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El gobierno nacional insiste con la megaminería multinacional para juntar dólares para pagar la deuda externa

Después del fracaso inicial al lanzarse decididamente a la megaminería en Mendoza y Chubut, que tuvo que archivar debido a la tenaz resistencia popular, el gobierno prepara un “plan para triplicar las exportaciones” aspirando a que superen los 10 mil millones de dólares.

Dicen que crearán empleo con salarios promedio de $254.000, el triple de la media. ¿Si fuera cierto, por qué no los pagan ahora las mineras? Es otra mentira para engatusarnos. Como la de los 500.000 puestos de trabajo que se iban a generar hace 15 años. Sumando los trabajadores indirectos hoy no se llega a 100.000. Y tantas mentiras que fabricarán para avanzar con el proyecto multinacional.

La ofensiva del gobierno y las multinacionales es chantajear a la población diciendo que el “40% de nuestros compatriotas son pobres, tenemos que generar trabajo, no prohibir, es una batalla que tenemos que dar y ganarla, y ustedes tienen que ser protagonistas”,  así les habló el secretario de industria Schale a los empresarios de la UIA y el Grupo de los Seis. La burocracia sindical está sumada a las mesas de negociación con los gobiernos y las empresas para aportar su fuerza de choque y otros recursos.

Desde el gobierno dicen que la contribución de la minería al PBI es de apenas el 0,6%, mientras que en Perú llega al 10% y en Chile, al 12%. El secretario de Minería, Alberto Hensel, habla de que en la Cordillera hay “otra pampa húmeda”. Las más poderosas multinacionales del sector son las que hacen también esa comparación y quieren avanzar en el saqueo de nuestro país y ejercen presión.

Desde el gobierno dicen que actualmente hay 15 mineras en funcionamiento y 50 proyectos avanzados, tanto metalífera como de litio.

Lo que quieren es aumentar las exportaciones sin control como se hace en la actualidad, del producto sin elaborar, para que ingresen dólares que se irán para pagar la deuda fraudulenta. El gobierno lo plantea al revés, dice que la minería desarrollará la industria. Como sabemos, la minería no desarrolló la industria en Argentina y tampoco lo hizo en Perú o Chile, es una mentira. Al contrario, nos reafirma como país atrasado y semicolonial, produciendo materias primas sin elaborar para el mercado mundial.

La clase obrera coloca el problema al revés, planifiquemos la economía definiendo qué vamos a producir en las próximas décadas y en función de ese desarrollo estimemos qué minerales se necesitan para ese desarrollo industrial. Entonces la minería estará al servicio del desarrollo de las fuerzas productivas y no de las necesidades de los países imperialistas. En esa planificación de la economía también definiremos qué cantidades se necesitan, de qué regiones se podrán extraer y cuáles son los métodos más aconsejables para la explotación minera. Sólo la clase obrera y la mayoría oprimida estamos interesados en preservar los recursos, para nosotros y para las generaciones futuras. El capital sólo busca la máxima ganancia en el menor tiempo sin importar qué consecuencias tiene sobre la sociedad, el ecosistema u otras actividades económicas.

El programa de gobierno dice que “se insertará dentro del Plan de Desarrollo Productivo Verde, por los esfuerzos para desarrollar las energías limpias y la electromovilidad. Un vehículo eléctrico requiere cuatro veces más de cobre que uno con motor de combustión interna”. Volvemos a lo dicho anteriormente, ¿cuántos vehículos eléctricos se van a producir en la Argentina cada año? Solo así podremos estimar cuánto cobre se necesita para producir esos vehículos. Alertamos, están preparando un discurso muy sofisticado y agresivo para convencer a la población de las ventajas de estos proyectos mineros.

Volverán fuertemente con el verso de la “sustentabilidad ambiental”, sabiendo la enorme lucha en defensa del agua que protagonizaron las comunidades. Buscarán dividir, confundir y maniobrarlas para quebrar su resistencia. Desde el Ministerio de Desarrollo Productivo convocan a los empresarios a enfrentar públicamente lo que llaman “ambientalismo trucho”. Da una idea de la importancia de la campaña que debemos desarrollar para politizar a la vanguardia y a la población para enfrentar esta nueva arremetida del gobierno para abrir paso al saqueo de las multinacionales.

Se habla de tener “los más elevados estándares ambientales”, políticas de prevención, reducción de impactos, gestión de los residuos y rehabilitación al cierre. Todo verso, ya que se controlan ellos mismos, o las instituciones que financian, simplemente presentando declaraciones juradas. La minería no puede quedar en manos privadas, ni nacionales ni multinacionales. Debe ser estatal y bajo estricto control obrero colectivo. Son recursos estratégicos, de fuerte impacto ambiental, necesarios para nuestro desarrollo industrial.

El plan promete incentivar las inversiones que deberían superar los 25.000 millones de dólares. ¿Cuál es el incentivo? Rebajar retenciones a las exportaciones y todo tipo de facilidades.

Debiera llamar la atención que sean los gobiernos que se autodenominan populares los que más incentivan el saqueo de las mineras. No olvidamos el veto a la Ley de Glaciares del Cristina Kirchner ni sus reuniones con Peter Munk en Canadá bajo la bandera de la Barrick Gold.

Rechazamos la megaminería en manos de las multinacionales o los grandes capitalistas nacionales. Toda la minería debe ser estatal, bajo control obrero colectivo. Su explotación debe estar al servicio del desarrollo de la industria. Rechazamos toda pretensión de juntar dólares como sea para pagar a los parásitos el fraude la deuda externa.

La historia se repite bajo gobiernos neoliberales o populares, civiles o militares, unos endeudan al máximo y los que siguen entregan todos los recursos y hacen todos los ajustes para pagar esa deuda. Ese es el rasgo parasitario de una burguesía entreguista, que pisotea la soberanía nacional.

 

(Nota de MASAS nº401)

 

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