Grandes movilizaciones obreras en el mundo
Entrevista a Ramón Basko en el programa Nuevo Curso de la Radio FM 103.1 el día 01/12
¿Ramón, consideras que el planteo de crisis de dirección es adecuado para la contingencia en la que nos encontramos?
Ese es el centro de los problemas porque, como ya se afirmaba hace 60 o 70 años, las condiciones objetivas están maduras. El capitalismo está en descomposición y ya no puede desarrollar las fuerzas productivas. No hay más nada que esperar de este sistema; está cada vez más a la vista el problema de los problemas. ¿Por qué no podemos terminar con esta sociedad tan injusta que nos empuja a la barbarie? Por la crisis de dirección, porque los oprimidos no cuentan con su dirección y este es el drama.
En ese contexto, nosotros hemos pensado en hablar contigo porque nos enteramos con bastante costo para llegar a la noticia de diversas confrontaciones mundiales donde los trabajadores están tomando el camino de la lucha y tratando en esa lucha de hacer la experiencia para construir dirección. ¿Tenes el mismo panorama en torno a que hay lucha y, sin embargo, no se difunde, amen los conflictos y las guerras que el imperialismo produce, pero en la confrontación de clase contra clase en el conflicto de clase estrictamente capital-trabajo siempre se nos presenta un mundo como que no sucediera nada?
Eso que mencionas es fundamental, ya que los medios de comunicación contribuyen a ocultar luchas enormes que están ocurriendo en el mundo. Dejan a un lado, inclusive, las movilizaciones de millones en todo el mundo en solidaridad con Palestina. Dejando a un lado esto, podemos verificar, por ejemplo, hace tres semanas en Bangladesh ha habido una lucha extraordinaria de las trabajadoras textiles. Decenas de miles salieron a la lucha y ya llevan cuatro muertos en esa lucha.
En Panamá, la semana pasada se sumaron otros dos muertos en las luchas. Una lucha extraordinaria que empezó con huelgas generales el año pasado y este año con una rebelión contra el gobierno que extendió la minería abierta. Se sumaron a la lucha de los portuarios, de los docentes, la lucha por cancelar la extensión de la concesión a la minera canadiense, una lucha extraordinaria muy frontal contra el gobierno, que prácticamente no tiene ninguna difusión.
Lo mismo en Estados Unidos, se ocupan de que no se vea esa otra cara, porque todos los días escuchamos a un político que pone a Estados Unidos de ejemplo y nos dice que tenemos que hacer como ellos. Esa es la sociedad emblemática, sin embargo, este año se sucedieron las huelgas también. Llegó a haber más de 900 conflictos entre julio y agosto. Los más destacados son, primero, la extraordinaria huelga de trenes de ferroviarios que estuvo en jaque a Estados Unidos la última mitad del año pasado. No se llegó a concretar porque tuvo que intervenir el gobierno, tuvo que intervenir Biden, tuvo que intervenir el congreso para impedir la huelga y obligar a los prestadores a hacer una gran cantidad de concesiones. Este año estuvo la huelga muy difundida de los guionistas, de los actores en Hollywood, que es una industria muy importante en la costa oeste de Estados Unidos.
Pero la huelga más importante, la que tiene más peso en este momento, es la huelga de los trabajadores mecánicos de las automotrices. A mediados de septiembre comenzó la huelga de las principales fábricas automotrices y autopartistas. En este momento están discutiendo la aprobación del acuerdo, que en realidad es un acuerdo que ha tenido que hacer concesiones que no tenían pensadas las empresas, pero el propio gobierno ha obligado a la burocracia a aceptar este acuerdo.
La burocracia se les está ingeniando, incluso hay denuncias entre los trabajadores de base de las grandes fábricas de que se está fraguando un fraude con las votaciones de los acuerdos. En este momento están discutiendo las asambleas el tema de si se aprueba el acuerdo que hizo el sindicato o no. Fue una huelga extraordinaria, probablemente nadie recuerde en la historia que un presidente haya tenido que ir al piquete de huelga, este porque por la importancia que tenía esta huelga. Dos meses atrás fue la de los choferes del correo. O sea que Estados Unidos también, la clase obrera se ha puesto en movimiento y el principal reclamo es el ajuste salarial frente a la inflación y varios años de retroceso salarial. Quieren recuperar todo junto, otros niveles salariales.
Lo curioso también de la lucha en Estados Unidos es que los trabajadores empiezan a retomar conquistas que les fueron arrancadas en los últimos 20 años. Aparecen entre los reclamos cuestiones que tienen que ver con los días de licencia por enfermedad, con las condiciones de trabajo, con la rotación de los turnos, con la extensión de los horarios. Es decir, condiciones muy parecidas a las por las que se lucha en nuestros países también.
¿Podemos pensar, Ramón, que estamos frente a una tendencia del capital en crisis que busca un nuevo ritmo de superexplotación de la fuerza de trabajo, o sea, incrementar el rendimiento del valor trabajo generado por el obrero con bajas salariales, con intensidad de los ritmos de producción a nivel de escala mundial?
Esa es la tendencia, no solamente en nuestros países, también en las metrópolis se ha buscado aplastar el nivel salarial y arrancar conquistas a los trabajadores mediante contratos. Esto no es solamente en nuestros países, esto es una tendencia general, es una forma de destruir fuerza productiva porque es hacer retroceder a la clase obrera físicamente en la cantidad de trabajadores y en sus condiciones de trabajo. Ayer hubo una huelga del transporte en Italia, una huelga para reclamar por la falta de mantenimiento de las redes ferroviarias. La cantidad de accidentes que ha habido en este último año es impresionante y aparece este reclamo de que hacen huelga para que se invierta todo lo necesario para mantener la red ferroviaria.
En este contexto, ¿esto puede también estar ligado a que volvamos a vivir algunas situaciones que pensábamos que luego de la posguerra ya no se iban a generar.? ¿El imperialismo busca conseguir mayor extracción de plusvalía en países atrasados como el nuestro para poder sostener el nivel de la clase trabajadora en los países centrales y sostener la reproducción capitalista en los países centrales?
Es esa la idea, cuando ellos hablan de hacer una reforma laboral, terminar con los privilegios. Hablan de esto porque dicen que en Brasil ya han avanzado hasta tal punto que han quitado hasta prácticamente han arrancado las jubilaciones. Dicen que nosotros tenemos que igualarnos porque si no, los empresarios brasileños sacan ventaja. En materia educativa, dicen que tenemos que hacer como Chile, que hay que avanzar en la privatización y transformar cada escuela en una pequeña empresa. El objetivo es imponer el mayor retroceso posible a los trabajadores en nuestro país, tomando como referencia lo que ya han conquistado en los países vecinos la burguesía contra los trabajadores. ¿Y cómo se extrae esa masa de plusvalía adicional producto de la superexplotación? se transforma en dividendos. Las empresas presionan para comprar los dólares, transferirlos al exterior, es decir, exigir la libre disponibilidad de esas ganancias y poder transferirlas al exterior, o indirectamente a través de deudas, mediante sobreprecios en las importaciones. Se las ingenian para llevar ese plusvalor hacia las centrales. Ese es el mecanismo.
En ese contexto, Ramón, y dentro de lo que nos planteamos hoy como programa, tomado el hombre individual, el trabajador que todos los días vive su acontecer cotidiano para buscar su ingreso y sostener a su familia, ¿qué perspectiva tiene frente a esto?
El hombre tomado individualmente no tiene armas, está desarmado. No puede pelear solo. Acá es necesaria una lucha de conjunto, unirse desde muy abajo, desde el barrio, desde la fábrica, del taller, del comercio. Unirse de todos los trabajadores para defender lo conquistado, que no nos arranquen la jubilación, que no nos arranquen el aguinaldo, que no extiendan la jornada de trabajo, que no pulvericen nuestro salario. Esta es la condición. El hombre, para realizarse en esta sociedad, necesita actuar colectivamente, actuar de conjunto, actuar como un solo puño para defenderse y poder defender a su familia, para defender a su cría, para poder pelear por su futuro. No hay otra forma. En esta sociedad que nos trata de marcar todo el tiempo el individualismo, de que “sálvese quien pueda” y que se salvan los mejores, que la meritocracia, nosotros decimos que nos salvamos colectivamente. Nos salvamos todos juntos y peleando todos juntos codo con codo para impedir que este programa de barbarie que encarna Milei se pueda aplicar. Y hay que decirlo desde ahora mismo. Decir no, ninguna confianza en que el congreso le pueda parar la mano, que las negociaciones de los bloques o algún partido. No, esto solamente se para con la movilización, con la huelga, con los métodos de la clase obrera en unidad. Esta es la única garantía. Un poco lo que mostró este año, bueno, este último mes, las huelgas generales en Italia o a principios de año las luchas extraordinarias en Francia y en Inglaterra mostraron esto. No hay otra forma de enfrentar estos programas tan reaccionarios que con la huelga, luchando codo con codo y enfrentando la represión, enfrentando las amenazas. No, no hay otro camino.
(Nota de MASAS n°447)