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La pandemia y la hipocresía de Fernández

En el contexto de la inauguración de la Clínica Anchorena Itoiz de Avellaneda, perteneciente a la obra social del sindicato UPCN, el actual Presidente dio un discurso que merece ser analizado con mayor detenimiento.

La pandemia puso de total manifiesto el nefasto papel que juegan las Obras Sociales en nuestro país. La medicina en manos privadas se manifestó contraria a la salud de la población, contraria a los intereses nacionales y como un obstáculo real en el combate a la pandemia iniciada en el 2020. UP, como la Obra Social principal de UPCN, y también Accord ostentan el rótulo de ser una de las peores dentro de este ya miserable escenario.

Los distintos gobiernos provinciales y el Gobierno Nacional han tenido un rol lamentable respecto a las Obras Sociales y su desinterés respecto a la salud de sus propios afiliados. El limitadísimo anuncio por parte de Ginés González García (en ese momento Ministro de Salud) de centralización del sistema de salud por parte del Estado duró menos de 12 horas. Las Obras Sociales y la medicina prepaga tuvieron libre albedrío para hacer y deshacer de acuerdo a sus conveniencias. Ni duda cabe que buena parte de los muertos en la pandemia son directa responsabilidad de la política estatal privatista de la salud.

El descolorido discurso de Alberto Fernández en la inauguración del 5 de noviembre comenzó con una barbaridad propia de un delirante: “La máxima autoridad de la OMS me felicitó por el modo en que la Argentina enfrentó la pandemia”.

Acaso ¿lo felicitó por tener 120.000 muertos? ¿por tener uno de los índices más altos de mortalidad a nivel mundial? ¿por el guiño a la medicina privada? ¿por haber demostrado la falta de presupuesto del sistema de salud del país? ¿por tener al personal profesional con más bajas remuneraciones o siquiera nombrada como profesionales de salud (como enfermería)? ¿lo felicitaron por los chanchuyos de la vacunación? O ¿por incumplir los propios protocolos que imponía a la sociedad? Sr Fernández, ¿por qué lo han felicitado?

Las únicas felicitaciones que pudo haber recibido fueron por terminar arrodillado a las exigencias de los bonistas especuladores, a las recetas del FMI, al presupuesto que exigía, a los “ahorros” que impone. Es decir que solo la banca internacional puede felicitarlo por estar cumpliendo su programa a costa del sufrimiento, del hambre y de la pobreza de los oprimidos.

Ni en pandemia, ni en pleno sufrimiento de cientos de miles de familias que veían perder a sus seres queridos, el Gobierno abandonó el puntilloso pago a los especuladores. Está a las claras que frente a la hipocresía de Fernández, la tarea de momento es oponerle la lucha por todas nuestras reivindicaciones, con nuestros propios métodos, conscientes de nuestra fuerza, para evitar futuras felicitaciones de parte del FMI. Esta lucha es una ruptura con la política burguesa de Alberto Fernández.

 

(nota de MASAS nº405)

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