Unión por la Patria (anteriormente Frente de Todos) presentó su plataforma electoral ante la Justicia electoral, de cobardía y sometimiento al gran capital

El cambio de nombre no los exime de hacer un balance de su gestión política de 4 años que provocó un mayor retroceso en la condiciones de vida y de trabajo de las masas, en mayor sometimiento nacional y saqueo de nuestras riquezas.

Hablar de soberanía política y justicia social sin hacer ese balance es pura hipocresía para endulzar los oídos de quienes están hartos de este gobierno de Fernández-Kirchner. Es otro documento miserable, que no puede ocultar el abandono de las banderas históricas del nacionalismo burgués, de sometimiento a la gran propiedad privada y al capital financiero. Documento y Frente al que adhieren los sectores “progresistas” y de “izquierda” del peronismo, el Partido Comunista, y otras organizaciones que se consideran de izquierda. ¿A esto se referían cuando hablaban de coincidencias programáticas, antes que candidaturas?

La idea de “un amplio acuerdo” fracasó. Como era previsible, ya que no es posible un acuerdo entre sectores antagónicos e irreconciliables. El resultado es el sometimiento a los intereses de los más poderosos. Insistir con lo mismo lleva al mismo resultado.

Se menciona que el intento de asesinato de Cristina Kirchner expresa la ruptura del “pacto democrático reconstituido en 1983”. Es una impostura olvidar los desaparecidos y asesinados en la represión en La Tablada, la represión a los pucherazos, los asesinatos en el puente de Corrientes, los asesinatos del 19 y 20 de Diciembre, los de Kosteki y Santillán y la represión sobre el Puente Pueyrredón, de Santiago Maldonado, Rafael Nahuel, Teresa Rodríguez, la represión sobre los petroleros de Las Heras, el asesinato de Carlos Fuentealba, de Mariano Ferreyra, y tantos otros.

¿De qué calidad institucional hablan? Se olvidan del “punto final” y “obediencia debida”, de cómo fue forzada la salida anticipada de Alfonsín, de la reforma del Estado de Menem que fue un negociado gigantesco, que entregó empresas estatales estratégicas a las multinacionales a precio vil, provocando una desocupación masiva, de cómo se pagó la deuda externa fraudulenta, de cómo el imperialismo copó la Corte Suprema, de cómo se maniobró para que los responsables de la dictadura genocida quedaran impunes, de cómo los principales medios de comunicación fueron cooptados por el capital financiero. Se olvidan de cómo estalló la convertibilidad y la salida apurada de De La Rúa con tantos muertos, de cómo se destrozó el salario y cómo se confiscaron los ahorros de la clase media…

No puede haber democracia burguesa en una semicolonia del imperialismo, ese fue un privilegio que tuvieron algunos países capitalistas desarrollados. Por lo tanto no se puede profundizar lo que no hay ni puede haber y que se descompone a pasos acelerados. Las formas democráticas son abandonadas en todo el mundo por la burguesía ante la necesidad de descargar toda su crisis sobre las masas, avanzando las formas dictatoriales, autoritarias, fascistas.  La democracia sólo puede ser conquistada por la clase obrera en el poder, acaudillando a todos los oprimidos, construyendo sus propias organizaciones para la participación política directa.

La plataforma dice que se debe “debatir un nuevo modelo de país y cómo vamos a salir de la economía bimonetaria” sin decir de qué se trata. El debate debió ser previo. Se supone que es una plataforma para gobernar, para orientar su política. Por lo tanto es verso, es la confesión de ausencia de ideas.

La plataforma considera necesaria “una alianza virtuosa entre lo público y lo privado, que ha actuado como una polea de desarrollo y crecimiento en las economías más pujantes que surgieron en los últimos 50 años”. No es posible la coexistencia y alianza con poderosos sectores capitalistas que monopolizan ramas vitales de la economía. Esta expresión de deseos es otra confesión de impotencia. Los monopolios no quieren ninguna alianza quieren tener libertad total para producir lo que les venga en gana, exportar lo quieren, fijar los precios sin regulaciones, ganar sin límites. Cuando menciona “desmonopolizar y estimular la competencia” es pura demagogia. Desmonopolizar solo es posible expropiando, estatizando los monopolios, cuestión de la que no se habla.

No se propone desconocer toda la deuda fraudulenta sino que se pueda exportar lo suficiente para la “generación de un excedente genuino de divisas” para poder pagarla.  Así sería posible la “soberanía política” ante los condicionamientos que impone el FMI, ¡pagándoles!. Ni una palabra de sus campañas anteriores de investigar la deuda y que la paguen los que fugaron las divisas.

No plantea que salarios y jubilaciones deben alcanzar para cubrir lo que cuesta la canasta familiar sino “recuperar el poder adquisitivo de los salarios y jubilaciones”, ¿cuánto? ¿Un puntito por año?

Cuando dice “garantizar y defender los derechos vigentes y promover nuevos derechos en el mundo laboral actual, y así mejorar las condiciones de vida de nuestro pueblo”, no dice que se debe terminar con toda forma de trabajo precarizado, con monotributos y contratos. No dice cuántas viviendas construirán por año ni cómo se industrializa el país.

Esto es todo lo que puede ofrecer el peronismo para un próximo gobierno. Es necesario que los trabajadores se independicen políticamente, que sólo confíen en sus propias fuerzas, organización y lucha. No depositar la más mínima ilusión en estas políticas de conciliación y frustración.

 

(nota de MASAS nº437)

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