Neuquén: El COVID19 dejó al desnudo la privatización y desmantelamiento del sistema público de salud
Mientras que se informaba a la población una ocupación del 99% de camas, al principio de la pandemia sólo existían 120 camas disponibles con respiradores, que rápidamente se agotaron.
Hace años que los trabajadores de salud vienen denunciando este vaciamiento, el principal hospital de la provincia contaba con tan solo 8 camas de terapia intensiva. Por un lado, el principal mecanismo de fuga es a través de la derivación del sistema público al privado, si un paciente llega al hospital y no hay camas, es derivado al sistema privado y todos los costos corren por parte del Estado. Así, los amigos del MPN fueron amasando fortunas y ampliando sus clínicas privadas, esta política contó con la complicidad de las direcciones sindicales.
Por otro lado, el aumento de la privatización es la tercerización del servicio de limpieza y comedor de los hospitales más grandes, lo que genera precarización laboral en los trabajadores de este sector.
Un tercer aspecto de la privatización es el sistema de las obras sociales, incluyendo las estatales. Aunque este sistema esté naturalizado, no debemos dejar de ver que es una privatización del sistema de salud. Todos los trabajadores deberían atenderse en el sistema público sin tener que aportar a un sistema privado, y el Estado debería poner todos sus recursos en el sistema público. La pandemia, la patente de las vacunas y su distribución han dejado en evidencia que no hay otra salida a la crisis sanitaria que un sistema único nacional de salud, que estatice todas las privadas. Sin el aporte de las obras sociales y sin el aporte del estado seguramente muchas clínicas no podrían sostenerse, entonces: ¿por qué se sigue financiando su negocio donde la salud es una mercancía más?
Por la estatización de toda forma de salud privada, por un sistema único, estatal y gratuito.
(nota de MASAS nº390)