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El FMI decide que se puede otorgar un bono para fin de año

Lo condiciona a que se logre financiamiento genuino, sin emisión, que no afecte el objetivo de 2,5% de déficit de presupuesto y que sea muy controlada su aplicación de manera que el FMI pueda fiscalizarlo en sus próximas visitas.

El FMI controla, audita, aprueba la marcha de su programa económico y decide qué medidas pueden aplicarse y cuáles no. En este caso un bono para contener muy parcialmente los efectos devastadores de la inflación entre los sectores más empobrecidos.

El gobierno dice que utilizará parte de los ingresos provenientes del “plan soja” que facilitó, en septiembre, las exportaciones que tenían retenidas a cambio de la devaluación que reclamaban.

Los máximos responsables del FMI representados por la subdirectora gerente del organismo controlan diariamente cuestiones puntuales del programa económico. Siguen con atención cada detalle, preocupados por la desconfianza que tienen los acreedores en que Argentina pueda cumplir los compromisos de pago que firmó. Exigen un duro plan de ajuste para seguir adelante con las aprobaciones trimestrales del FMI (con cada aprobación se devuelven al país los importes pagados, en forma de nuevo préstamo).

El acuerdo con el FMI acentúa la dominación semicolonial del país. Debe ser desconocido junto con toda la deuda externa. El gobierno Fernández-Kirchner decidió que el eje de su política era reconocer la deuda y pagarla, reforzando el sometimiento nacional. Las consecuencias de semejante subordinación están a la vista.

 

(nota de MASAS nº423)

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