Bolivia: La brutal respuesta burguesa a las demandas del magisterio
El aparato represivo del Estado Burgués se empeña en escarmentar a los maestros movilizados
El domingo 9 de abril por la noche, fuertes contingentes de policías han sido apostados en los retenes más importantes del camino Cochabamba – Oruro – La Paz con la finalidad de impedir el paso del tercer contingente de maestros que se trasladaban a la sede de gobierno con la finalidad de realizar movilizaciones y vigilias exigiendo la pronta respuesta favorable a sus demandas. De la manera más abusiva han decomisado petardos, vinagre, bicarbonato y otros insumos necesarios para la movilización en las calles paceñas. Durante la semana, los marchistas del interior y de La Paz han sido duramente reprimidos haciendo derroche de gases y balines que los policías disparaban a quemarropa a la humanidad de los maestros; más de cien heridos han sido derivados a las clínicas que contrató la Confederación del sector y, como corolario de la saña con la que se ha empeñado el gobierno de amedrentar a los maestros, faltando horas de que los marchistas retornen a sus distritos, el viernes 14 de abril, agentes civiles han detenido al profesor Gareca de Sucre y los aparatos de inteligencia han anunciado que se encuentran buscando al Ejecutivo del mismo Departamento, el profesor Villalpando. El cargo fabricado de la manera más burda contra estos maestros es de ROBO porque Villalpando habría arrebatado un escudo a un miembro del contingente policial que reprimía en las calles de La Paz.
Estos incidentes represivos son el anuncio de que el gobierno está empeñado en organizar y armar adecuadamente el aparato represivo del Estado frente a la posibilidad de que, en las próximas semanas, se desencadenen en el país grandes movilizaciones de diferentes sectores con tendencia a unificarse en torno a problemas comunes como la Gestora Pública, el incremento de sueldos y salarios y la pretensión del gobierno de aprobar leyes orientados a penalizar la protesta social, reglamentar el trabajo informativo de la prensa y el uso de las redes sociales.
Es natural que el Estado acentúe su carácter represivo cuando la lucha de clases se exacerba, surge la tendencia a rebasar su control sobre la sociedad en su conjunto y pone en peligro su seguridad como instrumento de opresión al servicio de los intereses de la clase dominante nativa y de las transnacionales imperialistas. Frente a esta realidad, los sindicatos independientes del Estado burgués, de las expresiones política de la clase dominante y de la derecha en general, deben guardar los recaudos correspondientes para repeler la violencia estatal contra el movimiento obrero, popular y contra las organizaciones revolucionarias; hay que organizar la autodefensa de las sedes sindicales, de los dirigentes más connotados y de los militantes revolucionarios. Frente a la violencia de Estado burgués hay que contraponer la violencia revolucionaria de las masas movilizadas.
Es preciso tomar en cuenta que, cuando la movilización de las masas ha llegado a un punto tal de radicalidad generalizada, puede terminar rebasando el control del aparato represivo, éste se diluye en su capacidad de movimiento y efectividad y puede fracturarse internamente; experiencias de este tipo en el país son frecuentes porque son élites minoritarias quienes gozan de sueldos expectables y trato especial. La gran masa de la tropa se encuentra en condiciones lamentables de discriminación.
(nota del POR Bolivia – Masas nº2740)
SOBRE LA ENTREVISTA AL PRESIDENTE Y SU EVALUACIÓN DE SU “MODELO ECONÓMICO SOCIAL COMUNITARIO”
Con una sonrisa forzada, Arce Catacora sobrevalora su gestión económica. Considera que todo anda de maravilla y aquí no pasa nada. Por el otro lado, políticos y economistas de la derecha tradicional, dan el grito al cielo denunciando al presidente como mentiroso, anunciando el advenimiento inminente de un colapso de la economía boliviana. Ambos puntos de vista, de acuerdo a lo que les interesa para sus proyecciones políticas.
La realidad la palpa día a día el ciudadano de la calle y el campesino de tierra adentro, poniendo de manifiesto las verdaderas consecuencias para la economía boliviana de la aplicación de su “modelo” en los 17 años de gobiernos masistas.
La bonanza y la “buena racha” en ese periodo de magníficos ingresos por la exportación de gas, benefició principalmente a los empresarios extranjeros y nacionales, pero no a la mayoritarias empobrecidas del país, que hoy ven reducidos sus ingresos, reducidas las posibilidades de encontrar un empleo estable, con una deficiente calidad de vida (educación, salud y vivienda).
La escasés de dólares en el mercado, ha hecho que se cree un mercado paralelo por conseguir divisas -los puntos extras la cargan a los precios al consumidor final-, descubre la existencia de una verdadera “paradoja económica”: Superávit comercial, con récords en exportaciones, pero con déficit fiscal. Quienes se embolsillan los dólares que ingresan y que al final se los llevan afuera a bancos extranjeros y/o a paraísos fiscales, son los grandes empresarios mineros privados, los cooperativistas del oro aliados a capitales extranjeros, los grandes contrabandistas y los terratenientes de la agroindustria, siendo los privilegiados del “proceso de cambio”.
El gobierno desesperado no puede hacer mucho para revertir este hecho y canalizar que estos recursos privados ingresen a las arcas del BCB y al TGN.
El gobierno hará TODO para no llegar a tomar las medidas catastróficas de eliminar los subsidios a los combustibles y eliminar el tipo de cambio fijo; lo que provocaría una convulsión social que pondría en riesgo su permanencia en el palacio y frustraría su objetivo de volver a postular el 2025. Por lo que apunta a paliativos que le permitiría, por algún tiempo, capear la tormenta, la monetización del oro metálico del BCB, comprometer los dineros de los aportes de los trabajadores (Gestora), endeudar hasta el pescuezo a la nación y entregar a la voracidad de las transnacionales nuestros recursos naturales
El ministro Cusicanqui implora nuevos préstamos para Bolivia en la reunión última del Banco Mundial, el ministro de Hidrocarburos, Franklin Molina, dice que la Ley 3058 de hidrocarburos “cumplió su ciclo” y que el gobierno prepara un anteproyecto de Ley de Asociaciones en el sector, que permita mejorar las ventajas económicas para que nuevas empresas extranjeras se animen a invertir en nuevos pozos.
La cuestión de fondo en debate, no es si el gobierno pueda o no capear las turbulencias financieras actuales, sino de evaluar las consecuencias para nuestro futuro de la masiva presencia e ingreso al país de capitales imperialistas.
Al final, al hacer el balance de la aplicación de su “modelo”, lo único que ha conseguido es profundizar nuestra dependencia hacia estos profundizando nuestra condición de economía extractivista.
Por último, la tan mencionada política de “sustitución de importaciones” hacia un proceso de “industrialización” con nuevas “48 plantas industriales” presentadas, no van a solucionar la ausencia de un sector industrial que produzca productos de consumo final para las familias bolivianas; la gran mayoría de productos manufacturados vienen de afuera (“made in China” principalmente), Bolivia no fabrica ni palitos de fosforo. Este discurso industrialista está condenado al fracaso, puesto que el aspecto central de su política económica es el rentismo y el entreguismo de nuestros recursos naturales al imperialismo.
Toda la historia económica del país ha demostrado que la presencia de grandes capitales imperialistas en Bolivia impide cualquier intento de desarrollo serio de un aparato industrial propio y define nuestra condición de país de capitalismo atrasado de economía combinada y sometida a los intereses imperialistas.
(nota del POR Bolivia – Masas nº2740)