Sobre la inseguridad
La inseguridad es consecuencia de la extrema marginalidad social de la enorme mayoría de la población. Enorme porcentaje de desocupados, changarines, precarizados, ocupados en blanco que no cubren el costo de la canasta familiar y muchos de ellos deben recurrir a comedores comunitarios para poder comer.
Todos sufrimos la inseguridad social de este sistema putrefacto, que en su descomposición nos condena a la barbarie. Estamos viviendo la barbarie capitalista en todo el mundo. Y quienes, supuestamente, deberían garantizarnos seguridad en muchos casos son responsables de la delincuencia. Por supuesto los trabajadores tienen todo el derecho a reclamar seguridad en su puesto de trabajo. Lo matan estando trabajando, cumpliendo su jornada laboral. Toda nuestra solidaridad.
Para comprender el problema de la seguridad social debemos analizarlo dentro del contexto social que vivimos ¿Siempre fue así? No. Cuando había ocupación, cuando el 90% de los trabajadores tenían sus puestos de trabajo, con un salario que cubrían sus necesidades familiares básicas, la inseguridad era marginal, una excepción, casos aislados.
¿Cómo reconquistamos nuestra seguridad social? Choferes, pasajeros, vecinos, chicos que vuelvan a jugar libremente en las calles y se sepan protegidos por todos los adultos, que sus propios padres puedan confiar porque conforman la misma comunidad. Ya vivimos esta situación social en los ‘70.
Transformar nuestras propias experiencias históricas en conciencia política y organizarnos para hacerlo realidad. Necesitamos crear millones de puestos de trabajo en todo el país. Con salarios que cubran el costo de la canasta familiar. Que se construyan viviendas hasta que ninguno quede sin su casa propia.
No es una utopía, simplemente es la defensa de los intereses de la Nación y de toda la sociedad. Reabrir los talleres ferroviarios (Tafí viejo), volver a construir vías, locomotoras, vagones de carga y de pasajeros, se crearían, de conjunto, millones de puestos de trabajo ya que moverían siderúrgicas, pueblos enteros que fueron abandonados y que nuevamente se integrarían a la sociedad a través del ferrocarril. Podríamos decir lo mismo con los astilleros reconstruyendo nuestra flota mercante como supimos tenerlo. Producir barcazas y buques mercantes que trasladen nuestros productos por todo el mundo, como tuvimos.
Necesitamos organizarnos como clase, tomar en nuestras manos los intereses de la Nación y del conjunto de la sociedad. Quienes gobiernan y gobernaron no lo harán, defienden otros intereses.