El miserable plan económico del Gobierno, acorde a las exigencias del FMI
Discurso de Alberto Fernández en la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso
El 1ro de Marzo el Presidente dio el habitual discurso de apertura de las sesiones del Congreso. Nos detendremos aquí exclusivamente en los 4 puntos que sostuvo para sintetizar su programa económico.
“¿Cuáles son objetivos realistas que la Argentina se puede proponer para los próximos años?” dice, anticipándonos desde un comienzo que no resolverá ninguno de los grandes problemas. Hay que leer claro, “objetivos realistas” no significa otra cosa que son los objetivos acordados con el FMI y que no se tocará el interés de los terratenientes, ni de las multinacionales, ni del gran capital nacional.
“1) Podemos crear anualmente, solo con la ampliación de la matriz productiva, al menos 200.000 puestos de trabajo de calidad en el sector privado”.
No hay mayor confesión de la impotencia del Gobierno y de la decadencia del sistema capitalista de producción que el reconocimiento de que no podrán terminar con la desocupación. Es una de las expresiones del agotamiento de la burguesía como clase dominante, de su incapacidad para desarrollar las fuerzas productivas. El Gobierno deposita todo su plan de creación de puestos de trabajo “de calidad” en la “ampliación de la matriz productiva”, es decir, en los vaivenes anárquicos del capital, que se amplía luego de una etapa de destrucción y que nunca alcanza los niveles previos. La clase obrera tiene otro programa: es necesario repartir todas las horas de trabajo entre todos los trabajadores, sin afectar el salario, y crear millones de puestos de trabajo poniendo en pie la industria, terminando con todos los trabajos basura e improductivos que proponen quienes pretenden que nos adaptemos a la barbarie capitalista.
“2) Podemos poner en marcha 10.000 nuevas empresas por año”.
Para quien desconoce los detalles de la economía argentina este planteo puede pasar como una definición certera de la voluntad de desarrollar el “capitalismo nacional”. Nada más lejano. Lo desmiente su propio Ministerio de Desarrollo Productivo, que en su página web analiza que “entre 2007 y 2016 nacieron por año cerca de 70.500 empresas y cerraron 69.000… 8 de cada 10 nuevas empresas llegan a los 2 años de vida”. Todos los años se crean y se destruyen decenas de miles de empresas. Ninguna solución para los oprimidos ni para la liberación de la nación vendrá de la mano de la anarquía del capital.
“3) Podemos reducir la inflación año tras año, de modo sostenido y paulatino”.
Nuevamente Fernández nos confirma lo que ya sabemos: no tiene cómo terminar con la inflación. Ha acordado con el FMI que la devaluación del peso con respecto al dólar acompañará la inflación, que indefectiblemente se seguirá trasladando a los precios en la medida en que no está dispuesto a chocar con los intereses de terratenientes, exportadores y grandes supermercados. La única medida que tomó y seguirá tomando para enfrentar la inflación es mantener el salario mínimo y las jubilaciones por el piso y apostar a que los salarios no recuperen el poder adquisitivo perdido en los últimos años.
“4) Podemos alcanzar y superar los 100 mil millones de dólares de exportaciones sumando bienes y servicios”.
Ésta es la definición más importante que el Presidente nos ha dado, porque es su verdadero plan. No es desarrollar el país, no es terminar con el hambre, no es acabar con la desocupación. Su plan económico es garantizar las condiciones para el pago de la deuda con el FMI, y para ello buscará profundizar la entrega de los recursos naturales al imperialismo. Su plan es profundizar el saqueo y la primarización de nuestra economía, acorde a las exigencias del Fondo.