Bolivia: ¿Quiénes son los responsables de la crisis económica que se hace ya incontrolable?
Las expresiones políticas de la vieja derecha neoliberal y las fracciones masistas en pugna, se culpan mutuamente de la crisis económica que ya se descontrola.
Primero los neoliberales enajenaron al país privatizando las empresas del Estado, incluido YPFB para entregar la explotación de las reservas de gas descubiertas a las petroleras transnacionales, luego el MAS se encargó de dilapidar los ingresos extraordinarios que recibía el Estado por el saqueo de las petroleras alegando que se habían transformado en “socias y ya no patronas”, sin la menor previsión sobre que algún día el gas se agotaría. Arce Catacora señala que durante el gobierno de Evo Morales no se hizo nada para explorar nuevos yacimientos, como si él no hubiera sido parte de ese gobierno, y el cínico Evo Morales se lava las manos señalando que durante su gobierno había diésel y había dólares acusando al gobierno de Arce Catacora como el responsable.
La responsable es la burguesía vende-patria, la clase dominante nativa, históricamente incapaz de resolver el problema del atraso económico del país, que sólo atina a jugar el papel de agente de los intereses del imperialismo entregando a la voracidad de las transnacionales nuestros recursos naturales a cambio de rentas miserables con la ilusión de que la inversión extranjera traerá desarrollo. Ficción que se desmorona cuando los proyectos de desarrollo e industrialización están sujetos a la conveniencia de los intereses de las transnacionales para invertir o no. Y si lo hacen será bajo sus condiciones invariablemente depredadoras.
La crisis capitalista mundial obliga al imperialismo a imponer a los gobiernos títeres de las semicolonias atrasadas, medidas de restructuración económicas contra las mayorías oprimidas para descargar sobre ellas sus consecuencias.
Las distintas expresiones políticas burguesas son el reflejo de la caducidad de esta clase antinacional que vive a la sombra del imperialismo y gobierna contra las grandes mayorías explotadas y oprimidas.
Tanto las expresiones de la derecha neoliberal incluido el caduco “nacionalismo” de lo que fue el MNR, como actualmente el reformismo proburgués del Movimiento al Socialismo, son la constatación del fracaso burgués, de su total agotamiento.
Los partidos o frentes electoreros de la vieja derecha y el MAS en crisis total políticamente muerto, son cadáveres políticos insepultos en proceso de putrefacción infectando al conjunto de la sociedad.
Corresponde que el sepulturero, la clase obrera, cumpla con la misión histórica que le corresponde: enterrarlos para siempre y abrir el camino para la instauración del gobierno obrero-campesino-clases medias empobrecidas para construir la nueva sociedad sin los burgueses explotadores, libre de la opresión imperialista.
(nota de MASAS n°2799 – POR Bolivia)
EL PROCESO POLÍTICO, ANTE LA CRISIS ECONÓMICA, HA LLEGADO AL PUNTO DE VISUALIZAR SÓLO DOS CAMINOS: LA REVOLUCIÓN PROLETARIA O LA BARBARIE BURGUESA
La respuesta de la perspectiva revolucionaria está presente enarbolada tercamente por el programa del Partido Obrero Revolucionario.
La tragedia del momento radica en que el proletariado, la clase destinada a dirigir a la nación oprimida, no logra superar su retroceso posterior a la Asamblea Popular en 1971. Volver al escenario de la lucha de clases enarbolando su propia política, señalando el camino que deben recorrer todas las otras clases que están luchando contra la miseria.
El parto de la nueva sociedad basada en la propiedad social de los medios de producción y conducida por el gobierno de obreros, campesinos y los sectores pobres de la clase media, tarda en llegar condenando a grandes penurias a los explotados y oprimidos del país.
La crisis económica, caracterizada por la ausencia de dólares cuyo cambio ha llegado la unidad a 11 Bs. en el mercado paralelo y la falta de diésel que amenaza paralizar las actividades productivas y al transporte pesado. Es inocultable la subida constante de precios en los artículos de primera necesidad y también en los repuestos para las maquinarias y los vehículos que se importa desde el exterior. La inflación ya no es una amenaza sino una realidad que ha llegado más o menos a un 30 % con durísimas repercusiones en la capacidad de compra de los sueldos y los ingresos de la gente.
Todo este panorama del desastre económico y la incapacidad del gobierno para controlarlo está generando un profundo malestar social en todos los sectores, principalmente en el autotransporte pesado y en la gran mayoría de la clase media que trabaja por cuenta propia. Las movilizaciones sectoriales y las amenazas de medidas de presión más radicales están a la orden del día, mismos que surgen y se extinguen sin lograr resultados positivos para los movilizados.
Es por demás evidente la ausencia de una dirección capaz de articular las luchas de los diferentes sectores en un solo torrente que pueda definir políticamente el destino del gobierno acorralado por la crisis económica, incapaz de enfrentar las consecuencias de la crisis económica y atender las necesidades concretas de los diferentes sectores por la única vía posible que es la nacionalización de la minería en su conjunto, tomar en manos del Estado la producción y comercialización del oro, la nacionalización de la banca privada usurera y de los grandes latifundios del Oriente, el control estatal del comercio exterior, etc.
Por su parte, la derecha reaccionaria acentúa la campaña en sentido de liberalizar toda la economía entregando a las transnacionales imperialistas y a la empresa privada nacional todos los recursos naturales del país, levantando la subvención a los carburantes, exigiendo la devaluación del peso boliviano, liberalizando el comercio exterior en manos de los empresarios privados y las transnacionales, etc. Para ellos la respuesta a las consecuencias de la crisis económica es repetir lo que está haciendo Milei en la Argentina, matar de hambre a los trabajadores y a los sectores más desprotegidos de la clase media.
Las aguas se han clarificado mostrando las dos únicas respuestas a la crisis estructural del capitalismo putrefacto: la proletaria que muestra la perspectiva de la revolución social; señala que ya no hay ninguna posibilidad, en el marco del capitalismo que se hunde, de salir de la actual crisis estructural sin condenar a la barbarie a la sociedad en su conjunto y, la del imperialismo y la clase dominante nativa, de repetir la experiencia que ya se ha vivido durante la crisis del 85 con el llamado neoliberalismo y los posteriores gobierno reformistas que han fracasado ruidosamente en su intento de remozar el Estado burgués, provocando el desastre que estamos viendo actualmente. La desenfrenada política entreguista de los recursos naturales al imperialismo y la empresa privada nacional cierra el camino de la posibilidad, por ejemplo, de la industrialización que tanto pregona Arce Catacora.
Tarea pendiente que todos los gobiernos pregonan pero que sólo un gobierno obrero-campesino y clases medias empobrecidas podrán encarar enfrentando al imperialismo y a la inútil burguesía nativa vende-patria.
(nota de MASAS n°2799 – POR Bolivia)