Todos al Plenario de Trabajadores en el SUTNA
La convocatoria realizada por el Sindicato de Trabajadores del Neumático (SUTNA) el próximo 20 de enero es un hecho de tremenda relevancia. Expresa un sincero y serio llamamiento a los trabajadores ocupados y desocupados, a todas las “organizaciones obreras” para “garantizar el carácter activo del paro general del 24 de enero”. Bregando, al tiempo, por la “continuidad del plan de lucha hasta derrotar el macabro ajuste de Milei que pretende quebrar la moral de la clase obrera”.
La conducción del SUTNA, en manos del Partido Obrero, tiene bien ganado el lugar de convocante a estas acciones. Ha sido protagonista de una lucha formidable contra la política anti-obrera de las patronales del neumático, enfrentando al mismo tiempo, la embestida del ex candidato presidencial Sergio Massa, quien -como Ministro de Economía- hasta llegó a amenazar con abrir las importaciones con tal de quebrar la lucha. El SUTNA, y con ello la clase obrera en su conjunto, sin haber podido conquistar todas las demandas, salió victorioso y fortalecido.
El paro del 24 de enero se convirtió en un hecho fundamental. Aunque algunos sectores de la burocracia tienen predisposición a negociar y aceptar las reformas dictatoriales de Milei (como Cavallieri de Comercio, Gerardo Martínez de la UOCRA y Luis Barrionuevo de Gastronómicos) la CGT se vio obligada a convocar a un paro activo con movilización, por primera vez en varias décadas. Buscan aparecer como oposición al Gobierno para no verse arrastrados por el descontento inocultable de las propias bases. Indudablemente existe el interés de la burocracia por establecer una tregua, capitulando una vez más. Buscan moderar algunos puntos del DNU y la Ley Ómnibus que afectan, a través de los sindicatos, a sus propios intereses.
La importancia del Plenario
Los ataques a las masas, tanto en los anuncios de Caputo, el DNU y la Ley Ómnibus, estuvieron dirigidos a distintos sectores de manera combinada, afectando desde obreros industriales, trabajadores estatales, artísticos, de servicios, extractivistas, entre muchos otros. Queda así en evidencia la importancia vital de la unidad para enfrentar los planes dictatoriales del Gobierno en la presente etapa. La convocatoria al Plenario se muestra como un primer paso indispensable en ese sentido.
Durante el gobierno de Macri existió una tentativa similar, más amplia aún, convocada por los trabajadores de la Línea 60 y los Aceiteros, quienes habían protagonizado las principales luchas del 2015. El famoso y malogrado Encuentro de Racing en marzo de 2016 fracasó estrepitosamente por rencillas de aparatos, en los que primó la mezquindad y el divisionismo de la izquierda centrista alrededor de la conformación de la mesa coordinadora del Encuentro. Ese fresco recuerdo nos obliga a levantar la guardia contra las maniobras, obstáculos y sectarismos que son carne y uña en el centrismo. Se tiene la tentativa de circunscribir estos encuentros en muchas ocasiones a los votantes del FIT-U o a los que se reclaman del marxismo.
Por eso mismo es importante tener presente que el Plenario solo tiene que ser el puntapié inicial de toda una serie de encuentros regionales y plenarios, que logren incorporar a los más diversos sectores de los oprimidos, fortaleciendo futuras coordinaciones nacionales. Es preciso ampliar el llamado a la lucha a todas las comisiones internas y cuerpos de delegados que hayan sido arrebatadas de la burocracia. Y sobre todo a aquellos sectores que hayan protagonizado las principales luchas o estén ligadas a ramas claves de la producción y circulación, debiendo tener preeminencia sobre sectores no obreros.
Perspectivas políticas
Es imprescindible comenzar a discutir un Pliego Nacional de Lucha, que se irá ajustando y precisando en la medida que avance esta misma unidad, con la incorporación de nuevos sectores. Solo así podrán multiplicarse los espacios regionales y locales de coordinación, en los barrios, en los lugares de estudio y fundamentalmente en los lugares de trabajo con sus propios pliegos de reivindicaciones. Esta es la única política capaz de derrotar el ajuste y el programa dictatorial de Milei.
Para eso precisa de colocar a la cabeza de la nación oprimida a la clase obrera, como caudillo, por estar llamada a defenderse no solamente a sí misma sino al conjunto de los oprimidos frente a la ofensiva brutal del capitalismo. Esto es lo que denominamos la táctica del Frente Único Antiimperialista, donde la clase obrera conquista su independencia política respecto al tutelaje burgués, respecto a sus direcciones traidoras, conciliadoras y capituladoras; y se erige ella misma como dirección política consecuente.
(Nota de Masas n°449)