Fracasa la política del gobierno de acumular dólares para pagar la deuda externa
Pese a los importantes saldos del comercio exterior el Banco Central no logra aumentar las reservas. No pudo aprovechar los elevados precios internacionales de los commodities. Una de las pautas con el FMI es la obligación de acumular dólares para cuando haya que pagar las deudas efectivamente.
En dos meses el BCRA debería sumar u$s2.000 millones, lo que aparece muy difícil. Hoy se agrava la salida de divisas por las compras anticipadas de buques de gas. Una demostración de la incapacidad de la burguesía para planificar la economía en función del interés nacional. Existen extraordinarios excedentes de gas y no se pueden aprovechar porque desde años se demora la construcción de un gasoducto que recién ahora se podrá empezar a construir. Evidentemente no era prioritario para el Estado avanzar con esta inversión, porque las multinacionales no estaban interesadas en que se avanzara con ese proyecto, entonces bloquean su realización.
Pero antes que se potencien los precios de la energía, en los últimos meses ya se evaporaban las divisas por los pagos de deudas ficticias de las empresas, por el pago de la deuda de las provincias, por la importación incontrolada de bienes innecesarios o truchos para aprovecharse del dólar oficial “barato”. Se comenta de la inusual compra de aviones comerciales en el exterior, para aprovecharse de esa ventaja, sin ningún control del Estado. Además del pago de fletes del comercio exterior de los que buena parte se podrían ahorrar si se reconstruyera la flota nacional. Y también por el turismo. No hay ninguna explicación del gobierno del uso de las divisas.
La “solución” del Fondo y sectores de la burguesía es una fuerte devaluación, que encarezca las importaciones, limite el turismo, reemplace productos importados por nacionales, fomente exportaciones abaratando el costo de producción local en dólares (tirando más abajo los salarios medidos en dólares), etc., desentendiéndose de las consecuencias catastróficas que tendría para el costo de vida y una mayor desnacionalización de la economía.
Sin monopolio estatal del comercio exterior y una política destinada a promover la industrialización del país, no hay cómo defender las divisas y los recursos, y no para pagar deuda externa. A las multinacionales, a los grandes capitalistas, a la burguesía en general no le interesa en lo más mínimo la defensa del interés nacional. Tarea que sólo podrá ser garantizada por un gobierno de otra clase, la clase obrera y todos los oprimidos.