La hipocresía de las abstenciones y los votos negativos del FDT
El acuerdo con el FMI en Diputados obtuvo una amplia mayoría de 202 votos a favor sobre 257. En un lapidario mentís a las diferencias entre la principal fuerza de “oposición” y el oficialismo, Juntos por el Cambio aportó nada menos que 111 votos (sobre 116). En tanto que el Frente de Todos aportó 76 (sobre 117).
Conviene detenerse sobre el destino de los otros 41 votos de los integrantes que componen el Frente de Todos, entre los que encontramos 28 “rechazos” al acuerdo y 13 abstenciones. ¿Cuál es el contenido político de este “rechazo” al acuerdo?
Diversos documentos y declaraciones aparecieron los días subsiguientes mostrando claramente que conocen las consecuencias de votar esta entrega ignominiosa al FMI. Pero este señalamiento no pasa de poses y formalidades, puesto que no están dispuestos a romper con el Gobierno que nos conduce a esta situación, no están dispuestos a enfrentar a los que consuman el negociado macrista con la deuda.
El intento de resguardarse ante semejante entrega es fácilmente evidenciable como farsa cuando analizamos sus argumentaciones.
Por ejemplo, veamos el caso del burócrata Hugo Yasky, de la CTA: “dejé en claro que nuestra abstención tenía que ver con nuestra historia y nuestra posición de lucha”, pero a renglón seguido y para despejar cualquier tipo de dudas sentenció “si los números estaban ajustados íbamos a votar a favor y si no nos íbamos a abstener como lo hicimos”. A veces para muestra solo hace falta un botón, y este caso de Yasky es la materialización de los 41 votos del espacio del Frente de Todos que no votaron a favor del acuerdo.
Este voto, en última instancia, expresa la consciencia del rol que pueden jugar a futuro, ante el desprestigio en el que caigan los principales impulsores. Ahí está el papel de los “desencantados”: válvula de escape para lograr recambio en las propias filas del oficialismo.
Pero finalmente el acuerdo no se dirimirá ni en Diputados ni en Senadores, ni siquiera en la justicia burguesa como otros títeres de turno plantean (Claudio Lozano). Este acuerdo se dirimirá en las calles, donde quedará claramente expresada la contradicción de intereses entre los que se arrodillan frente al FMI y los que plantean consecuentemente una ruptura total. No hay lugar para los hipócritas.