La señalización del centro clandestino que funcionó en Acindar

Fue señalizado el centro clandestino “Albergue de Solteros”, que operó en la planta de Acindar en Villa Constitución durante la dictadura y que había comenzado a funcionar en 1975 bajo control de la policía Federal.

Es un ejemplo de la asociación empresarial-militar en la represión. Pese a que el cartel indica que la represión se inició con la dictadura, arrancó un año antes, bajo el gobierno peronista, en democracia. Esto no se puede ocultar. No es un error, es encubrimiento de esa política criminal antiobrera. Ese cartel ofende la Memoria.

El operativo represivo con la participación de diversas fuerzas militares y de seguridad se inició el 20 de marzo de 1975, un año antes del golpe de Estado, sitiando la ciudad con 4.000 efectivos de 9 fuerzas represivas y 500 matones del Ministerio de Bienestar Social, de la derecha peronista y de la burocracia. De acuerdo al informe sobre responsabilidad empresarial en delitos de lesa humanidad, en la totalidad del proceso represivo que tuvo lugar desde 1975, al menos 21 personas vinculadas con Acindar fueron asesinadas, 9 se encuentran desaparecidas y 66 estuvieron privadas de su libertad y luego fueron liberadas, aunque hay estudios que indican que hubo más de 300 trabajadores detenidos. La empresa puso a disposición del aparato represivo recursos logísticos y materiales, financiamiento, e información clave para la represión.

El aporte más extremo fue que un espacio conocido como “Albergue de Solteros”, situado dentro del predio de Acindar, fue cedido a las fuerzas de seguridad y utilizado como centro clandestino de detención.

El presidente del directorio de Acindar en 1975 era José Alfredo Martínez de Hoz, quien luego del golpe fue nombrado ministro de Economía hasta 1981, desde donde implementó los peores golpes contra los trabajadores. En el directorio de Acindar lo reemplazó el general Alcides López Aufranc, figura vinculada con la escuela francesa de contrainsurgencia, con participación en procesos represivos en los años 60 y 70.

Durante la dictadura se produjo un crecimiento inédito de la empresa, uno de los grupos económicos centrales en la industria siderúrgica.

El objetivo represivo fue el disciplinamiento laboral y sindical y arrebatar a los trabajadores derechos conquistados a lo largo de un rico proceso de organización. Un hito fundamental en esta historia fue el histórico “Villazo”, que tuvo lugar el 16 de marzo de 1974, en el que miles de personas celebraron en la plaza de Villa Constitución la victoria en la lucha de los trabajadores metalúrgicos y la promesa de prontas elecciones en la seccional local de la UOM. En abril de 1974, en un plenario de agrupaciones del sindicalismo combativo y antiburocrático en Villa Constitución, quedó claro que el proceso de lucha se había convertido en una referencia de las más visibles a nivel nacional.

Cuando a partir del 20 de marzo de 1975 se produjo la ocupación militar de la ciudad, los trabajadores respondieron con un paro que se extendió por casi dos meses, con la contribución de la comunidad, incluyendo a las valiosas mujeres que tejieron redes para el sostén de la medida de fuerza. A partir del 24 de marzo de 1976 hubo un nuevo punto de inflexión en el proceso de militarización de los establecimientos fabriles y de represión.

La represión en las principales fábricas demuestra que el objetivo central no era terminar con la guerrilla sino con la enorme radicalización obrera que arrancó con el Cordobazo. Solo habrá justicia cuando expropiemos al gran capital, terminando con la base material de la represión.

 

(nota de MASAS nº414)

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