masas-396

El 64,6% de los niños es pobre y 34,3% pasa hambre

Esta situación social extremadamente grave exige adoptar medidas urgentes

Según el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica el deterioro alimentario, físico y educativo de los chicos en la Argentina se profundizó sustancialmente desde el comienzo de la pandemia.

En 2019 un 30,5% de los chicos padecía algún problema de alimentación y ahora es el 34,3%. Pero aquellos niños que padecen hambre más de una vez al día pasó a ser del 14 al 15,6%.

Los indicadores se potencian en el gran Buenos Aires donde el 40% llegó a tener problemas de alimentación y la pobreza infantil se disparó al 75,4%.

El informe sostiene que la atención preventiva de la salud del niño y adolescente sano se postergó de modo significativo en el marco de la pandemia.

En 2019 el 41% de los niños no concurrió a un odontólogo, en 2020 esa cifra fue del 65%. Al igual que las consultas médicas: En 2020 el 31% no fue a un doctor.

No hubo avances en la adquisición de tecnología como PC o celulares. El 63,9% no contaba el año pasado con un celular para acceder a sus estudios y el 33% no tenía acceso a internet. Estos no son datos menores si se tiene en cuenta que en la mayor parte del año no hubo clases presenciales y la única forma de conexión con el colegio era por medios digitales.

Estos son los números de la barbarie social, que tiene carácter estructural. Bajo los gobiernos de Macri y de Fernández se potenciaron pero antes ya era muy elevados.

Esta situación tiene consecuencias irreversibles en cuanto a salud y educación para la mayoría de los chicos. El gobierno, preocupado con llegar a un acuerdo con el FMI y respetar sus recetas, preocupado en respetar la gran propiedad, no puede resolver la cuestión más grave que atraviesa la sociedad.

Es incompatible respetar la propiedad de los terratenientes, de los banqueros, de las privatizadas, de los parásitos financieros con resolver los problemas dramáticos de la mayoría oprimida.

Llevamos 45 años de continua destrucción de los puestos de trabajo, de endeudamiento feroz, de entrega de las empresas públicas y de los recursos naturales, de reducción del poder adquisitivo de salarios y jubilaciones, de precarización laboral. ¡Basta!

Es necesario organizar equipos sanitarios para visitar vivienda por vivienda en cada barrio empezando por los más pobres a la mayoría que ni siquiera accede a la salita o al hospital. El trabajo debe ser sistemático, una y otra vez, para que nadie quede sin atención y poder combatir todas las enfermedades que se están extendiendo debido a la pobreza extrema, la mala alimentación, las pésimas condiciones habitacionales.

Sabemos que el mejor remedio es la buena alimentación desde la temprana infancia, es urgente organizar comedores públicos estatales en los barrios, con todos los elementos y el personal para atender a miles de familias y que no falte la comida nutritiva para los niños y sus familias. Se deben poner en marcha ya mismo.

La entrega de bolsones no alcanza, y los comedores populares tampoco. El gobierno encima reduce las provisiones, por las que paga cada vez más. Resolver el hambre es incompatible con la ganancia capitalista y de todo intermediario. Hasta el último centavo debe asegurarse que llegue al plato. La instalación masiva de comedores públicos en los barrios será, además, un alivio enorme para la gran mayoría de las mujeres que sufren la recarga de trabajo y responsabilidad en medio de la pandemia.

Las políticas de asistencialismo con sus distintos planes apenas atenuaron la gravedad de la situación. Un sector importante de las organizaciones de desocupados colaboran con el gobierno y no plantean acciones radicales para terminar con esta situación. ¡Esto no va más! La clase obrera debe tomar en sus manos las riendas de la sociedad para sacarla del marasmo en que se encuentra. No hay más tiempo para esperar. Es hora de recuperar los sindicatos y las organizaciones sociales para luchar contra el hambre, la miseria y la desocupación.

(nota de MASAS nº396)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *