Las elecciones salteñas y sus lecciones

El próximo 4 de julio se realizarán las elecciones legislativas en Salta, apenas unos días después de las primeras del año en Jujuy el 27 de junio. Las de la provincia salteña revisten un interés particular para los revolucionarios por mostrar cabalmente una política condenada al fracaso.

Descontando la obvia presentación del FIT-U del Partido Obrero, PTS, MST (Izquierda Socialista no tiene personería en Salta), aparece en escena un nuevo frente de izquierda integrado por el NuevoMAS y el Partido Obrero (Tendencia). No está de más recordar cuánto han insistido ambos grupos sobre las críticas al electoralismo del FIT-U. Los revolucionarios tenemos la necesidad de caracterizar y comprobar el grado de asimilación de dichas críticas.

 

Los objetivos del nuevo frente electoral

Es importante dividir por un lado cuáles son los que se proclaman, y por otro los que verdaderamente se buscan. Resumidamente el NuevoMAS habla de “potenciar nuestro alcance militante” y “construir una alternativa de izquierda independiente (¡!) … que posibilite un barajar y dar de nuevo (¡!)”, ante el peligro que la izquierda “tenga una sola representación” (¡!). Según Manuela Castañeira (19/05/2021), referente electoral de dicho Partido, lo fundamental es ofrecer una “nueva alternativa” que permita “renovar a la izquierda”.  Es decir, por ahora charlatanería democratizante.

El Partido Obrero (Tendencia) habla de “sumar esfuerzos” (Ramal 06/05/2021), y de corregir “aunque hasta cierto punto, el escenario de una izquierda disgregada en tres alternativas”, puesto que dicha dispersión “atenta contra la necesidad de atraer el interés del electorado (¡!)” (Altamira 07/05/2021). Tenemos nuevamente objetivos que no rebasan el marco de la democracia burguesa. Puro electoralismo burgués.

Se deja ver que los objetivos buscados serían hacer un único gran frente de izquierda que “evite la dispersión” y donde se pueda “barajar y dar de nuevo”, es decir una nueva experiencia que lleva a la frustración. No existe entonces ningún tipo de asimilación de la posición revolucionaria de la clase obrera en la cuestión electoral.

 

Los “críticos” del FIT-U repiten sus errores

Disconformes con el FIT-U, esbozaron durante los últimos años una serie de críticas, la mayoría de ellas despolitizadas y sin encontrar lo esencial de la política electoralista pequeño-burguesa. El NuevoMAS se lanza contra la “asfixia” que representa, y por sus “criterios aparatistas”. Por ahora, traducimos que el interés solo gira alrededor de repartija de cargos.

Pero sostiene que el FIT y sus principales candidatos provinciales “sufren el desgaste de una experiencia frustrada”. Algo similar había colocado Altamira sobre la experiencia del PO con el MAS y el MST en 1993 y 1994: dicho frente “no tuvo mayor relevancia como consecuencia del desgaste de la experiencia frentista desde 1985”. Tienen en común el no profundizar en la crítica programática de dichos frentes electorales, sino que aducen cuestiones de “marketing”, que hace unos años solo el PTS se animaba a incluir como “crítica”. No entendieron lo más mínimo de la cuestión electoral.

El NuevoMAS sostiene que el FIT está “dificultando la unidad” y este nuevo frente haría “temblar la estantería del FIT-U”. La unidad a la que se refiere el NuevoMAS es en términos electorales, y no mucho más. En tanto el PO (T) señala que el PO oficial “ha convertido la presentación de proyectos de leyes en un método de parlamentarismo (cretino)”. Curioso que sea Altamira quien escriba estas líneas cuando fue el autor, por ejemplo, de 3 leyes para convocar una Asamblea Constituyente como salida a la rebelión popular del 2001: mayor cretinismo parlamentario, imposible.

El Partido Obrero Revolucionario pudo pronosticar, desde los orígenes del FIT que ya alcanzó su primera década de existencia, el fracaso de su política. Comenzó por caracterizar sus posiciones y desenmascarando su política electoralista. Hoy día se ve con claridad cuán precisos fueron todos y cada uno de sus pronósticos, en tanto algunos “críticos” aún creen que su fracaso es por el desgaste de sus figuras o por asfixiar al resto de los partidos de izquierda menores. ¡Cuánta ignorancia!

 

Acerca de su programa

Castañeira dice que se presentan a elecciones para “visibilizar esas voces, esas luchas, y al mismo tiempo queremos ocupar esos cargos para poder hacerlo”. Esto lisa y llanamente se llama caza de bancas. No se esboza ni cercanamente una crítica al parlamentarismo, a la democracia burguesa, a los métodos para imponer nuestras reivindicaciones. Nada de nada.

Renglón seguido el NuevoMAS debe sincerarse. Nos dice que “el programa suscripto podría haber sido más ambicioso”(¿?) pero terminaron excluyendo “todas aquellas cuestiones en las que no hubiera acuerdo”. De esta forma actuaron con el método de consenso, es decir un método pequeño-burgués, que teme trabar combate de posiciones políticas. El principal motivo fue que no tuvieron “tiempo de discutir de manera sopesada”. No señores centristas, lo que faltó no fue tiempo, sino posiciones políticas revolucionarias.

El Partido Obrero (Tendencia) lanza su artillería desde otro lugar: “nuestra campaña se centrará en el distanciamiento social de los sectores no esenciales”. Los paladines de la virtualidad escolar, que desde el día cero de su separación del Partido Obrero (oficial) buscaron la legalidad para presentarse electoralmente, muestran la descomposición por la que atraviesa el centrismo. No solo renuncian a la utilización de las elecciones de forma revolucionaria, sino que se suman con armas y bagajes a la política burguesa de aislamiento social.

Los que creían haber descubierto la pólvora por lanzar alguna que otra crítica aislada al FIT-U, hunden sus miembros en el mismo pantano reformista del FIT-U, demostrando que una organización centrista no puede intervenir más que con una política socialdemócrata en el terreno electoral.

 

Sobre la Asamblea Constituyente

Las presentes elecciones en Salta se caracterizan también por elegir representantes para una Asamblea Constituyente provincial, lo que constituye la meca del Partido Obrero (Tendencia). Curiosamente, no se le ha dedicado ni una sola palabra a este hecho, en ninguno de sus artículos. Pareciera que sus gritos en Chile, Colombia, Paraguay, y en cuanto país aparezca una rebelión, de convocar una “Asamblea Constituyente”, no le vale ni un renglón en las elecciones salteñas. Es posible que no se haya tenido “tiempo de discutir de manera sopesada”.

Marcos Tognolini por el NuevoMAS nos dice cuán importante sería que “las necesidades de los de abajo (¿?) tengan rangos constitucional (¡!)”. Y completa Castañeira: “son necesarios los procesos constituyentes (¡!) … para ir a hacer discusiones democráticas (¡!) de fondo (¡!)”. Emulando a Víctor Sueiro, Manuela nos dice que la Asamblea Constituyente serviría “para ir más allá (¿?)”. Sorprende cuán sumergidos en las profundidades del democratismo burgués puede estar un Partido, y consecuentemente un frente.

 

Nuevo frente, nuevo obstáculo

Como lo fue el FIT durante estos 10 años, el nuevo frente electoral nació atado de pies y manos a la política electoralista, con el único objetivo de conquistar (como sea) una banca. Su razón de ser, se convertirá más temprano que tarde, en su propia acta de defunción, como ya ha ocurrido con el frente entre el MST y NuevoMAS a fines de 2016, o la experiencia del Partido Obrero (Tendencia) hace dos años dentro del FIT-U.

Serán un nuevo obstáculo en la necesaria unidad en las luchas, en la coordinación de los conflictos, pero por sobre todo, en la lucha por la independencia política de la clase obrera, confundiendo a una buena porción de sus propias filas militantes. Los 10 años de existencia del FIT-U no han hecho más que dificultar esta enorme tarea revolucionaria.

El nuevo frente adolece de todo lo necesario para presentarse en las elecciones como una organización que se reivindica revolucionaria, y repite todos y cada uno de los errores que caracterizaron el FIT-U desde su nacimiento. No otra cosa podía suceder por la ausencia de política revolucionaria.

En Salta la clase obrera, a pesar de contar con dos frentes que se reivindican sus representantes, no tendrá candidatos, su política revolucionaria no se verá representada, no habrá localmente una organización que señale los objetivos, las tácticas y los métodos mediante los cuales se conquistan nuestras reivindicaciones, sin alimentar las ilusiones en salidas institucionales y democratizantes. La principal lección de esta primera contienda electoral es que solo el Partido Obrero Revolucionario puede ofrecer esta posibilidad. Esa es la lección más importante de Salta. ¡Ninguna ilusión en la democracia burguesa! ¡Anulá tu voto con el programa revolucionario de la clase obrera!

 

(nota de MASAS nº 394)

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