Por un 1° de Mayo clasista e internacionalista (Manifiesto del CERCI)

La clase obrera debe reconquistar su independencia política

Luchar por su propio poder junto a la mayoría oprimida, para terminar con la opresión imperialista, para poner los medios de producción a su servicio.

El capitalismo en completa descomposición nos hunde en la miseria, el desempleo, las migraciones, la precarización salarial, la pérdida constante de derechos, ¡y en la guerra!. No fue capaz de defender la vida humana ante la terrible pandemia. Su sobrevivencia nos condena a la barbarie.

 28 de abril de 2022

El capitalismo nos está hundiendo en la barbarie. Los desocupados, subocupados, se cuentan por decenas de millones, al igual que los hambrientos, los pobres, los migrantes. La pandemia agravó la situación y costó más de 6 millones de vidas y ahora la guerra en Ucrania amenaza con transformarse en una nueva guerra mundial con sus consecuencias devastadoras, sus consecuencias sobre las condiciones de vida ya cargan sobre nuestras espaldas.

La descomposición capitalista no se detiene y la guerra comercial potenciada por EE.UU. se transforma en guerra bélica. Sólo la clase obrera, con su política puede detener este desastre, con sus propios métodos de lucha, con sus organizaciones, acaudillando a todos los oprimidos. Es hora de terminar con la parálisis de las direcciones sindicales, romper con su política conciliadora con los gobiernos y las patronales.

Es hora también de que las organizaciones que se reclaman de la clase obrera revivan el internacionalismo, las banderas de independencia política, que abandonen el pacifismo y su subordinación al democratismo burgués. Las ilusiones en las vías parlamentarias, electorales, constituyentes, desvían y dividen a los luchadores y llevan a nuevas frustraciones, sea en Chile, Colombia, Perú, Ecuador, Brasil o la Argentina.

Debemos discutir cómo tomamos en nuestras manos esta lucha. No esperemos a que los burócratas o reformistas cambien sus políticas, tenemos que imponerles un camino de acción.

Es imperioso preparar una lucha generalizada de todos los trabajadores por el salario y la jubilación que alcancen para cubrir lo que cuesta la canasta familiar, para terminar con la desocupación y precarización laboral; por la vivienda, la salud y la educación públicas.

Y también la lucha por terminar con el saqueo de nuestros países, de nuestros recursos. Como queda demostrado una y mil veces en la historia, es la clase obrera la que debe liderar la lucha antiimperialista, por el desconocimiento de la deuda externa e interna, la ruptura con el capital financiero y sus planes, por la estatización de la banca y el comercio exterior, por la expropiación del latifundio; por la estatización de los sectores vitales de la economía en manos del gran capital y las multinacionales.

Debemos decir que la resolución de todas las tareas nacionales y democráticas sólo pueden ser resueltas por la clase obrera en el poder, junto a la mayoría oprimida. No hay otra vía para transformar la economía y ponerla a nuestro servicio. No hay vías intermedias. La burguesía es una clase antinacional, no se debe esperar nada de ella y de su régimen. Este régimen de dictadura del capital no se terminará por elecciones o por medio de constituyentes. El camino es la revolución social.

Los partidos y movimientos nacional reformistas, burgueses o pequeñoburgueses, muestran toda su cobardía e incapacidad para enfrentar lo que denominan modelo neoliberal, están de rodillas frente al capital financiero, le ofrecen colaboración y cooperación. Su postración es definitiva.

La clase obrera vive el drama de la debilidad o inexistencia de la dirección revolucionaria, que esté a la altura de las necesidades históricas y que exprese políticamente las rebelión de las masas que buscan abrirse camino pese a todas las dificultades y bloqueos. El camino para la resolución de todos los reclamos, para recuperar todos los derechos es la acción directa de masas, es confiar en los métodos propios de lucha, en la propia organización desde las bases y poner en pie la dirección revolucionaria, con la certeza de que el capitalismo no puede ser reformado.

Es necesario que la vanguardia con consciencia de clase madure el balance de todas las frustraciones con sus direcciones, desde la bancarrota de la socialdemocracia que a principios del siglo pasado se pasó al terreno del imperialismo, hasta la traición del stalinismo contrarrevolucionario que llevó al desmoronamiento de la URSS y un fuerte avance del proceso de restauración capitalista en los países donde se habían socializado los medios de producción, destruyendo el partido bolchevique, abandonando los soviets, disolviendo la III Internacional, persiguiendo y liquidando a gran parte de la vanguardia que hizo la Gran Revolución del ´17. Sus políticas llevaron a frustraciones y derrotas en todo el mundo en nombre de la “coexistencia pacífica con el imperialismo” al que consideraban “democrático”, el respeto al reparto del mundo pactado al final de la 2da Guerra Mundial, la política de hacer frentes populares con la burguesía, su concepción etapista de la revolución, etc. Hoy los encontramos integrados y colaborando estrechamente con los gobiernos burgueses.

Y también debemos balancear el papel de la IV Internacional que no pudo ocupar el lugar de dirección revolucionaria internacional debido a las corrientes revisionistas que ocuparon su dirección. Desde las que llamaron a ingresar a los partidos comunistas o los movimientos nacionalistas burgueses en los años ´50; a los que se entusiasmaron con el foquismo en los años ´60 y ´70 creyendo que había una vía rápida para la toma del poder y a los que ahora se han vuelto abiertamente democratizantes.

Es necesario ese balance para poder reconstruir el Partido Mundial de la Revolución Socialista, sobre las bases programáticas cimentadas en 170 años de lucha consciente por transformar la sociedad, desde el Manifiesto Comunista. Poniendo en pie partidos “bolcheviques”, verdaderamente comunistas, en cada país, bajo la estrategia de la revolución y dictadura del proletariado, construyendo su programa. Esa es la lucha que venimos entablando desde el CERCI sobre la base de los principios del marx-leninismo-trotskysmo.

Este 1° de Mayo tomamos las banderas del FIN DE LA GUERRA. ¡Fuera las bases militares de la OTAN y EE.UU. de Europa!, que viene preparando esta guerra desde hace varios años y que no quieren ningún acuerdo de paz; ¡no a las sanciones económicas y financieras contra Rusia!; ¡por el retiro de las tropas de Rusia de Ucrania!, no es por la vía de la opresión e intervención militar que se debe defender a Rusia; ¡por la autodeterminación de Ucrania y la integralidad de su territorio! rechazando que la solución sea su fragmentación en varias partes. Existe el peligro cierto de que la guerra se extienda en el tiempo y regionalmente, con más muertes, migraciones. destrucción de fábricas, puentes, carreteras, viviendas. Además ya se están sintiendo las consecuencias de la guerra en la economía, especialmente con la inflación creciente que destruye nuestros ingresos. ¡Es urgente parar la guerra desatada por la OTAN!

Esas banderas se conquistarán por medio de la lucha unitaria de la clase obrera rusa, ucraniana y de toda Europa. Esas banderas debemos tomar en nuestras manos como parte de una campaña por el FIN de la GUERRA. No se trata de tomar una u otra consigna aislada, es un conjunto de medidas para unificar toda la lucha.

El imperialismo busca destruir lo que resta de la propiedad que permanece nacionalizada, apoderarse de los enormes recursos con que cuenta Rusia, desarmar su poderío militar, cerrar definitivamente la etapa que se abrió con la Revolución Rusa. Pero su objetivo más importante es China, que le disputa su hegemonía en el mundo, a la que tiene que enfrentar por todos los medios.

La clase obrera internacional debe intervenir para derrotar el belicismo del capitalismo en descomposición que puede provocar una nueva guerra muncial, una terrible destrucción de fuerzas productivas, empujándonos más rápidamente a la barbarie.

¡POR EL FIN INMEDIATO DE LA GUERRA!

¡SOCIALISMO O BARBARIE CAPITALISTA!

¡VIVA LA REVOLUCIÓN Y DICTADURA PROLETARIAS!

¡VIVA EL COMUNISMO!

PONGAMOS EN PIE EL PARTIDO MUNDIAL DE LA REVOLUCIÓN SOCIALISTA

 

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