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A 20 años del levantamiento popular que planteó “que se vayan todos” – La potencia extraordinaria de los movimientos de trabajadores desocupados

El levantamiento estuvo precedido de enormes luchas del movimiento de trabajadores desocupados. La desocupación y subocupación había llegado a niveles desconocidos producto de una política de despidos masivos, cierre de empresas y que numerosas se dedicaran a importar, en el cuadro de lo que se llamó “reforma del Estado” llevada adelante por el gobierno peronista de Menem y continuada por De la Rúa con su Alianza.

El hambre y la desocupación fueron el motor del estallido social. Crecieron los movimientos piqueteros a partir de Cutral Co y Plaza Huincul (1996/7) con los petroleros despedidos de YPF a la cabeza reclamando trabajo. Ese curso se replicó en todo el país. Este año se cumplieron 25 años de la gesta que quedó en la historia como “Cutralcazo”, un movimiento que había nacido unos años antes con los cortes de ruta de los trabajadores de la construcción en Senillosa y su huelga general y la organización de movimientos de trabajadores desocupados en todo el país.

En Masas 156 de junio de 2001 hacíamos un balance de los 17 días de corte de la ruta nacional N°3. Los trabajadores desocupados quebraron la decisión del gobierno de desoir sus reclamos y jugar al desgaste y desmoralización de los luchadores. El gobierno incumplió el acuerdo de noviembre del año anterior y quedaron al desnudo todas las mentiras y maniobras de su Ministra de Trabajo Patricia Bullrich. Tuvo que retroceder y hacer concesiones para evitar la extensión de los cortes a todo el país. Los cortes fueron boicoteados por las centrales sindicales que rechazaron convocar a una huelga general, porque habían pactado una tregua con Cavallo. Los “planes trabajar” que se reclamaban eran de $120/160 por mes cuando el costo de la canasta familiar ya era de $1.000 por mes.

Nos preguntábamos si aceptar y luchar por esos planes no era legalizar entre los trabajadores la extrema miseria que impone la burguesía. Y decíamos que de lo que se trata es de salvaguardar la integridad física y moral de la única clase social capaz de liberar a la nación de la opresión imperialista. En ese sentido se consideró una victoria los planes conseguidos, aún con todas sus limitaciones, porque el gobierno apostó a una línea dura de no negociar y no hacer concesiones. Les fue impuesto por la fuerza esta concesión. Decíamos: “nuestra bandera debe ser exigir trabajo para todos los desocupados, repartiendo todo el trabajo disponible entre todos los trabajadores y un salario mínimo que cubra la canasta familiar. En tanto no impongamos el trabajo para todos exigimos un subsidio que abarque a la totalidad de los trabajadores desocupados”.

Previamente, en febrero, los trabajadores desocupados habían cortado la ruta por 10 días en Camino de Cintura y marchado 19 kilómetros, rechazando que los “planes trabajar” sean otorgados a través de pequeñas y medianas empresas, entendiendo que así se profundizaba la flexibilización laboral. Esa propuesta de De la Rúa/Bullrich reapareció hace pocas semanas de la mano de Alberto Fernández/Massa.

En Masas 155, de Mayo 2001, señalábamos que la población recurre a la acción directa hasta para resolver los problemas más mínimos y elementales ya que no se espera que el Estado y sus gobiernos los resuelvan por propia voluntad. “La situación es insoportable, no se aguanta más”. El mensaje que dan las masas es que se están poniendo de pie, aún con todas las dificultades, con direcciones conciliadoras o abiertamente traidoras. Ante esta situación hay que remarcar la voz de los que repudian el electoralismo, el democratismo, de los que ya comprenden que por la vía de las elecciones y parlamentos no se puede resolver nada.

Denunciábamos que la CGT de Moyano y la CTA habían pactado una tregua con el gobierno, colocándose al servicio de los sectores patronales que los mandaron a levantar las medidas que ya estaban resueltas, para darle tiempo a Cavallo para operar. La CGT de Daer ya se había borrado anteriormente.

En la declaración del 1° de Mayo de ese año decíamos: “No queremos que nos den “Planes Trabajar” de 160 pesos y que encima pretendan hacernos trabajar por ese dinero. Queremos trabajo para todos los desocupados. Los desocupados tenemos que hacer nuestros padrones y exigir que los sindicatos nos incluyan en su seno. Los trabajadores ocupados deben ser un puntal en esta lucha. Debemos impedir los despidos por todos los medios. Los capitalistas sacan ventaja de la desesperación de no tener trabajo imponiendo cada vez peores condiciones a los que acceden a un puesto de trabajo. La lucha por derrotar la desocupación es una batalla decisiva contra los capitalistas, y sólo se impondrá por la acción directa de millones de trabajadores, jamás por la vía parlamentaria”.

En Masas 157 de agosto nos referíamos a que “la CTA jugó su papel, apostó todo a copar la dirección de los piquetes a nivel nacional e imponerles su propia regimentación, acordando con el gobierno su carácter tranquilo, ordenado, previsible y pacífico y poniendo todo para que así fuera. Acordando dejar vías alternativas de paso, etc. violando las resoluciones del Plenario. Métodos que desnaturalizan lo que es el piquete como método de lucha frente al gobierno. El esfuerzo de cientos de piquetes, de ganar más de 40 rutas nacionales, de movilizar a miles, se despilfarra cuando se lo encuadra dentro de los límites que se acuerdan con el Ministerio de Interior. En piquetes anteriores ya se había probado la inutilidad de esta forma de protestar tratando de no perjudicar a nadie, así se institucionaliza el método, en vez de radicalizarlo como se exigía desde las bases…

… Lo que queremos no son más planes de miseria sino TRABAJO, trabajo para todos los trabajadores, reduciendo la jornada de trabajo, impidiendo las horas extras y repartiendo todas las horas de trabajo entre todos los trabajadores sin afectar el salario. En esta lucha los trabajadores ocupados son esenciales. La presión que ejerce el ejército de reserva de desocupados es monumental y en ellos se apoyan los patrones para superexplotarnos y reducirnos el salario. Nuestros hijos ya saben que cuando crezcan serán desocupados crónicos porque la cifra no para de crecer, porque las fábricas no dejan de cerrar y despedir, porque el Estado ajusta cada vez más despidiendo trabajadores… La lucha debe seguir hasta lograr trabajo genuino para todos, ¡no nos conformamos con menos! Rechacemos el acostumbramiento a la miseria que nos ofrecen. Esta es la lucha por impedir que la barbarie nos destruya. ¡Qué demostración de descomposición y degradación capitalista el hecho de que millones de trabajadores, la mayoría adiestrados y con conocimientos, no estemos aplicados a la producción!…

Los denominados planes trabajar son una burla. La cantidad es ínfima en relación con la masa enorme de desocupados. Sus montos son irrisorios, ya que no alcanzan a cubrir ni una semana de la canasta  y encima exigen algún trabajo a cambio. Obliga a los desocupados a mendigar todo el tiempo por un lugar en la lista, que se renueva cada pocos meses, y que encima escamotean el pago.

La desesperación que produce la miseria permanente hace que miles de desocupados caigan presa de los politiqueros, de los punteros de los partidos que aseguran conseguir ese “beneficio” a cambio de que lo apoyen en las campañas políticas, los voten, etc. estos “planes” se convirtieron en un arma de doble filo que termina siendo usada contra los propios desocupados, para introducir competencia entre ellos, para dividirlos y gastarlos en luchas sin sentido”.

En Masas 158 de septiembre 2001 informábamos detalladamente del Congreso de piqueteros en La Matanza. “La CTA, CCC y Polo Obrero se habían asegurado el control político por mayoría de delegados, únicos con derecho a voto… limitaba el Congreso a los acuerdos políticos previos entre ellos. Maniobra que fue rota por la intervención decidida de otros sectores piqueteros a los que se impedía participar entre ellos MTR y Teresa Rodríguez, tirando abajo el manejo burocrático del Congreso. Las posiciones burocráticas, reformistas, conciliadoras, electoralistas, fueron combatidas por la gran mayoría de los oradores y la aplastante mayoría del Congreso. Hubo un repudio generalizado a todo electoralismo, a la tregua con el gobierno, a las vías alternativas de los piquetes, a cualquier otra expectativa que no se asiente en la acción directa de masas, de piquetes que paralicen la producción, a organizarse a través de asambleas populares, cabildos abiertos que resuelvan la huelga general por tiempo indeterminado hasta conquistar trabajo genuino…

Las conclusiones políticas de ese Congreso, del humor de los trabajadores desocupados y ocupados, de su instinto de clase y voluntad para luchar, deben servir para que los militantes partidarios y los activistas sindicales comprendan que quienes paralizan, desvían y desvirtúan las luchas son las direcciones y no las masas. Que cuando aparece una dirección que promueve la lucha consecuente como único camino capaz de alcanzar la victoria, la vanguardia que lucha la apoya abiertamente más allá de sus direcciones circunstanciales… donde las bases apoyaron las propuestas de lucha contra las posiciones conciliadoras. El plan de lucha incluía cortes de rutas y avenidas para converger con el paro y movilización a Plaza de Mayo junto con los estatales. Asambleas en todas las plazas provinciales para garantizar la movilización nacional del 21 de septiembre a Plaza de Mayo… para converger con siete marchas desde el interior en Plaza de Mayo”.

Entre las conclusiones se destaca: “Es evidente que quienes participaron del Plenario de Desocupados de La Matanza ven claramente que la vía electoral es la vía muerta para nuestras reivindicaciones; pero también es cierto que la coyuntura electoral frenará transitoriamente la combatividad demostrada por los desocupados, ya que las ilusiones democráticas aún se mantienen. Por eso es necesario que discutamos en cada barrio, lugar de trabajo o estudio, la continuidad del plan de lucha, a modo de trabajo preparatorio hacia la huelga general votada en el Plenario”.

En Masas 159 de Octubre informábamos del Encuentro de Trabajadores, Ocupados, Desocupados y Jubilados, realizado en el Club El Porvenir de Gerli, el 22 de septiembre, del segundo Encuentro el 6 de octubre en La Matanza. Se caracterizaba como burócratas traidores a D´Elia, Carlos Alderete y al PCR por apoyar junto al CTA el Frente Nacional Contra la Pobreza subordinando a los desocupados al circo electoral del padre Luis Farinello, Alicia Castro, Elisa Carrió, traicionando las resoluciones del 2do Congreso de Desocupados realizado en La Matanza.

Todos los oradores caracterizaron las elecciones como el terreno de nuestros enemigos de clase y hubo un llamado a los partidos de izquierda a sumarse al terreno de lucha, abandonando su electoralismo. En las resoluciones se destaca: “organizar un acto central en Plaza de Mayo el 19 de octubre… los cortes de rutas llevados a cabo hasta ahora ya se agotó, es necesario radicalizarlos. Esta lucha resuelta implica ocupar municipios, las gobernaciones y hasta la Casa Rosada para echar a patadas a la burguesía antinacional, proimperialista, del poder. Este es el carácter que debe asumir la lucha de ahora en adelante. Se cerró el acto con un vigoroso llamado a conformar una organización clasista y combativa que apunte a consumar la revolución de la clase obrera”.

En Masas 160 de Noviembre convocábamos a la “Marcha de la Resistencia y Piquetera” del 5 y 6 de diciembre junto a las Madres.

Denunciábamos la campaña de la CTA y su Frente Nacional contra la Pobreza llamando a una “consulta popular” en favor de un “seguro de empleo y formación” para todos los jefes de hogar desempleados. Su objetivo era presionar a los políticos para que modifiquen el modelo económico y resuelvan la pobreza. Decíamos que “este tipo de campañas son desmovilizantes, que no contribuyen a la lucha contra la desocupación sino que pretenden dividirla… esta política ya ha fracasado en el pasado juntando un millón de firmas o reclamando leyes al Congreso”.

La importancia de la prensa impresa nos permite recorrerla como documentos inalterables que testimonian cómo se preparó aquel levantamiento histórico del 19/20 de diciembre, cómo se luchó por la dirección política de ese movimiento fijando una estrategia política y cómo penetró en parte de su vanguardia. No fue suficiente. Prevalecieron las direcciones nacionalista- burguesas, centristas, reformistas que llevaron el movimiento a una gran frustración y retroceso. El balance es imprescindible, la conclusión: construir el partido revolucionario que entronca con los intereses más profundos de las masas en lucha, que los expresa políticamente, los hace conscientes y los llevará a la victoria.

Esa enorme lucha provocó la caída de los presidentes y del superministro Cavallo y obligó a la burguesía a maniobras extraordinarias para contener y dividir semejantes luchas, contando con la colaboración esencial de todos los sectores de la burocracia y las direcciones políticas. Será el kirchnerismo el encargado de reconstruir el Estado, cooptar a sectores importantes de aquella vanguardia en lucha, de “apagar el incendio”. Incendio del que quedaron brasas encendidas y que poco a poco se vuelven a atizar en el cuadro de catástrofe social que vivimos.

(nota de MASAS nº405)

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