Salió el Boletín Internacional del CERCI nº38

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Reconocimiento al trabajo y a la obra de Guillermo Lora

14 años del fallecimiento del dirigente del Partido Obrero Revolucionario (POR) de Bolivia y del Comité de Enlace por la Reconstrucción de la IV Internacional (CERCI) 


Presentación del Boletín

Este Boletín Especial del CERCI -dedicado a la asimilación de los aportes de Guillermo Lora al marxismo-leninismo-trotskismo, y en particular a la lucha por la Reconstrucción de la IV Internacional- resultó de un esfuerzo colectivo de sus secciones, como forma militante de rendir homenaje al dirigente del POR y fundador del propio CERCI, en el decimocuarto aniversario de su muerte. Se compone de un acto político organizado por la dirección del CERCI, la participación en un programa emitido por TVCOMUNA y una entrevista en el canal @valter.ponto.

La edición en forma de Boletín Especial documenta este homenaje a la incesante labor de Guillermo Lora a favor de la causa del proletariado, de la revolución social, del internacionalismo y, por tanto, de la lucha mundial por la sociedad sin clases, el comunismo. Las exposiciones aquí editadas muestran cuán necesario es el estudio, asimilación y aplicación del marxismo-leninismo-trotskismo en las condiciones de profunda crisis de dirección mundial. Una necesidad que concierne no sólo a la obra de Guillermo Lora, sino también a la vasta elaboración del socialismo científico por Marx, Engels, Lenin y Trotsky, sobre todo.

Entendemos y valoramos que Guillermo está en la estirpe de los grandes comunistas, por haber dado continuidad a las formulaciones programáticas aplicadas a las condiciones particulares de Bolivia. Nos referimos a sus Obras Completas de 70 volúmenes, no tanto en relación a su extensión sino fundamentalmente por el esfuerzo y claridad que contienen, de aplicación sistemática del socialismo científico. La riqueza de observación, análisis y formulación teórica, frente a un largo período de la lucha de clases, férreamente centrada en el programa de la revolución proletaria y la línea política como orientadores de la acción del POR, son fuentes de experiencias indispensables para la construcción de partidos marxistas-leninistas-trotskistas, en cualquier latitud donde la vanguardia luche por la superación de la crisis de dirección, bajo la orientación del internacionalismo proletario.

En estos catorce años de actividad, hemos podido reconocer la gran pérdida física que ha sufrido la clase obrera boliviana, latinoamericana y mundial, al constatar que Guillermo Lora, hasta el último momento de su vida, aunó esfuerzos para continuar formulando las posiciones frente a los nuevos acontecimientos económicos, políticos y sociales, tanto a nivel nacional como internacional. Entre los diversos aspectos planteados y analizados en las exposiciones, hay uno de método y orientación programática, que es la relación entre la lucha nacional por la revolución y la lucha internacional por el derrocamiento del capitalismo y la construcción de una sociedad comunista.

Este punto merece ser destacado precisamente porque se refiere a la propia construcción de las secciones que hoy integran el CERCI y a la necesidad de crítica al revisionismo que se instaló en la dirección de la IV Internacional y que la llevó a la desintegración entre los años 50 y 60. El POR, bajo la dirección de Guillermo Lora, aporta muchas lecciones en este sentido. Proceso que estuvo marcado por la crítica y la autocrítica.

En uno de sus últimos escritos, de octubre de 2008, titulado “¿Rumbo a la barbarie?”, Lora retoma y refuerza este presupuesto fundamental del marxismo-leninismo-trotskismo. Aquí está “La experiencia dura y llena de frustraciones nos obliga a materializar, por parte de todas las secciones nacionales de la Internacional, la estructuración de las secciones de la IV Internacional con sus programas nacionales, como expresión marxista de la lucha por la solución de los problemas y de la estrategia de cada una de ellas, parte integrante del propósito de la Internacional mundial. (…) No se debe olvidar que las secciones nacionales de la Internacional marxista-leninista-trotskista tienen la obligación de responder a sus problemas nacionales y perfeccionar su programa, partiendo de sus experiencias cotidianas. (…) La experiencia nos enseña que la resistencia en la elaboración de los programas de los diversos partidos trotskistas es el resultado de la insipiencia de la militancia, que les impide conocer a fondo el marxismo. (…) Una vez más, debemos señalar que el Programa de Transición de la IV Internacional, aprobado en septiembre de 1938, expresa las leyes mundiales del capitalismo y del movimiento obrero internacional. Estas leyes se concretan en el marco de las particularidades nacionales, lo que nos obliga a revelarlas. Los programas nacionales deben ser utilizados y aplicados en estrecha relación con el Programa de Transición (…) Una de las tareas esenciales es la actualización y el ajuste de los programas internacional y nacionales”. También en octubre, Lora en su texto “Datos sobre el trabajo realizado” concluye: “La autocrítica del trabajo realizado hasta ahora a nivel internacional es indispensable para el fortalecimiento del trabajo en los diversos países”.

Señalamos estas últimas consideraciones de Lora como una tarea a encarar por el CERCI y, por ende, por sus secciones. El largo recorrido del POR en medio de la convulsa y aguda lucha de clases en Bolivia y América Latina confirma la tesis anterior. Las características de la barbarie del capitalismo en decadencia y descomposición de su última fase, que es la imperialista, han sido largamente demostradas por los marxistas. Las revoluciones proletarias del siglo XX, encabezadas por la Revolución Rusa de octubre de 1917, no por casualidad, tuvieron lugar entre dos guerras mundiales. Abrieron el camino a la lucha y a la superación del capitalismo, por lo tanto, surgieron como respuesta histórica a la barbarie social, que surge en la sociedad de clases más elevada y avanzada. Sin la continuidad de las revoluciones y el desarrollo de las relaciones socialistas de producción a escala mundial, el capitalismo históricamente agotado sólo tendría para ofrecer a la mayoría oprimida la barbarie.

Guillermo Lora dedicará algunos escritos al final de su vida a los peligros de la barbarie, que tiene una relación directa con la crisis de dirección, expresada en la desintegración organizativa de la IV Internacional y el retraso en su reconstrucción. El derrumbe de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas confirmó la caída del estalinismo, sin que hubiera pasado por una revolución política, formulada por Trotsky en su lucha contra el termidor y defendida por Guillermo Lora, frente a la marcha restauracionista, encabezada por el propio Partido Comunista, bajo la dirección de Mijail Gorbachov. Su crítica demoledora a la glasnost y la perestroika y la defensa de la revolución política fue, podría decirse, un esfuerzo aislado del POR, en las condiciones del avance arrollador de las fuerzas contrarrevolucionarias, impulsadas por el imperialismo y encarnadas por las direcciones estalinistas.

Queda por hacer un balance más completo del curso de la contrarrevolución que creció durante y después de la Segunda Guerra Mundial. Y allí destacaremos la importancia de las posiciones del trotskismo conservadas, aplicadas y fundamentadas por Lora en las condiciones en que prevaleció la contrarrevolución en detrimento de la revolución, que culminó en el colapso y liquidación de la                        URSS.

A 14 años de la muerte de Guillermo Lora, el CERCI enfrenta la difícil tarea de luchar contra la guerra en Ucrania, la confrontación económico-comercial de Estados Unidos con China y la escalada militar, que ha mostrado uno de los mayores impulsos desde la Segunda Guerra Mundial. Estamos profundamente convencidos que la vanguardia con conciencia de clase necesita de las experiencias concentradas por el POR de Bolivia y de las ricas formulaciones programáticas que se han venido materializando en los largos años de militancia del compañero Guillermo Lora.

¡Memoria eterna a Guillermo Lora!           

Por la dirección del CERCI, Atilio de Castro

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