5,7 millones de trabajadores privados registrados es el más bajo en los últimos 8 años. Los salarios de los trabajadores no registrados siguen la misma tendencia.
Y el nivel de desocupación es el más elevado de los últimos 15 años. Una elevada desocupación es la mejor arma de la burguesía para presionar a la baja de los salarios.
Son datos que muestran una crisis previa a la pandemia, que sin duda agravó todas las condiciones. Según el estudio realizado, en 2012 los salarios habían recuperado parcialmente poder adquisitivo para derrumbarse a partir de ahí hasta ahora.
En los últimos tres años el salario real privado registrado acumula una caída de más del 18%, de los cuales 8,4% son del último año.
Y desde mediados del 2012 hasta fin del año pasado el salario real privado registrado acumula una pérdida de más del 30%.
El gobierno dice que su objetivo es mejorar el poder adquisitivo de los salarios para estimular el consumo pero deja clavado el salario mínimo vital y móvil en un piso miserable, ajustándolo por debajo de la inflación real. Esa es la señal para los empresarios y también para los trabajadores, más allá del discurso lo que importa es que establecen un salario mínimo que no alcanza para vivir una semana. Y acuerdan con la burocracia que las paritarias no lleguen a acuerdos por encima del 29% para este año, sin tener en cuenta que la gran mayoría percibe salarios de hambre y lo que ya han perdido en los últimos años.
¿Qué armas tenemos los trabajadores para defender nuestro salario? Es evidente que nunca los ajustes alcanzan a cubrir la inflación insoportable. Lo que nos dan con una mano lo quitan con la otra, y más. La respuesta es exigir el salario mínimo igual al costo de la canasta familiar para todos los trabajadores, lo que requiere imponer una lucha generalizada de todos los trabajadores, registrados o no, privados y estatales, afiliados o no a los sindicatos, a los desocupados, a todos. Ya hemos probado que sólo con la lucha generalizada hemos podido imponer los mejores salarios.
Sin perder de vista que tan pronto como aflojamos con las luchas los empresarios vuelven a desatar la guerra de los precios para vaciarnos los bolsillos. Debemos plantear la lucha por la apertura de los libros para conocer los costos reales de toda la economía, tenemos que imponer el control obrero colectivo de la producción y distribución de las mercancías, para conocer la economía real y para poder defendernos mejor.
La economía está altamente monopolizada lo que indica que está madura para su socialización. Un puñado de grupos económicos concentra las tierras, los bancos, la energía, el acero, aluminio, la producción de alimentos, etc. Bastaría con expropiar esos monopolios, muchos de ellos multinacionales, para poder ordenar la economía sobre otras bases. Esto supone la conquista del poder por la clase obrera y los oprimidos.
(nota de MASAS nº390)