Curso de formación política del POR: Concepción marxista de la opresión sobre las mujeres

La doble opresión que padecemos las mujeres hunde sus raíces en la historia de la sociedad dividida en clases sociales. La subordinación hacia los hombres esconde factores económicos específicos, las características naturales han sido secundarias en este proceso. Nuestras problemáticas actuales se dan en los marcos de la sociedad capitalista, dividida en clases sociales, bajo un contexto de profunda desintegración y barbarie. Es por esto, que no es posible separar la situación de opresión que padecemos del resto de los problemas de la sociedad, causados por la división en clases sociales. La lucha por terminar con la opresión sobre las mujeres solo es posible como lucha de todos los trabajadores por la revolución social.

 

Desde la familia genésica a nuestros días: El tipo de familia, varía según el tiempo, el pueblo, la cultura.

La familia se transforma día a día, no es inmutable. Ha cambiado frecuentemente de forma en las diversas épocas y territorios de la humanidad. La concepción materialista de la historia sostiene que las relaciones sociales están determinadas por las relaciones de producción. Hubo un tiempo en que la única forma de familia era la llamada familia genésica, es decir, aquella encabezada por la anciana madre, en torno a la cual, se agrupaban en la vida y en el trabajo común, los hijos, nietos y biznietos.

La familia patriarcal es aquella que nace del derrocamiento del derecho materno, la instauración del patriarcado fue producto del surgimiento de la propiedad privada y del desarrollo de las fuerzas productivas que trajo la agricultura. La opresión sobre la mujer surge como resultado de la pérdida del carácter social del gobierno del hogar, que se transformó en un servicio privado, la mujer quedó excluida de la producción social y recluida a las tareas del hogar.

Antes del surgimiento del capitalismo eran absolutamente necesarios y útiles todos los trabajos domésticos de la mujer, de los que dependía el bienestar de la familia. Pues, la mujer de otros tiempos no se limitaba a preparar la comida para su familia, sino que sus manos producían muchos otros productos de riqueza, tales como telas, hilos, manteca, etc., cosas que podían llevarse al mercado y ser consideradas como mercancías, como cosas de valor.

El capitalismo modificó totalmente esta antigua manera de vida. Todo lo que antes se producía en el seno de la familia, ahora se produce en grandes fábricas. Dejando desintegrados los fundamentos económicos de la vieja familia y el trabajo que en ella se realizaba. Lo que antes se fabricaba dentro de la familia, ahora se produce en las fábricas con el trabajo asalariado común de hombres y mujeres. Está la base objetiva, sobre la cual se sientan los pilares para la desintegración de las familias patriarcales. Sin embargo, bajo el sistema capitalista, las viejas formas de familias se conservan en función del beneficio de la burguesía como clase social dominante. El peso del trabajo doméstico recae sobre la mujer trabajadora, sin ser reconocido como trabajo socialmente necesario. EL Capitalismo llevó a la gran industria buena parte del trabajo doméstico e incorporó a las mujeres al trabajo social como proletarias pero no desarrolló estas tendencias hasta el final.

 

Cuestión doméstica/opresión-explotación

El trabajo doméstico debe ser visto dentro de las relaciones de producción capitalistas como un todo, a pesar de no integrar directamente la producción fabril. Porque son las tareas domésticas las que garantizan el proceso de reproducción de la fuerza de trabajo y es dentro del hogar donde esa reproducción se procesa.

La familia capitalista por el desarrollo de la industria consume lo que no produce. Además, las tareas domésticas han quedado reducidas a la limpieza, la preparación de comidas (cocina), lavado, cuidado de mayores y enfermos junto a la crianza de los hijos. Trabajos agotadores, que consumen gran parte de las energías diarias. El trabajo doméstico perdió la cualidad de ser un trabajo útil, ya no crea nuevos valores. La familia capitalista se diferencia de las familias de finales del siglo XVII y XIX que producían los alimentos, la ropa, los remedios, objetos que tenía valor de uso y con el correr del tiempo fueron teniendo cada vez más valores de cambio, es decir, se fueron colocando en el mercado. La antigua familia se constituía como una unidad de producción de sus mercancías, en cambio la familia moderna vende su fuerza de trabajo a cambio de un salario, para luego comprar las mercancías necesarias para la subsistencia. Es por ello que no produce lo que consume.

Bajo el sistema capitalista la mujer que solo se encuentra dedicada a la crianza de los hijos y la tarea doméstica, trabaja para que el hombre produzca mercancías, o sea para que el trabajo de otros se efectivice, se fije en un objeto. Desde el punto de vista marxista la realización efectiva del trabajo es su objetivación, su cosificación. Por lo tanto el trabajo de la mujer en la casa, que no se objetiva en nada, no se transforma en un nuevo objeto, pareciera, solo pareciera, que ni siquiera se realiza efectivamente como trabajo. Pero no existe un trabajo que no se efectivice en nada. Siendo así, el trabajo de la mujer sólo puede efectivizarse en el trabajo del hombre, en el producto que él crea.

Las tareas domésticas es posible socializarlas, organizando comedores populares en los lugares de trabajo y de estudio, para garantizar la alimentación de la población con trabajadores preparados para esta tarea. El desarrollo de la industria ha permitido alivianar el lavado y planchado de la ropa, es necesario generar lavanderías populares. En cuanto a la crianza de los niños, los jardines infantiles, las escuelas son espacios que impulsamos para su desarrollo y aprendizaje.

Para lograr este objetivo es necesario un nuevo Estado, un Estado Obrero. Las mujeres revolucionarias luchamos por estos objetivos, para ello es necesario terminar con la burguesía como clase social dominante, terminar con la propiedad privada de los medios de producción. Contamos con la experiencia histórica consumada por las obreras rusas bajo la dirección del partido bolchevique. Contamos con la teoría revolucionaria para nuestra liberación.

 

NOS VEMOS EL SÁBADO 29 DE MAYO A LAS 18HS, PEDINOS EL LINK!!

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