Lo que no dice la tasa de desocupación tal como se la presenta
El gobierno presenta como un logro el descenso de la tasa de desocupación al 7%, por debajo del nivel de 2016, (7,7% para mujeres y 6,4% para varones), como también otros índices de recuperación económica.
¿Cómo es posible? Si la mayoría sabemos que uno de los grandes problemas de la sociedad es la falta de trabajo genuino para millones de trabajadores, sumado a los salarios miserables que se perciben.
El cálculo de ese porcentaje parte de dejar afuera de las mediciones a lo que denominan “población inactiva” “conjunto de personas que no tienen trabajo ni lo buscan activamente” y representa más de la mitad de la población (53,1%), compuesto en gran mayoría por mujeres.
Entre los “ocupados” el 73% son asalariados y de ellos sólo 2 de cada 3 tienen descuento jubilatorio. Esto quiere decir que entre los ocupados menos de la mitad se encuentra en relación de dependencia, en blanco (con descuentos jubilatorios).
El problema central para los trabajadores es la ausencia de fuentes de trabajo genuino, no precarizado, con salarios que alcancen para vivir como personas.
Esta es una lucha del conjunto de los trabajadores para imponer al gobierno y los capitalistas el reparto de todo el trabajo entre todos los trabajadores, para imponer un plan de obras públicas que permita resolver los problemas más urgentes y al mismo tiempo crear cientos de miles de puestos de trabajo.
Debemos levantar cientos de miles de viviendas cada año, extender los ramales de ferrocarril, construir los vagones, las locomotoras, los barcos, gasoductos, para industrializar el país, aunque el FMI disponga lo contrario.
La CGT-CTA dan espaldas a los reclamos de todos los trabajadores, como mucho alguno de sus sindicatos pelea por su salario, pero está completamente ausente la lucha de conjunto por los reclamos vitales de los trabajadores. Las burocracias están concentradas en apoyar al gobierno, hacer acuerdos con las grandes patronales, habiendo perdido completamente su independencia. No representan a los trabajadores, representan a los capitalistas y sus gobiernos, lo que significa que también terminan sometidos a los mandatos del FMI.