La reforma educativa del Banco Mundial destruye la educación pública

La desintegración mundial del sistema capitalista lleva a la desintegración de todo el régimen social que expresa este modo de producción. La libre competencia fue desplazada por los monopolios de los medios de producción y el capital financiero internacional pasó a comandar la economía mundial. Los monopolios controlan la producción mundial e imponen sus intereses por sobre todos los demás productores. El capital financiero internacional avanza sobre la economía de los demás países, reestructura sus presupuestos e impone ajustes sobre todos los gastos sociales: salud, educación, viviendas, industrias, infraestructuras como rutas y caminos, transportes, servicios de luz, gas, agua, cloacas, etc. Subordina todos los intereses sociales elementales a sus intereses monopólicos mundiales.

En Argentina el gobierno de Carlos Menem en la década de los noventa llevó a fondo el proceso de desguace de la educación pública, gratuita, laica y científica que había comenzado la dictadura, provincializando, descargando sobre las provincias financiar los gastos de la educación y así desfinanciar la educación nacional en beneficio de la educación privada que es sostenida por el Estado vía subsidios, además de lo que deben pagar los padres de los alumnos.

El Estado, tanto provincial como nacional, precariza permanentemente las condiciones laborales y los salarios de los docentes y auxiliares pedagógicos y de maestranza. El Banco Mundial promueve modificaciones en los programas de estudios que rebaja permanentemente el nivel educacional de los alumnos de las escuelas públicas y luego los presenta como la prueba de que la educación privada es mucho mejor. Que por más que los padres deben hacer un esfuerzo en pagar la educación privada la realidad les demuestra que es en beneficio de sus hijos. Y así logran instalar la idea de llevar a sus hijos a la educación privada y pagar sus altas tarifas y condiciones que les imponen. Este “trabajo” por instalar estas ideas cuenta con la complicidad de todos los partidos burgueses y de la burocracia sindical que lo utiliza a su vez para desprestigiar a los docentes ante los padres y así debilitar sus luchas sindicales.

La mayoría de los padres no tienen ni idea del subsidio que el Estado le otorga todos los meses a las escuelas privadas, además de los aumentos permanentes que deben pagar los padres directamente, y del desfinanciamiento a las escuelas públicas, de las responsabilidades que el Estado descarga sobre los docentes de la escuela pública que deben hacer de padres, médicos, auxiliares de niños malnutridos, con hambre, falta de abrigos, libros y cuadernos, y además con una carga de violencia de la propia sociedad que descargan sobre los docentes. Este cuadro social es responsabilidad directa del Estado y de todos los gobiernos que se sucedieron desde la dictadura militar hasta hoy.

El presupuesto del gobierno debería estar al servicio de la salud y educación pública y gratuita, de la construcción de las viviendas necesarias para una población en aumento incesante, permanente. Y sin embargo el gobierno lo usa para pagar la deuda externa que es una estafa descomunal, de una banda de mafiosos como fue el gobierno de Macri y todos sus cómplices, desde el gobierno de EEUU, del FMI y de todos los políticos que firmaron su acuerdo con este robo descarado contra el país y que somete para pagarlo al conjunto de los trabajadores con hambre y pobreza. Alrededor del 80% de los trabajadores perciben salarios por debajo de la línea de pobreza y solo una ínfima minoría alcanza un salario que equivale al costo de la canasta familiar. Esta situación social extrema se viene dando desde la dictadura militar hasta ahora. Un proceso criminal que comenzó con la dictadura y que todos los demás gobiernos fueron agudizándolos hasta volverlos una situación explosiva. ¿Y ahora qué proponen para resolverlo?

Profundizar la represión aumentando los efectivos policiales y militares. Sancionar leyes que legitimen la represión criminal de quienes protesten contra esta desesperante situación a que nos someten vivir. El capitalismo mundial está agotado y recrea su imagen más nefasta: el fascismo. La única salida para el conjunto de la Nación oprimida es que la clase obrera se convierta en dirección política de todos los explotados y oprimidos y luche por expulsar a la burguesía y tome el poder para reorganizar la sociedad sobre bases socialistas, comunistas. Nuestro propio destino depende que resolvamos de esta forma la situación actual de profunda descomposición política, económica y social. 

(Nota de MASAS Nº443)

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