¿Hay dos modelos en choque?
Artemio López dice que estamos ante dos modelos en disputa, afirmación que repiten todos los periodistas e intelectuales que apoyan al gobierno y su candidato.
Dice: “Las elecciones de este año tienen una propiedad singular: no se está disputando un cambio de gobierno, sino un enfrentamiento que supone un cambio de régimen. De hecho, son dos modelos de acumulación y distribución completamente antagónicos”.
¿Qué define el modelo?
– Defensa de la gran propiedad privada de los medios de producción.
– Defensa de los monopolios y oligopolios que dominan sectores vitales de la economía.
– Reconocimiento de la propiedad de la oligarquía terrateniente.
– Defensa de la explotación del trabajo humano.
– Rechazo a establecer el salario mínimo igual al costo de la canasta familiar.
– Reconocimiento de todas las deudas fraudulentas del Estado que tuvieron como destino la fuga de divisas.
– No investigación del destino de los dólares de la deuda, manteniendo el secreto fiscal, bancario, impositivo.
– Promover el extractivismo minero, agrario o hidrocarburífereo para aumentar las exportaciones, para acumular dólares y pagar la deuda externa.
– No recuperar las vías navegables y los puertos.
– Rechazo al monopolio estatal del comercio exterior.
– No dar marcha atrás con todas las reformas neoliberales impuestas por la última dictadura y por Menem.
Por citar algunos aspectos esenciales que hacen a la definición del modelo y que comparten todos los partidos y frentes patronales sin excepción. Todos son tributarios del capitalismo en descomposición y avanzada putrefacción.
Heller dice “Para salir del fondo hay que pagarle, para pagarle hay que generar recursos”, a ¿qué modelo corresponde esta afirmación? Al mismo de Milei, de Larreta o Bullrich.
Para romper con este régimen de dominación debemos apuntar a sus bases materiales, solo terminando con esas bases podremos empezar a construir una nueva sociedad más justa y solidaria donde empecemos por resolver los problemas más urgentes y dramáticos de las masas antes que proteger el “sagrado derecho de propiedad”.