100 años de YPF, lo que el peronismo no quiere recordar
Es necesario ejercitar la Memoria. Hace 100 años, un 3 de junio de 1922, el presidente Hipólito Yrigoyen creó la Dirección General de YPF, convirtiéndola en la primera petrolera integrada verticalmente en el mundo.
El presidente Alvear no consigue del Congreso ni los fondos para YPF ni leyes orgánicas protectoras del petróleo argentino, pese al gran reconocimiento de la tarea de Mosconi al frente de la empresa, mientras avanza la penetración imperialista, que se acentúa en ese período.
Al debatirse en 1927 los proyectos de ley sobre el petróleo se logra en Diputados la sanción de un proyecto de ley que nacionaliza los yacimientos, entrega al Estado nacional el monopolio de su exploración y explotación, y elimina la posibilidad de sociedades mixtas. No se dispone la expropiación de los yacimientos concedidos a las empresas privadas de manera irregular por la oligarquía, ni se establece el monopolio de la importación y venta.
En 1928 comienza el nuevo mandato de Yrigoyen y la acción imperialista se vuelve más agresiva, impide que el Senado sancione esa Ley y la expropiación de los yacimientos y monopolio estatal de la explotación, que los yrigoyenistas introducen en 1928. El golpe militar de 1930 tendrá “olor a petróleo” imperialista.
En los ´90 el gobierno peronista de Menem la privatizó y terminó en manos de Repsol, con el apoyo activo de Néstor Kirchner que era gobernador de Santa Cruz, a cambio de un reconocimiento de deuda de 480 millones de dólares de la Nación con la Provincia. Oscar Parrilli se jactó de haber impulsado la privatización, fue elegido por el bloque del Justicialismo como miembro informante de proyectos clave del gobierno de Menem. El “famoso” Rey Juan Carlos de España cocinó el negociado con Menem.
La privatización generó una profunda crisis en los pueblos del interior vinculados a la actividad petrolera con despidos masivos. La producción de petróleo y gas cayó fuertemente. Las reservas se redujeron a la mitad. A pesar de eso YPF-Repsol generó grandes utilidades que fueron enviadas a la Casa Matriz en España. Además, en el año 2011, por primera vez, el país se convirtió en un importador neto de energía.
Ante ese desastre Cristina Kirchner resuelve hace 10 años la compra, generosamente pagada, del 51% de las acciones.
En Masas 259 de Abril de 2012 decíamos “se la regalamos, la saquearon y encima ¿la compramos?, es necesaria una intervención decidida de la clase obrera para Expropiar sin pago el 100% de YPF y a todas las petroleras, bajo control obrero colectivo”. Decíamos también que era “una medida limitada, parcial, con la puerta abierta para futuras asociaciones con otras multinacionales”.
“El interés de las multinacionales es contrario al interés de la Nación oprimida. Ha sido así desde el principio de la actividad petrolera… Tratan por todos los medios de imponer en el mercado interno los precios internacionales aunque el costo de producción en Argentina sea uno de los más bajos del mundo. Siempre presionan con el desabastecimiento o la ausencia de inversiones para lograr los mayores precios”.
“Las gigantescas inversiones iniciales en YPF fueron realizadas por el Estado, no por empresarios privados. Cuando dicen que sólo el capital privado multinacional puede realizar las inversiones necesarias decimos que es falso, la YPF estatal expandió la producción y oferta de energía en todas sus formas, brindó energía abundante y barata, desarrolló un aparato productivo y tecnológico de importancia, y descubrió y desarrolló todas las áreas petrolíferas hoy en producción, usufructuadas por las multinacionales”.
“No habrá ningún desarrollo de las fuerzas productivas bajo dominio del capital financiero. No toda medida que afecte limitadamente a una multinacional es necesariamente progresiva en sí misma. Ya vemos cómo avanzan grupos Bulgueroni o Vilas Manzano, o Cristóbal López, sobre los negocios petroleros. Debe ser rechazada toda idea de reemplazar a Repsol por otras multinacionales, o “nacionales”, asociándose directa o indirectamente, entregándoles áreas para explorar y explotar”.
De todas estas cuestiones el ofcialismo no quiere hacer Memoria, solo celebraciones superficiales, hipócritas y mentirosas. Son incapaces de revertir la política neoliberal que contribuyeron a implantar, nada hay que esperar de ellos.
Será la clase obrera en el poder la que pueda por fin concretar la tarea de expropiar toda la actividad hidrocarburífera, bajo el comando de una YPF verdaderamente estatal, para ponerla al servicio del desarrollo de la industria nacional.