Retomar el camino de las grandes manifestaciones en defensa de Palestina
Construir el frente único antiimperialista
Superar las divisiones que debilitan la lucha
POR Brasil – Massas 30 JUNIO 2024
La semana pasada circuló un vídeo que mostraba a miles de palestinos reunidos en una zona costera del norte de la Franja de Gaza a la espera de una posible ayuda humanitaria. Las imágenes llamaron la atención por el número de personas y porque reflejaban que, además de los bombardeos y la destrucción física, el hambre y las necesidades más básicas de supervivencia siguen colocando a los palestinos en condiciones infrahumanas. El día 25, los bombardeos en la ciudad de Gaza mataron al menos a veinticuatro palestinos. En el sur, en Rafah, se produjeron nuevos bombardeos e incursiones. Tras el inicio de las incursiones, se difundió un mensaje del gobierno sionista de Israel en el que se ordenaba a los civiles que se desplazaran hacia el norte. El día 26, una agencia de la ONU presentó cifras espantosas sobre la situación de los niños palestinos desde octubre: más de 15.000 muertos, 4.000 desaparecidos y 17.000 no acompañados. En estos nueve meses, cada día una media de diez niños han perdido una o dos piernas. Estas cifras son más que suficientes para expresar el cuadro de barbarie en Palestina, que empeora día a día.
Recientemente, la ONU aprobó una resolución propuesta por EEUU para un alto el fuego. Sin embargo, sus directivas y resoluciones se tiran al tacho de basura, sin que el Estado genocida de Israel sufra ninguna sanción significativa. Por detrás, EEUU proporciona apoyo económico, militar y político. El papel práctico de la Corte Internacional de Justicia y del Tribunal Penal Internacional es figurativo y no va más allá del campo de la denuncia cuando se trata de la implicación de Estados Unidos.
Lo trágico es que, aunque el genocidio continúa, el movimiento internacional, que incluyó grandes manifestaciones en varios países, ha decaído. La apuesta de la dirección política de que el conflicto sería resuelto por una fracción de la burguesía, a través de la ONU y los gobiernos, jugó un papel desmovilizador. Las multitudinarias manifestaciones en Europa, EEUU y los países de Oriente Medio, en particular, expresaron el embrión de un frente único antiimperialista, que lucha contra el genocidio, el Estado sionista de Israel y sus patrocinadores, EEUU y Europa. La ausencia de la clase obrera, con su propia política y métodos de lucha, contribuyó sin duda a este reflujo más general.
En Brasil, se manifestaron los mismos problemas: ilusiones en las acciones del gobierno de Lula, ausencia de la clase obrera organizada, divisiones en el movimiento y apuestas a que los boicots y las desinversiones, desvinculadas de las manifestaciones de masas y otros métodos de acción directa, podrían desempeñar un papel progresista.
Para superar el estado de letargo del movimiento social brasileño en relación al genocidio en curso, es necesario, por un lado, presionar a las direcciones políticas ligadas al PT y aliados, como la CUT, CTB, UNE, UBES y grandes sindicatos como el metalúrgico, APEOESP y otros, para que convoquen asambleas y organicen a los trabajadores para librar la lucha con sus propios métodos, y por otro, superar las divisiones corporativistas dentro del movimiento.
El Partido Obrero Revolucionario (POR) participa en las manifestaciones convocadas para el 30 de junio con la defensa de la unidad frentista en torno a las banderas que nos unen, por un alto el fuego inmediato en Gaza y por la autodeterminación del pueblo palestino. En la base de estas reivindicaciones está la orientación estratégica de luchar por una República Socialista de Palestina, como parte de los Estados Socialistas Unidos de Oriente Medio, que forma parte de las elaboraciones históricas del marxismo en relación a la opresión nacional y de clase que sufre Palestina.
¡Viva la heroica resistencia del pueblo palestino!
¡Reanudar la lucha en las calles sobre la base del frente único antiimperialista!
¡Que las centrales sindicales, los sindicatos y los movimientos rompan con la parálisis, convoquen asambleas y organicen a los trabajadores para luchar por el fin del genocidio!