Colombia – elecciones presidenciales: Las masas tendrán que enfrentarse al nuevo gobierno burgués que surja de la segunda vuelta
El domingo 19 de junio se celebra la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. Gustavo Petro (40,34% de los votos) se enfrentará al «desconocido» Rodolfo Hernández (28,15%). El derechista Federico Gutiérrez (23,91%), candidato favorito de la burguesía y las oligarquías, quedó fuera.
Hernández es un viejo aliado de los gobiernos y políticos derechistas. Su meteórica proyección electoral se debe, fundamentalmente, al rechazo de las clases medias urbanas y rurales a los gobiernos y partidos oligárquicos. Y también observan al «izquierdista» Petro con miedo a que deje de aplicar medidas para proteger sus beneficios y decida ofrecer ayudas sociales, aunque sean migajas.
Es importante señalar que estos tres candidatos representaban electoralmente las divisiones sociales y de clase al interior del país. Petro obtuvo un apoyo masivo entre los explotados y oprimidos. Gutiérrez representa a la burguesía y a las oligarquías que dominan la economía y la política nacionales. Hernández expresa políticamente la desesperación de la clase media y los pequeños empresarios ante el avance de la ruptura de sus condiciones de existencia social. Hernández se presenta así como la oportunidad de la derecha para derrotar a Petro, sumando los votos de Gutiérrez, alcanzaría más del 50% de los votos válidos.
Petro no tiene forma de superar su actual techo electoral, sin arrastrar a una parte del 46% del electorado que no fue a votar por rechazar, instintivamente, servir de base a las maniobras para fortalecer un régimen que mata, reprime y oprime brutalmente a los explotados. Si no consigue reunir el apoyo de la centro-derecha liberal, es posible que acabe siendo derrotado y que desilusione aún más a las masas, que le apoyaron creyendo posible la democratización del Estado y de la economía a través de las elecciones.
La victoria de Hernández será esencialmente la de la continuidad del gobierno oligárquico, francamente antinacional y proimperialista. Tendrá por delante el difícil objetivo de recomponer el régimen político, golpeado por la insurgencia de las masas en 2019 y 2002, opuestas a las contrarreformas del gobierno reaccionario y proimperialista de Iván Duque.
Lo esencial, sin embargo, es que, gane Petro o Hernández, nada cambiará para las masas, que seguirán sufriendo el desempleo, el aumento de los precios y la miseria. El colapso económico, agravado por los reflejos de las medidas bélicas en Ucrania, impulsará aún más la destrucción de sus condiciones de vida (destrucción de derechos, condiciones laborales y salarios).
La tarea de la vanguardia con conciencia de clase es comprender las tendencias generales de la descomposición del capitalismo y cómo se manifiestan en un país con una economía atrasada y profundamente sometido al imperialismo, como es el caso de Colombia, para expresar el programa de reivindicaciones entre los explotados y trabajar por su organización independiente. Ciertamente, si gana el impostor Petro, la experiencia con el reformismo pequeñoburgués podría ser breve, dadas las condiciones de miseria de las masas y el avance de la crisis económica.
La defensa de los puestos de trabajo, de los salarios y de los derechos, así como de la tierra para los campesinos, son reivindicaciones que defienden a las masas de la desintegración del régimen y de la economía burguesa. Son las que permitirán constituir la unidad nacional de los oprimidos contra sus opresores, reabriendo así una vía para retomar las tendencias insurreccionales de las masas, que convulsionaron el país en 2019 y 2020.
Es en estas condiciones que puede forjarse un verdadero partido-programa, marxista-leninista-trotskista, que una a las masas en lucha y a las reivindicaciones inmediatas a la lucha revolucionaria para derrotar al régimen burgués, e imponer un gobierno propio de los explotados, obreros y campesinos.
(POR Brasil – Masas nº666)
