Un camino empantanado para enfrentar al acuerdo con el FMI
Claudio Lozano, títere indisimulable del FDT y además director del Banco Nación, ha venido impulsando sistemáticamente el no pago de la deuda macrista: “las deudas se pagan, las estafas no” repitió y repitió hasta el cansancio. Pero como le sucede a todos estos personajes de poco vuelo, sus vínculos materiales pueden más que sus ¿convicciones? personales.
Con el avance de la negociación este espécimen de la incoherencia ha venido mutando y moderando cada día más su verborragia inicial anti-macrista del 2018. Ni bien proclamado Director del Banco Nación proponía que se suspendieron los pagos “hasta que se evalúe la legalidad de la deuda”, como si realmente hiciese falta después de la sobreabundancia de pruebas acerca de la fuga.
Ya en diciembre de 2021 mutó a suspender los pagos “hasta que el FMI reconozca su corresponsabilidad”. En otras palabras si el “pobre” FMI realiza su “mea culpa” tenemos acuerdo con los parásitos financieros internacionales. Claudio Lozano solo esperaba un buen gesto del amo imperial.
Más acá en el tiempo remarcó que no podíamos pagar los 44.000 millones de dólares que había tomado el macrismo: “No tenemos que reconocer deuda más allá de lo que pagamos como cuota en el Fondo. No puede ser más de 23.000 millones de dólares”. Para el camaleón Claudio Lozano con pagarle un poco más de la mitad ya estaba bien… “las deudas se pagan, las estafas solo al 50%”.
Pero en una nueva compleja contorsión termina mostrando su verdadero rostro. “No convocamos al default ni a repudiar al Gobierno, sino a proponer al Parlamento”. Y esta propuesta es solo denunciar al FMI ante la ONU, y por otro lado “una cautelar para frenar el acuerdo”.
Claudio Lozano no hace más que simbolizar el papel traidor y capitulador de dirigentes que han sabido conquistar cierta simpatía entre sectores oprimidos por sus discursos verborrágicos, pero que terminan empantanados en caminos institucionales, que son caminos de derrotas para las masas. Como lo hizo en el 2001 con su Frente Nacional contra la Pobreza y la Consulta Popular en la víspera de la rebelión de diciembre, viene a mostrar que reaparece como farsa, íntegramente adaptado al Gobierno y buscando desviar el descontento creciente.
Las masas que buscan levantarse contra las consecuencias de este acuerdo barrerán de escena a estos nefastos personajes, apelando a sus propios métodos y bajo la dirección política de la clase obrera. Ese es el único camino para enfrentar el ajuste, la pobreza, la miseria y al FMI: ¡movilización unitaria y huelga general!