Israel: Retomada de la Reforma Judicial por el gobierno ultraderechista de Netanyahu reaviva la crisis política
El 24 de julio, la Knesset (Parlamento israelí) aprobó la primera parte de la reforma judicial propuesta por el gobierno de Netanyahu, que consiste en impedir que el Tribunal Supremo anule las decisiones del gobierno, utilizando el principio de «razonabilidad». Otras partes de la reforma se mantendrán hasta octubre, como permitir que el Parlamento rechace las decisiones del Tribunal Supremo por mayoría simple y que el gobierno amplíe su intervención en el nombramiento de jueces.
La aprobación fue de 64 a 0, debido al boicot de 56 diputados de la oposición liberal burguesa, que se retiraron en el momento de la votación. La oposición realizó una apelación al Tribunal Supremo para anular la nueva ley, que fue aceptada y se someterá al pleno en septiembre.
Hasta esa fecha, según parece, la crisis política se desarrollará en torno al intento del gobierno de ultraderecha de ampliar sus poderes frente al poder judicial, el único que sirve de trinchera a la oposición burguesa liberal para imponer limitaciones al gobierno. El Estado de Israel no tiene ni Senado ni Constitución, y las principales deliberaciones, la elección del primer ministro y la formación del gobierno corren a cargo de la Knesset (parlamento unicameral).
A finales de marzo, el gobierno de Netanyahu suspendió la tramitación de la Reforma Judicial, ante las intensas protestas y presiones de la administración Biden, para evitar que la crisis política se le fuera de las manos. El gobierno reanudó el proceso utilizando la táctica de aprobarla por partes. Esto desencadenó de nuevo protestas masivas, con bloqueo de la vía de acceso al Parlamento y violenta represión policial.
Las manifestaciones, sin embargo, no pudieron impedir la aprobación de esta primera parte de la reforma. Arnon Bar-David, líder de Histadrut, la confederación sindical que representa a los trabajadores del estado, declaró que se reuniría con otras organizaciones sindicales para discutir una huelga general «si la reforma sigue adelante». En la misma línea, más de 10.000 reservistas amenazan con retirarse y abandonar el servicio voluntario.
La aprobación de la primera parte de la Reforma se produce en medio de la intensificación de los ataques del Estado sionista contra el pueblo palestino, con invasiones militares, masacres y el avance de los asentamientos israelíes en Cisjordania. Aunque el Tribunal Supremo ha respaldado a lo largo de los años los ataques anexionistas del Estado sionista en Cisjordania, la aprobación de la Reforma Judicial eliminará cualquier mínimo obstáculo para que el gobierno ultraderechista de Netanyahu pueda intensificar su ofensiva contra el pueblo palestino.
Sin embargo, la crisis política y las manifestaciones se desarrollan en el terreno de las disputas interburguesas. Los manifestantes, que enarbolan la bandera del Estado de Israel en las protestas, no cuestionan la opresión de Israel sobre el pueblo palestino. Se dejan arrastrar por la política de la oposición liberal, que defiende la preservación de la «democracia» burguesa israelí, basada en el genocidio del pueblo palestino.
Ciertamente, la Reforma Judicial, que dará mayores poderes al Ejecutivo, servirá también para que el gobierno ultraderechista de Netanyahu descargue más rápidamente los efectos de la crisis capitalista sobre los explotados judíos y palestinos que viven en Israel. La crisis política israelí pone de manifiesto la necesidad de una dirección revolucionaria que defienda la política de independencia de clase frente a las disputas entre la ultraderecha y la derecha liberal, uniendo a los explotados judíos y palestinos en torno a reivindicaciones que defiendan sus condiciones de vida, ligadas a la lucha estratégica por la autodeterminación del pueblo palestino, la destrucción del Estado sionista de Israel y la constitución de una República Socialista de Palestina unida e independiente, como parte de la lucha antiimperialista de los explotados de Oriente Medio.
(POR Brasil – Masas nº694)