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La Cámara de Diputados de Mendoza que declaró a los mapuche «pueblos originarios no argentinos» debe ser repudiada en todos los ámbitos

En una muestra de colonialismo, racismo e ignorancia la Legislatura de Mendoza aprobó el 29 de marzo, con 30 votos afirmativos, ocho negativos, cuatro ausentes y seis abstenciones, una ley provincial que desconoce la preexistencia del pueblo nación Mapuche en Argentina, al afirmar que «los mapuches no deben ser considerados pueblos originarios argentinos en los términos del art. 75 inc. 17 de la Constitución Nacional y los Tratados Internacionales».

Esta Ley de Mendoza debe ser desconocida y derogada.

La resolución también repudia el decreto 805/21, que prorroga la Ley 26.160 de emergencia territorial indígena (que suspende desalojos de comunidades indígenas y la realización de relevamientos territoriales), y expresa «preocupación» por la no participación de la provincia en el relevamiento territorial realizado por el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) que reconoció territorios a tres comunidades, seguramente algunas empresas tienen algún interés en esas tierras.

Comunidades indígenas Huarpe, Mapuche, Colla y Guaraní de Mendoza (que se manifestaron en las puertas de la Legislatura durante el tratamiento del dictamen), junto a otras organizaciones, repudiaron la resolución al considerar que se trata de un «intento de institucionalizar el racismo en Mendoza» y «un retroceso en el marco legal de reconocimiento de derechos de los pueblos indígenas de Argentina».

Investigadores de diferentes universidades argentinas y extranjeras y de centros del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) denunciaron y repudiaron lo que consideran una «campaña estigmatizante y racista que se viene produciendo día a día hacia el pueblo originario Mapuche».

En Mendoza hay una clara derechización del gobierno que se expresa también en la detención y persecución a activistas políticos y sociales a los que hizo procesar, al igual que a los integrantes de las “asambleas por el agua” que cuestionaban la explotación minera. Recientemente atacaron la muestra 8M Manifiestos Visuales en la Universidad de Cuyo (UnCuyo).

El gobernador Suárez y Cornejo, en redes sociales y discursos públicos hablan de “pseudo mapuches” y “mapuches autopercibidos”. Sus medios multiplican esos términos y dan espacio a historiadores que niegan la existencia de mapuches en Mendoza como parte de la campaña para generar un prejuicio en la población. Hablan del “enemigo mapuche”, el “mapuche extranjero”, el que “invade las tierras argentinas”. Pretenden generar un sentimiento antimapuche en la población para capitalizarlo electoralmente.

Una de las pruebas más elocuentes de la preexistencia del pueblo originario mapuche “es el poncho que los pehuenches le regalaron a José de San Martín en 1816. Ese poncho fue de lo más elaborado por el arte textil mapuche”.

Y una muestra del vínculo estrecho es el parlamento con los Pehuenches de 1816, que con una población de un par de miles, ocupaban las faldas orientales de la cordillera al sur de Mendoza. El grueso de la comunicación entre Cuyo y Chile pasaba por esa zona. San Martín en la “guerra de zapa”, guerra de espionaje y sabotaje, había contado desde 1814 con la ayuda de los nativos, de hábitos nómades y dedicados a la cría de caballos y ganado. Cuando estaba en las fases finales de los preparativos del Cruce de los Andes, diseñando el plan para el cruce en varios puntos de la cordillera, personalmente decidió conferenciar con los pehuenches el 10 de septiembre de 1816. Tenía en mente dos objetivos, uno logístico, el caballar de las tribus era de excelencia, y otro, militar, asegurar el permiso de las tribus para el paso de las tropas. Los pehuenches de ambos lados de la Cordillera son parte del pueblo mapuche.

Argentina y Chile como países se puede decir que existen desde el siglo XIX y sus fronteras se han terminado de delimitar hace aproximadamente 30 años por necesidades de las mineras transnacionales. Los pueblos originarios existen desde siglos antes, sin fronteras, la Cordillera no era una frontera, no había ninguna división territorial.

Los mapuche son autóctonos, no invasores como ridículamente se los presenta, era su territorio a ambos lados de la Cordillera, sin desconocer que hubo enfrentamientos o desplazamientos de distintos pueblos. Cuando se produce la araucanización en el siglo XVI no existían Chile y Argentina.

A nivel nacional hay una campaña permanente de los grandes medios de comunicación contra la lucha del pueblo mapuche, para construirlo como un enemigo y al mismo tiempo reivindicar la ocupación y usurpación de tierras por parte de los Lewis, Bennetton, etc. que sin ninguna duda son extranjeros multimillonarios. El gobierno mendocino permite a capitales extranjeros tener hasta 300 mil hectáreas; gran parte en zona de frontera, donde está prohibido por ley. El Congreso de Mendoza y el Gobierno actúan por cuenta del capital financiero que invade y saquea para su beneficio.

Debemos recuperar todas las tierras usurpadas en manos de los terratenientes, extranjeros o que se digan nacionales, expropiándolas.

 

(Nota de MASAS nº435)

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