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Nuevo documento de Cristina Kirchner: más recetas para ser una “buena” colonia

Hace unos días Cristina Kirchner publicó un documento llamado “Es la economía bimonetaria, estúpido. Aportes para un debate argentino” donde pretende demostrar cuánta razón tenía al criticar la teoría de Milei de que la inflación es un fenómeno monetario, señalando que en realidad el problema argentino es la “escasez de dólares”. La ex mandataria se presenta a sí misma como la mejor representante de los intereses del capitalismo decadente y colonial, como quien realmente sabe cómo administrar la economía y los dólares sin romper con la dominación imperialista sobre el país y garantizar la paz social.

Comienza su escrito con una cita del segundo presidente de EEUU que dice: “Hay dos formas de conquistar y esclavizar una nación. Una es la espada, la otra es la deuda”. Sostiene que Argentina no tiene los dólares para pagar la deuda y que “el peronismo se torció cuando olvidó que los muertos no pagan las deudas y convalidó el préstamo multimillonario e irregular que el FMI había otorgado al gobierno de Mauricio Macri para que ganara las elecciones”.

El préstamo del FMI fue un acto de guerra contra la nación, como bien señala Kirchner, una intervención directa para que Macri ganara las elecciones. Convalidarla, como hizo su gobierno y los 76 diputados del Frente de Todos, los convierte en cómplices y siervos del sometimiento nacional. Podríamos suponer que Cristina Kirchner se “autocritica” por no haber llamado a todos sus militantes a enfrentar la política de Alberto Fernández y del Congreso. Si así fuera, la única conclusión posible es que la deuda debe ser desconocida. Sin embargo, no es esto lo que encontramos en su documento, sino la promesa de que ellos serán mejores que Milei juntado dólares para pagar la deuda. No es una autocrítica, es hipocresía.

Respecto a la crítica a Milei sobre las causas de la inflación, Cristina Kirchner acierta cuando dice que “la inflación en nuestro país está atada al movimiento del dólar”. Lo que oculta es qué clase, qué propiedad, tiene el poder de atar los precios internos al movimiento del dólar. Son los terratenientes, las cerealeras dueñas de los puertos, las petroleras, las que establecen que paguemos la comida y el combustible como si los trajéramos de Francia. No hay forma de terminar con la inflación (sin destruir el país y arrastrar a la miseria a millones de trabajadores) si no es terminando con la gran propiedad privada de las minas, de las tierras, de los yacimientos petroleros y de los puertos. Hay que establecer un férreo monopolio del comercio exterior, basado en la reestatización de los puertos (privatizados por un gobierno peronista y que nadie se atrevió a revertir). Cristina Kirchner no está dispuesta a enfrentarlos. 

El documento continúa sosteniendo que “el peronismo se desordenó cuando no advirtió la modificación de las relaciones laborales… donde los trabajadores registrados en la actividad privada no solo son minoría, sino que, además, solo el 40% de ellos está sindicalizado”. Nada más falso. El peronismo no solo “advirtió” esta modificación de las relaciones laborales, sino que las propició. Fueron perfectamente conscientes de que, bajo sus gobiernos, del 2003 al 2015, con el mayor ciclo de crecimiento económico de las últimas décadas, el trabajo que se recuperó fue precarizado. No hay mayor confesión de la incapacidad del capitalismo para responder a las necesidades de las masas que el hecho de que en su mejor momento no sea capaz de terminar con el hambre, la miseria, la desocupación y la precariedad laboral. Sobre ese fracaso del capitalismo aparecen y se levantan los personajes siniestros como Milei.

Tenemos enfrente un gobierno que viene por todo, que está dispuesto a hacernos retroceder 100 años en nuestras condiciones de vida, que quiere rifar la nación, que el único programa que tiene es bajar la inflación destruyendo las fuerzas productivas. Al programa de sometimiento nacional de Milei no podemos enfrentarlo con el programa de “administrar mejor el sometimiento” que propone el peronismo. La clase obrera y el conjunto de los trabajadores deben independizarse políticamente de las direcciones nacionalistas que nos llevarán a la derrota. 

(nota de MASAS n°464)

Una vez más atacando a los docentes y la educación pública

No podemos dejar de llamar la atención en que cada intervención de Cristina Kirchner tiene un punto dedicado a atacar a los docentes y la educación pública. Esta vez sostiene que el peronismo “se desordenó cuando no planteó una revisión y reforma profunda de la educación pública; una de las demandas más sentidas y queridas por todos los sectores, especialmente por aquellos que no pueden reunir el dinero necesario para pagar la cuota de un colegio de gestión privada”.

¿Será acaso que Cristina Kirchner sueña con un país donde toda la educación sea privada? ¿Así se imagina resolver los 190 días de clase? Recordemos que bajo sus gobiernos la educación privada tuvo un crecimiento fenomenal, el 70% de la nueva matrícula fue a la educación privada. En sus manos la bandera de defensa de la educación pública cae en saco roto. Como le gusta decir “dato mata relato”.

¿Por qué este ensañamiento con los docentes y la escuela pública? Muy simple: la escuela privada ya es esa “reforma profunda” cuyo contenido es bien concreto: mayores jornadas laborales, peores condiciones de trabajo, peores salarios y, sobre todo, prohibir las huelgas. Hay un solo programa para defender la educación pública y está en el extremo opuesto de lo que defiende Cristina Kirchner: hay que terminar con la educación privada, renacionalizar y estatizar toda la educación.

(nota de MASAS n°464)

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