Apuntes para el debate sobre el peronismo
Perón regresó a la Argentina el 17 de noviembre de 1972. Y definitivamente, el 20 de junio de 1973. ¿Para qué? ¿Con qué objetivos políticos?
Debemos comenzar analizando esta situación desde su abandono del poder en 1955 teniendo las fuerzas sociales necesarias para oponerse y mantenerse en el poder. ¿Por qué decidió irse? Porque su proyecto nacionalista se había empezado a agotar. Desde la Primera Guerra Mundial hubo una transformación en la economía del país y también en la política con el surgimiento y potenciación de los movimientos nacionalistas burgueses. También marcó el comienzo del final de Inglaterra como principal potencia imperialista (que dominaba el país) y el rápido crecimiento de la penetración de EE.UU. desplazando a Inglaterra y profundizando el sometimiento nacional. Cualquier proyecto de liberación nacional exigía una ruptura decidida con el imperialismo, que ni el peronismo ni la burguesía estaban dispuestos a realizar.
A partir de su derrocamiento, quedó objetivamente como último recurso ante una agudización de la lucha de clases que pusiera en peligro la permanencia de la burguesía en el poder. Su enorme ascendencia política sobre las masas trabajadoras garantizó su retorno al país, tras permanecer por más de 17 años de exilio, como la última esperanza para subordinar a los trabajadores al marco legal del Estado burgués, de abandonar su insurgencia.
A pesar de los fusilamientos, detenciones en masa, intervenciones en todos los sindicatos y la CGT, los trabajadores permanecieron en lucha recuperando la CGT y los sindicatos y convocando a plenarios obreros (Huerta Grande 1957 y La Falda 1962) donde se elaboraron los programas más avanzados de la época en defensa de nuestra soberanía política, independencia económica, y el rol central de los trabajadores en todas las resoluciones políticas-económicas y sociales que se tomaran desde el gobierno (programas cuya mayor limitación era que reconocían la dirección política del peronismo). En este proceso de ascenso del movimiento obrero se produce la lucha obrera-estudiantil del Cordobazo que marcaría el comienzo de una nueva etapa política. Luego, Sitrac-Sitram (1970/71) y los sindicatos clasistas en lucha; Villa Constitución y su extraordinaria huelga general durante más de un mes (1975); las coordinadoras interfabriles del Gran Buenos Aires (1975/76), etc.
Extraordinarias movilizaciones obreras y estudiantiles se sucedían a diario poniendo en jaque al gobierno burgués, arrancando fuertes conquistas. Esta era la situación política en el regreso de Perón a la Argentina. ¿Qué sucedió desde entonces a la actualidad?
Argentina controlaba desde el Estado todos sus puertos, sus vías marítimas y fluviales, su flota mercante transportaba sus mercancías por todo el mundo, sus astilleros navales estaban en plena producción. En el Plumerillo Mendoza había una fábrica de aviones argentina. Los ferrocarriles cubrían todo el territorio nacional con locomotoras y vagones de carga y de pasajeros de producción nacional (Tafí Viejo). Las rutas eran construidas y mantenidas por Vialidad Nacional, de libre circulación, sin pagar peajes como ahora. Fabricaciones militares producían vehículos blindados, tanques y tanquetas, aviones de combate (Pampa y Pucará) y hasta cohetes y misiles. Prácticamente había pleno empleo, en su mayoría con empleos registrados, con salarios mínimos con un poder adquisitivo muchísimo más elevado que hoy. En 1975, bajo el gobierno peronista de Isabel Perón, se implanta una política de fuerte ajuste contra los oprimidos, denominada “Rodrigazo”.
Lo primero que hizo Perón en su retorno fue dar un respaldo a la burocracia colaboracionista, podrida, corrompida, que el movimiento obrero venía reemplazando con nuevos dirigentes clasistas. El mayor problema era que la mayoría del movimiento obrero, incluso buena parte de la vanguardia en lucha, seguía reconociendo a Perón como su jefe, con fuertes ilusiones y aquellos sectores que no tenían ninguna ilusión quedaban transitoriamente aislados llamando a enfrentar el “pacto social” que impulsaba el gobierno.
Perón buscó destruir también la unidad obrera-estudiantil que había sido una conquista histórica del movimiento obrero. En el movimiento estudiantil también se produjo un período de desmovilización debido a las ilusiones en Perón. Las ilusiones en su autoridad fueron un factor de confusión y división en las clases medias.
Reimplantar su vieja consigna “del trabajo a casa y de casa al trabajo” para aislarlo del resto de la sociedad, acentuar la despolitización del movimiento obrero para así subordinarlo a su dirección política. Dividió, desmovilizó y, sobre todo, desmoralizó a la nueva vanguardia obrera y estudiantil durante un período, que no pudo rearmarse y no pudo enfrentar la política golpista del imperialismo que significó la cruel derrota impuesta por el imperialismo yanqui a través del Plan Cóndor y las dictaduras militares. El mayor retroceso social de la historia de los pueblos trabajadores de Chile, Perú, Bolivia, Brasil, Uruguay y Argentina.
Las consecuencias las tenemos a la vista: derrota histórica del movimiento obrero que padeció la detención y desaparición de sus nuevas direcciones, de sus cuerpos de delegados y comisiones internas que fueron el corazón del mismo. Esa derrota fue la condición para imponer la entrega del país y el retroceso brutal de nuestras condiciones de vida. La Nación fue diezmada, todas sus empresas privatizadas a precio vil, sus recursos naturales controladas por multinacionales, el Río Paraná en manos de multinacionales sin control por parte del Estado. Sin salida marítima, ni fluvial soberana, se sale por Uruguay. Etc. Etc. ¿Para qué regresó Perón? Él creó las condiciones políticas para que se aplicara el Plan Cóndor, bajo su gobierno se organizaron las AAA, bajo su gobierno empezó la feroz represión estatal y paraestatal contra el movimiento obrero y la juventud para que la dictadura pudiera hacer lo que hizo. Esta es la responsabilidad política histórica de Juan Domingo Perón, que, en algún momento, la emancipación política de la clase obrera rendirá cuentas con él.
Nosotros, el Partido Obrero Revolucionario, expresión consciente de los intereses históricos del proletariado, debemos esclarecer minuciosamente este proceso histórico en Argentina y toda Sudamérica hasta comprender el descomunal retroceso nacional y social que estamos padeciendo, y las tareas que debemos desarrollar para emanciparnos como Nación y como clase explotada, agrupando a todos los oprimidos bajo nuestra dirección política, a través del Frente Único Antiimperialista. Tomar el Poder y establecer la Dictadura del Proletariado, que significará la unidad del conjunto de la Nación oprimida en lucha por su emancipación Nacional y Social hacia el socialismo, hasta fusionarse con el Comunismo científico universal que expresará la liberación definitiva de la humanidad.