De las jornadas de lucha a los actos virtuales

Por segundo año consecutivo el Primero de Mayo ha pasado para el centrismo democratizante sin pena ni gloria. Lo que en los últimos años eran citas autoproclamatorias y sectarias, muchas veces para anunciar una fórmula electoral, retrocedió aún más en su carácter al verse convertidas hoy día en meras referencias virtuales.

El FIT-U por un lado, el Partido Obrero (Tendencia) por el otro y el NuevoMAS por su cuenta han realizado sus respectivas reivindicaciones del Primero de Mayo, detrás de un monitor. Durante el 2020 el argumento de la virtualidad, aunque erróneo, tenía cierto asidero ante lo novedoso de la pandemia. Hoy por hoy, después de más de un año de iniciada la pandemia, el error se convierte en tragedia.

Las decenas de oradores virtuales pudieron haber lanzado discursos incendiarios, podrán haber levantado el puño con tremenda fortaleza o cantado el himno de los proletarios con armoniosa entonación, pero en los hechos se sometieron a la política burguesa de aislamiento social. Han abandonado las calles conscientemente.

¿Cómo se explica dicho fenómeno? Belliboni, dirigente del Polo Obrero, lo marcó claramente cuando sostuvo ante los anuncios del Gobierno que seguirían movilizándose “pero no de la misma manera, no serán miles de personas (El Cronista, 29/04). Y fue Silvia Saravia de Barrios de Pie (integrante del Frente de Lucha Piquetero junto al Polo Obrero) quien completó el razonamiento diciendo que decidieron que la movilización fuese “simbólica” al llevar a 1.500 compañeros en lugar de 30.000.

El anuncio contra los piquetes en la Ciudad de Buenos Aires, la prohibición de actos públicos masivos, no son más que vulgares justificativos ante la cuestión central que les ha llevado a su postura contraria a un Primero de Mayo presencial. Son las presiones de la “opinión pública” – es decir uno de los caminos por los que la política burguesa logra expresarse – y el miedo de asustar a sus votantes en un año electoral, los que han determinado su política, o expresado de mejor manera, han echado luz sobre la misma.

El centrismo se juega el mantenimiento de sus dos bancas de diputados nacionales este año y una decena de legisladores en diferentes ciudades. No están dispuestos a perderlos cometiendo alguna acción “pianta votos”.

Sin embargo, el centrismo elige una dirección diametralmente opuesta a la de la lucha de clases, que no escucha sus razones y no se contagia de sus temores pequeño-burgueses. Es por eso que en Neuquén después de una lucha formidable y ejemplificadora fueron los propios trabajadores de la salud (con todo lo que ello significa) quienes convocaron un acto unitario y presencial, después de casi dos meses de piquetes, asambleas y movilizaciones.

O el propio Colombia ahora, o Chile hace algunos meses, nos muestran que la única forma de combatir la carestía de vida o los ataques contra los oprimidos es en las calles, sin importar cuáles sean las medidas del Gobierno que se dicten con el justificativo de la pandemia.

La izquierda electoralista queda encerrada entonces en su propia contradicción, revelando su contenido centrista. Si realmente fuesen consecuentes deberían haber señalado en Neuquén que haber hecho un acto presencial significa un error, sin embargo lo saludaron. O más bien deberían haber dicho en sus “actos” virtuales que lo correcto era movilizarse como en Neuquén y no verse las caras a través de Zoom o Youtube… pero fueron inconsecuentes y pasaron por alto esa flagrante contradicción.

La situación política entra en una encrucijada que solo la lucha de clases puede resolver. Los luchadores, militantes y simpatizantes de estos partidos deben reflexionar al callejón sin salida que los conduce el democratismo electoralista de sus partidos. Esa reflexión debe traducirse en una conclusión política inevitable sobre la necesidad de poner en pie al Partido Obrero Revolucionario, es decir la única herramienta histórica que permitirá materializar los objetivos estratégicos de la clase obrera en su lucha consecuente por el socialismo.

 

(nota de MASAS nº393)

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