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Balance de las elecciones en Francia

La tarea consiste en luchar por la independencia de clase del proletariado

El domingo 7 de julio se realizó la segunda vuelta de las elecciones para la Asamblea Nacional, convocadas anticipadamente por Macron después de su fuerte derrota electoral en las elecciones para el parlamento europeo.

Las encuestas aseguraban que triunfaría la Agrupación Nacional (RN) de ultraderecha como en la primera vuelta, que se expresaría en una mayoría de bancas y podría formar gobierno. Todos se sorprendieron cuando quedó en tercer lugar en la segunda vuelta. Más se sorprendieron con el triunfo de la izquierda del Nuevo Frente Popular (NFP) que conquistó 182 bancas. La participación electoral fue la más elevada desde 1981, 67,1%. Aunque no se expresó en bancas, la Agrupación Nacional fue la fuerza más votada. Ninguna fuerza política contará con mayoría en la Asamblea, hacen falta 289 bancas para alcanzarla.

La fuerte derrota del gobierno derechista de Macron y su partido se debió al hastío frente a la política aplicada por sus gobiernos, caracterizados por su sumisión frente a los intereses norteamericanos y su orientación belicista y prosionista, en su avance contra los derechos de la mayoría, que se expresó electoralmente en este potenciamiento circunstancial de la izquierda reformista y también en el crecimiento electoral de la ultraderecha.

La derecha quedó golpeada, unos días antes el conservadurismo en el Reino Unido era derrotado en forma aplastante. Sin embargo no podemos perder de vista que la ultraderecha tuvo un crecimiento importante, de las 89 bancas que contaba hasta las 143 conquistadas ahora.

El imperialismo se preocupa por las consecuencias de este resultado: New York Times señala que Francia se encamina “al marasmo político, a la inestabilidad” “fue el resultado del acuerdo del Frente Popular y la alianza de Macron de retirar 200 candidatos de ambas fuerzas para no competir entre ellas y evitar que triunfe la ultraderecha”. Dice que “no está claro cómo se va a gobernar y quién lo va a hacer”.

La cadena CNN fue más contundente: “las aguas están más turbias de lo que han estado en décadas”, “todo es incertidumbre”, “amenaza de años turbulentos por delante”, “la política francesa está ahora más desordenada que antes”, “hace un mes el NFP no existía”, “no está claro si esta coalición amplia y potencialmente díscola se mantendrá”, “esta hidra multicéfalo no habla con una sola voz”, “los desacuerdos sobre economía y política exterior podrían desbordarse”, los reclamos de la izquierda “chocan con las normas fiscales de la UE”… Es evidente su desencanto con el resultado de las elecciones.

Mélenchon de Francia Insumisa obtuvo la mayor cantidad de bancas dentro del Nuevo Frente Popular (NFP) aventajando al Partido Socialista, a los Verdes y al Partido Comunista, apoyados por algunos sindicatos. Ha dicho que “Macron tiene el deber de nombrar a un primer ministro de la coalición de izquierda” y se “negaría a entablar negociaciones con el Presidente” y podría gobernar por decreto para evitar las mociones de censura en la Asamblea.  A su vez el Partido Socialista no quiere que Mélenchon ocupe ese lugar. Decenas de miles salieron a festejar el triunfo y hasta se cerró el acto de Mélenchon (Francia Insumisa) cantando la Internacional.

La crisis política se agravará. Pudieron evitar en esta instancia el triunfo electoral de la ultraderecha, por los acuerdos oportunistas entre Macron y el NFP, pero los desacuerdos entre Macron y la izquierda y dentro de la izquierda triunfante son muy grandes. Pero por sobre todo no hay cómo conciliar las aspiraciones de millones de jóvenes y trabajadores, sus luchas, sus movilizaciones, sus reclamos, con la política de defensa del régimen capitalista que expresa este Frente

Es necesario combatir desde ya toda ilusión, todo engaño, es necesario precisar que el partido pequeño burgués de Mélenchon (Francia Insumisa) sirve a la política burguesa. La táctica de frente popular es de orientación estalinista. Francia tiene una larga experiencia de este tipo de frentes con partidos de la burguesía ¡9 décadas!. La alianza con el Partido Socialista es una clara traición a la independencia política de la clase obrera, de los oprimidos. Aunque hoy el Partido Comunista es una sombra de lo que fue en el pasado, (uno de los más fuertes del mundo al lado del PC italiano), su política está presente. Todas las experiencias en Francia y el mundo terminaron en dolorosas derrotas para los trabajadores.

Es una izquierda reformista, burguesa, que no se plantea ningún cuestionamiento a la gran propiedad privada de los medios de producción, ni al régimen de dominación del capital. La lucha por el aumento del salario mínimo, la limitación de precios de algunos alimentos y la energía y la eliminación de la reforma de pensiones, provocará choques con la política del Frente ya que la tendencia de la burguesía es a seguir avanzando sobre los derechos de los trabajadores.

El apoyo a la OTAN y la posición frente al genocidio israelí contra el pueblo palestino también entrará en choque. La alianza con Macron está al servicio de la orientación imperialista de subordinación a la estrategia de guerra de los Estados Unidos contra Rusia y China, y de aplastamiento del pueblo palestino.

En los próximos días deberá resolverse el nuevo gobierno y veremos más claro cómo se sigue manifestando la crisis. El triunfo de la izquierda genera una ilusión en sus votantes y generará una presión para que cumpla con sus promesas electorales, no se contentan con haber impedido que la ultraderecha llegue al gobierno. La incapacidad para cumplir mínimamente con las expectativas terminará de catapultar a la ultraderecha al gobierno.

Por ahora este triunfo electoral de Frente Popular y de la alianza de Macron ha servido para frenar a la ultraderecha, sirve para sostener las formas democráticas de dominación. Cuánto duren depende de su capacidad para dar marcha atrás con las políticas desarrolladas por Macron.

Trotsky en el Programa de Transición advierte que “la política conciliadora practicada por el “Frente Popular” condena a la impotencia a la clase obrera y despeja el camino del fascismo. Frentes Populares por un lado, fascismo por otro: esos son los últimos recursos del imperialismo en la lucha contra la revolución proletaria. Desde el punto de vista histórico, sin embargo, esos dos recursos sólo son parches. La descomposición del capitalismo continúa… Nada más que el derrocamiento de la burguesía puede abrir una vía de salida”.

Las elecciones expresaron la profunda crisis de dirección de la clase obrera. El factor principal es la ausencia del partido revolucionario que exprese conscientemente las enormes luchas que protagonizan las masas en los últimos años con movilizaciones multitudinarias en solidaridad con Palestina, con la fenomenal resistencia a la reforma previsional con varios paros generales, las movilizaciones de los productores agropecuarios y sus piquetes, etc. Estas acciones sólo pueden encontrar salida peleando por el poder político para la clase obrera, derribando el Estado, por terminar con la burguesía imperialista francesa que expresa la decadencia capitalista. Con esa política había que intervenir en las campañas electorales. 

Los innumerables agrupamientos de izquierda que se reivindican del trotskismo pusieron en evidencia su incapacidad para combatir el frente popular y su política burguesa de alianza electoral con Macron en nombre de la lucha contra la ultraderecha de Le Pen (RN). No combatieron a la derecha y ultraderecha con respuestas a las guerras, bajo banderas como desmantelamiento de la OTAN, expulsión de las bases militares de Estados Unidos en Europa, por el fin del genocidio en Gaza, etc.

No es con las políticas de estas corrientes que se puede derrotar la tendencia general de la burguesía. El camino es el de la movilización popular, la lucha de clases, la huelga general, terminar con la dominación de la burguesía, romper con la OTAN, terminar con todo el militarismo. Ante la bancarrota y descomposición capitalista debemos lanzar la única respuesta, la única salida para los oprimidos, la revolución social, el gobierno obrero, el socialismo, luchar por los estados unidos socialistas de Europa. En esto consiste la independencia política de la burguesía. Este es el camino que marca el Programa de Transición de la IV Internacional, Internacional que estamos reconstruyendo desde el CERCI.

10 de Julio 2024

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