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En Argentina el ultra derechista Milei propone viejo sistema de “vouchers” educativos para privatizar educación

URMA Santa Cruz, Bolivia

El candidato libertario Javier Milei propone aplicar en la educación el sistema de “vouchers” educativos, o sea que el Estado argentino dé un cupón a cada padre de familia para que escoja una escuela donde poner a su hijo, sea privada o estatal. La idea es vieja y un retroceso que libera al Estado de garantizar el financiamiento de la educación. En las redes sociales resonó el tema cuando en las elecciones primarias argentinas apareciera ganador Milei, seguido de cerca por Bullrich del macrismo (oposición) y luego el oficialista Massa del kirchnerismo. La abstención, el voto blanco y nulo sumó como 15 millones de electores.

El sistema educativo por “vouchers” lo planteó el economista liberal Milton Friedman en 1955. Milei lo desempolva por la crisis económica que vive Argentina. Los vouchers o bonos resultarán de descuartizar el presupuesto educativo para entregarlo a las escuelas. La experiencia dice que las escuelas privadas, de fama, pedirán además aportes extras a los padres, mientras las escuelas adonde asiste gente de menores recursos declinan. Así se da la mercantilización y mayor privatización educativa.

El sistema de vouchers educativos ya se aplicó en varios países y la calidad educativa no aumentó. En EEUU se aplicó para mantener la segregación y desigualdad social. En Suecia provocó la caída de la calidad educativa según estudio del programa PISA. Igual se aplicó en Chile y generó discriminación generalizada, los colegios privados cobraron más aportes a los padres aparte de los vouchers, se formaron nuevos colegios particulares orientados a apropiarse del financiamiento estatal.

Contra el criterio ultraliberal se responde que la educación debe ser financiada por el Estado porque los estudiantes serán profesionales y mano de obra al servicio del Estado y de los dueños de empresas.

Milei justifica su posición asegurando que las escuelas del Estado son “centros de adoctrinamiento” a favor del Gobierno, sin decir que igual las escuelas privadas, entre ellas las que están en manos de iglesias, imparten creencias y doctrinas.

Milei aglutina el descontento social provocado por la altísima inflación y crisis económica argentina, que se le va de las manos al gobierno de Alberto Fernández, igual burgués y defensor de la gran propiedad privada, sin capacidad para resolver los problemas de ese país. Milei igual expresa ideas capitalistas, de tipo ultra-liberal, busca proteger la gran propiedad privada, no importa si lleva a la gente a mayor barbarie, anuncia drástica reducción del gasto público en desmedro de la salud y educación pública, fusionar ministerios, privatizar empresas estatales, permitir la compra-venta de armas y la venta de órganos, entre otras.

Privatizar la educación es un retroceso, para que, como en la época feudal, sólo reciba educación quien puede pagarla. Una educación efectivamente fiscal, única, laica y gratuita es con lucha.

La foto es de las redes sociales.


Milei y el fracaso de la democracia burguesa

Los resultados en las elecciones PASO de la Argentina, han arrojado como ganador al ultraderechista movimiento “La libertad avanza” y su candidato Javier Milei (19.8%), seguido por otra fórmula igualmente de derecha (Juntos por el cambio 18,6%), luego por el oficialismo peronista (17,9%) y al final con cada vez menos votos la “izquierda” electorera, centrista y social democratizada del FITU (1,6%).

Llama la atención el elevadísimo porcentaje de abstencionismo que sumados a los votos blanco y nulos supera el 43,67%. No se trata de “apatía electoral”, sino de un repudio activo a todos los candidatos burgueses, a la “farsa” electoral, a los negociados y trampas oportunistas de los políticos, que no dan respuesta a la situación crítica de la mayoría de los trabajadores. Se trata de un sentimiento común a una buena parte de los países latinoamericanos y de otros continentes. Los explotados ven que los medios electorales y parlamentarios, los mecanismos de la democracia burguesa no responden a sus necesidades y se lanzan a la búsqueda de nuevas alternativas. La democracia formal burguesa ya no puede contener el malestar social que tiende a rebasar los límites formales jurídico- parlamentarios, para afianzar la determinación de recurrir a la acción directa y la movilización. Algunos observadores ya han evidenciado la relación del crecimiento del abstencionismo como preludio de la convulsión social (Francia por Ej.).

No estamos ante un fenómeno históricamente nuevo, en víspera de la segunda guerra mundial se observó un proceso parecido. El fracaso, el agotamiento, el desencanto de los explotados frente a la democracia formal burguesa condujo a potenciar las salidas extremas a la crisis política. El dilema que se planteó fue fascismo (barbarie) o revolución proletaria.

La respuesta fascista, ultraderechista, se apoya en las capas en extremo oscilantes de la pequeña burguesía arruinada por la crisis y se potencia en la medida en que la respuesta revolucionaria proveniente del proletariado no avanza.

Milei, es atractivo ante las masas, de jóvenes desocupados, de comerciantes quebrados, sectores desesperados, etc. porque se presenta como un “enemigo del sistema corrupto”. Así se presentó Bolsonaro en el Brasil, Trump en EEUU, la ultraderecha chilena, etc. y en Bolivia no faltan los sectores pequeños burgueses ligados a la vieja derecha opositora que claman por un Milei boliviano y anuncian que se pondrán a la tarea de crearlo.

Lo que estos observadores no alcanzan a señalar es que este escenario de desencanto electoral, de repudio a todos los políticos burgueses, de búsqueda de una salida nueva a la crisis, solo puede afianzarse como agotamiento y superación de las ilusiones democrática en la medida en que la respuesta revolucionaria proletaria este presente, apuntando a señalar que todos los males derivados de la crisis capitalista serán superados expulsando a la burguesía del poder y a todos sus políticos corruptos para poner en pie un gobierno obrero campesino, camino al socialismo.

En el caso argentino, ese papel no lo cumple la presunta izquierda (FITU), que ha hecho una “santa alianza” con los partidos burguesas para tratar de “volver” a las masas desencantadas al redil electoral burgués. La ausencia de una dirección revolucionaria, puede, como en el pasado dar lugar que la rebelión porque “se vayan todos”, apenas se dé el aflojamiento de la tensión social y la movilización vuelva a hacer resurgir las ilusiones en la farsa electoral burguesa.

En Bolivia esta planteada la posibilidad de marcar la diferencia, dada la presencia e influencia histórica del POR, no sólo en el proletariado, sino también en las capas fundamentales de la clase media y que ha explicado las causas de la inviabilidad de la democracia burguesa en un país capitalista atrasado como es Bolivia, a la par que ha demostrado que los beneficios de la democracia sólo serán conocidos por las grandes mayoría en el marco del gobierno obrero campesino (Dictadura del proletariado).

En general, esta situación de creciente ola de agotamiento de la democracia burguesa y sus instituciones, que atraviesa la situación mundial agudizada y aguijoneada por la crisis, está lejos de atenuarse y actualiza el problema fundamental de nuestra época que es la ausencia y/o debilidad de la dirección revolucionaria del proletariado. Como en su momento afirmo Trotsky, la crisis de la humanidad es la crisis de la dirección proletaria. Al no ser está superada, el capitalismo en decadencia, la burguesía y el imperialismo, están empujando la humanidad hacia la barbarie.

(POR Bolivia – Masas nº2759)

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