La renuncia de Máximo Kirchner a la presidencia de la cámara de diputados
Que la crisis al interior del Frente de Todos y del Gobierno tome estado público ayuda a politizar el debate sobre el tema del FMI que es un tema central. Puso en evidencia que vastos sectores se oponen a la política del gobierno. En todos lados se multiplica el debate sobre las consecuencias del acuerdo y cada vez menos se animan a defenderlo abiertamente.
No solo fue la renuncia a la presidencia del bloque por parte de Máximo Kirchner, figura de primera línea del elenco gobernante, sino también la carta de Claudio Lozano, director del Banco Nación, de Leopoldo Moreau y otros que se animaron a salir públicamente a cuestionar el acuerdo.
No hay dudas de que con su decisión busca preservarse políticamente, él y su espacio. Desentenderse de lo que ha sido y es el centro de la política de su gobierno. Ser expresión de la bronca que corre por las bases ante un gobierno dócil y cobarde ante los más poderosos y ajustador contra los reclamos populares.
Estas actitudes debemos desenmascararlas, porque pretenden evitar la ruptura de las masas con el peronismo. No rompe el Frente de Todos y tampoco rompe el bloque, y seguramente facilitarán que el gobierno pueda firmar el acuerdo con el Fondo. Ciertamente no se puede descartar que ante un agravamiento de la crisis, un descontento y movilización creciente de los oprimidos dé un paso más osado y provoquen una ruptura. La función esencial del kirchnerismo, como lo han señalado tantas veces, es apagar el incendio, socorrer al Estado burgués, sostener la dominación capitalista.
La historia se repite, la derecha, los liberales, endeudan y destrozan la economía, y luego llega el peronismo para consumar y legitimar el saqueo, las reformas y el retroceso en las condiciones de vida. Se complementan en su trabajo de sostener el régimen cada vez más descompuesto.
La clase obrera, los oprimidos, deben independizarse políticamente de la tutela del peronismo en todas sus variantes, confiar en sus métodos de lucha y organización, en su propia estrategia política.