De la historia del Partido Obrero Revolucionario
Por Eustaquio Lima.
El Partido Obrero Revolucionario boliviano tiene sus raíces en la Izquierda Comunista chilena. José Aguirre Gainsborg, fundador del P.O.R., comienza a dar sus primeros pasos de militante en el Partido Comunista clandestino, organización creada por directivas del Secretariado Latinoamericano de la III Internacional, de la conjunción de diversos núcleos marxistas existentes por aquella época en Bolivia (1929).
A principios de los años treinta, y cuando el litigio entre Paraguay y Bolivia comienza a adquirir agudezas cada vez mayores, los militantes del Partido Comunista clandestino, entre los cuales se encontraba el joven Aguirre Gainsborg, son expulsados del país por la feudal-burguesía gobernante, como consecuencia de la política de oposición a la guerra desatada por los marxistas bolivianos.
El lugar del destierro era Santiago de Chile, ciudad en la cual Aguirre Gainsborg comienza a militar en el Partido Comunista chileno. Muy pronto logrará escalar posiciones de responsabilidad que lo llevarán a ser parte del Comité Central de esta organización. Ya en el seno del Partido Comunista chileno comenzaba a desarrollarse la discusión que a partir de 1923 se sostenía al interior del P.C. soviético y que posteriormente se desarrollará a escala internacional. Aguirre asume y defiende las posiciones de la fracción bolcheviqueleninista encabezada por León Trotsky, crítica a la política de la Internacional Comunista en relación a la derrota de la revolución china (1925-1927), lucha contra la burocratización del partido y del Estado surgido de la revolución de octubre, defensa de la continuidad del bolchevismo, por la revolución permanente, la revolución proletaria mundial, contra la impostura de la teoría stalinista del ‘‘socialismo en un sólo país” y sus consecuencias. Esta toma de posición le costará la expulsión. De esta manera, juntamente con los militantes chilenos oposicionistas, formará parte militante de la Izquierda comunista chilena.
Partiendo de la necesidad de estructurar el Partido revolucionario en Bolivia, José Aguirre G. agrupa a algunos estudiantes bolivianos y forma la Asociación Comunista Boliviana que más tarde se transformará y denominará Izquierda Boliviana, como grupo de transición dentro de los marcos de la Oposición de Izquierda Internacional.
Mientras tanto en la Argentina otro grupo de exiliados bolivianos habían conformado el grupo Tupac Amaru, dirigido por Tristón Marof, elemento que se hizo famoso por sus escritos contra la guerra paraguayaboliviana. Era autor de varios libros, entre los cuales se destaca “La justicia del Inca”, en la que planteaba la consigna “tierras al indio, minas al Estado”; se reclamaba del socialismo y se declaraba rabiosamente antiimperialista.
Tomado de :DOCUMENTOS No.92, abril 1978
(POR Bolivia – masas nº2703)
RESUMEN DEL PROGRAMA DEL PARTIDO OBRERO REVOLUCIONARIO
Bolivia es un país capitalista atrasado y de desarrollo combinado, que resume los estadios principales por los que ha pasado la humanidad en su historia, (la última palabra de la técnica capitalista y las manifestaciones económico sociales precapitalistas). Como indicó Trotsky, sus características nacionales no son más que un reflejo de las leyes del capitalismo en su particular estructura. Bolivia no sólo vive las peripecias del mercado mundial, sino que está sometida a las leyes del capitalismo, una de ellas se refiere al carácter mundial que adquieren los procesos y fenómenos de nuestra época.
Ha sido incorporada a la economía mundial por presiones foráneas, el capitalismo no ha sido para ella el producto de una evolución interna, sino que ha llegado como una fuerza opresora y explotadora desde el exterior, ciertamente que para poder apoderarse del país ha contado con el apoyo de las clases dominantes; hemos seguido la suerte del capitalismo bajo el látigo de las grandes potencias. Hemos asimilado las grandes adquisiciones del capitalismo a saltos, las metrópolis nos han transformado a su modo y conforme a sus intereses materiales, sin interesarles al porvenir del país en su conjunto.
El hecho de que Bolivia se hubiese incorporado demasiado tarde a la economía mundial, cuando en el escenario ya aparecía el imperialismo determinó que fuese reducida a la condición de una semicolonia, No hemos tenido la oportunidad ni tiempo para un desarrollo capitalista pleno o integral; sobre esta miseria material no ha podido desarrollarse debidamente la democracia burguesa formal, sino que nos obligaron a acomodarnos a las necesidades materiales del amo imperialista. El régimen capitalista no es el camino de engrandecimiento de Bolivía, no es el marco dentro del cual conocerá plenamente la civilización porque no le permite asimilar a plenitud los grandes avances de la propia sociedad capitalista, sólo puede asegurarle miseria y explotación por el imperialismo. No hay ya para nosotros la posibilidad de desarrollo dentro del capitalismo.
El desarrollo integral y armónico de Bolivia, su ingreso pleno a la civilización, que es una necesidad histórica, se logrará únicamente cuando se derribe la muralla imperialista que impide el cumplimiento del objetivo de superar el atraso y la miseria, cuando se superen las relaciones de producción precapitalistas todavía imperantes en parte de nuestro territorio, es decir, cuando se consume la revolución social acaudillada por el proletariado, cuando se instale el gobierno de los obreros y campesinos y se abra así, la perspectiva de la sociedad socialista. Entonces se podrá decir que se ha dado un firme paso hacia la constitucionalización de los Estados Unidos Socialistas de América Latina, que permitirán la integración continental, la solución de innumerables problemas que ahora parecen insolubles, etc.
La clase obrera, por ser la única que no tiene ninguna forma de propiedad sobre los medios de producción y que produce socialmente, tiene instinto socialista; sus intereses chocan con la gran propiedad privada de la burguesía y el imperialismo, por ello le corresponde, independientemente de ser demográficamente minoritaria, el papel de dirección política del conjunto de los oprimidos que constituyen la gran mayoría nacional y son la fuerza material que hará posible la revolución.
(POR Bolivia – masas nº2704)