¡Fuera Mekorot de Argentina! ¡Ningún negocio con el Estado genocida de Israel!
11 meses han pasado desde la masacre del pueblo palestino ejecutada por el Estado genocida de Israel, que sin el apoyo del imperialismo norteamericano y europeo no podría seguirse perpetuando. Para la clase obrera y el resto de los oprimidos es de suma importancia estar al corriente de quiénes son los involucrados en las guerras, cuál es su política y qué fines hay detrás.
Si bien el conflicto en Medio Oriente lo sentimos lejano, sus repercusiones tienen un impacto a nivel mundial, sobre todo en un país semi-colonial como el nuestro. Por eso, en este artículo trataremos de desarrollar brevemente la presencia de la burguesía sionista de Israel en la Argentina, haciendo foco en una de sus empresas más importantes.
Breve historia de Mekorot
Mekorot Israel National Water Co fue fundada 11 años antes del establecimiento del propio Estado de Israel en 1948, y su crecimiento fue acompañando la expansión de la población israelí a medida que ésta se iba apropiando de los territorios históricos de Palestina. Actualmente cuenta con más de 3.000 plantas y 13.000 kilómetros de acueductos que garantizan el agua a la población, industrias y campos agrícolas de Israel.
Esta empresa inició sus tareas como consultora privada en 1937 y su poder creció cuando se consolidó la creación del Estado de Israel, siendo incorporada en el complejo de captación y distribución del agua a nivel nacional. Pero no fue hasta la Guerra de los Seis Días en 1967 que dio el gran salto, cuando asumió el desarrollo y control de mega-infraestructuras que permitieron a Israel imponerse en el territorio a partir de extraer, desalinizar, entubar y trasladar agua por miles de kilómetros de acueductos, adscrita al Ministerio de Energía y la Dirección de Aguas. Y todo esto fue sobre la base de la ocupación de los territorios de la Franja de Gaza y la Península del Sinaí, de Cisjordania y Jordania en Egipto (incluyendo Jerusalén Este), y los Altos del Golán en Siria, desplazando y masacrando a miles de habitantes originarios árabes y judíos.
La empresa, que se jacta de hacer “florecer agua del desierto”, es actualmente denunciada por la violación sistemática del derecho al agua del pueblo palestino; en este sentido, desde la Campaña “Fuera Mekorot” advierten que la compañía exporta un modelo que tiene como objetivo el “despojo, la mercantilización y el acaparamiento del agua”. Un dato importante es que, en los territorios ocupados por el régimen, los pobladores palestinos tienen prohibido por ley recolectar agua de lluvia o realizar perforaciones.
Mekorot desempeña un papel central en la economía israelí como líder global en el desarrollo de soluciones tecnológicas hídricas, exportando $2 mil millones de dólares al año en esta materia para “resolver” problemas relacionados con la escasez de agua, alimentando el mito de haber “transformado el desierto en un oasis”, omitiendo el saqueo de las tierras árabes.
La sed como herramienta para ejecutar un genocidio
En la nota que dio el presidente de Mekorot, Yizhak Aharonovich, al medio Clarín el 18 de febrero de 2023, menciona que: “Hay dos pilares muy firmes en Israel, una es la seguridad y la otra el manejo del agua”. En esta frase se deja entrever la forma bélica que los ocupantes caracterizan a este recurso vital para la vida humana. ¿Por qué decimos esto?
Desde 2012 la empresa israelí fue denunciada ante la ONU por secar el Río Jordán, pozos y manantiales en territorios ocupados de Palestina. El 85% de los recursos hídricos de Cisjordania están en manos del Estado genocida, así como también los ríos Ayalon, Habesor y Lakhish.
Las comunidades palestinas denuncian que en los meses de verano el suministro se reduce adrede para atender la demanda de los ocupantes. No sólo eso, sino que vierten aguas contaminadas en los pozos de los palestinos destinados a la agricultura y a las personas. Sumado a esto, la escasez de electricidad deteriora el funcionamiento de los sistemas de abastecimiento de agua locales, así como en el saneamiento de las mismas, lo que provoca la contaminación continua del acuífero costero y del entorno en general. Según la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) el 97% del agua en Gaza no es apta para consumo humano.
Los genocidas prohíben a los palestinos construir nuevas instalaciones hídricas, mantener las existentes, profundizar los pozos o construir cisternas para acopio de agua de lluvia, sin obtener antes la autorización del ejército israelí. El acceso al agua se utiliza para el fomento y desarrollo los kibuts agrícolas israelíes, tan ensalzados por izquierdistas y burgueses de todo pelaje, mientras los palestinos deben comprar agua transportada en camiones, elevando el precio al punto tal de que para algunas familias llega a representar un tercio o incluso la mitad de sus ingresos mensuales.
La OMS sugiere que se deben calcular y destinar mínimo 100 litros de agua por día para que un individuo garantice la cobertura de sus necesidades básicas. En los territorios palestinos ocupados es de menos de 30 litros por cabeza, mientras que el diario de un israelí supera los 300 litros. Como vemos Mekorot no solo mercantiliza el agua, sino que la utiliza para asesinar y expulsar a las comunidades de palestinos.
Injerencia israelí en Latinoamérica
El genocidio en Palestina nos suena a algo lejano, de lo que no deberíamos opinar porque no estamos allá, de que es un asunto “complejo” como describen los periodistas e influencers al servicio de la burguesía. Pero, ¿es tan así?
Cuando se nos vienen a la cabeza el Plan Cóndor de los ‘70 y las Dictaduras Militares genocidas, las Autodefensas Unidas de Colombia y los ejércitos paramilitares (que no sólo “combatieron” a las FARC y al ELN, sino que se encargaron de asesinar, torturar y despedazar a cientos de campesinos e indígenas), la Guerra Sucia en México o los Sistemas de Vigilancia que se implementaron en la región, pensamos en la CIA y en EEUU. Pero es importante señalar que, detrás de toda esa barbarie siempre estuvo (y todavía está) el Estado genocida de Israel, secundando a su hermano mayor, el imperialismo yanqui.
Durante la dictadura nicaragüense en 1939, Anastasio Somoza García fue contactado personalmente por la organización paramilitar de autodefensa judía Haganá (que luego sería las Fuerzas Especiales Israelíes), para recibir ayuda técnica en el contrabando de armamento durante el mandato británico en Palestina, y así comenzar la limpieza étnica.
Después del Golpe de Estado en Guatemala que derrocó al nacionalista Juan Jacobo Árbenz Guzmán, el dictador puesto por la CIA, Carlos Castillo Armas, importó el modelo de los kibutzisraelíes como modelos rurales de control popular de contra-insurgencia para aislar a la población campesina de los guerrilleros de las zonas rurales, mientras que en Palestina eran utilizados por los colonos como focos aislados para la expansión del futuro Estado de Israel. El ejército guatemalteco recibió entrenamiento directo de las fuerzas sionistas para ejercer el control y el terror.
En el Golpe de Estado de Chile en 1973 que derrocó a Salvador Allende, el día de asalto al Palacio de la Moneda, los militares involucrados tenían un altísimo nivel de entrenamiento, no sólo en materia militar, sino que también en métodos de contra-insurgencia, guerra psicológica y de inteligencia. Todas herramientas brindadas por la Escuela de las Américas creada en 1940, que bajo el mandato del presidente John F. Kennedy intensificó la lucha anticomunista. La fábrica de dictadores que enseñaba cómo torturar, violar, secuestrar, vigilar y desaparecer se basó en las prácticas que utilizaron los colonos israelíes contra la población de Palestina. El aparato represor de la dictadura pinochetista y la Dirección de Inteligencia Nacional, no podrían haber sido tan eficientes sin el apoyo israelí. Documentos desclasificados de la CIA indican el libre flujo de armamento de Israel a Chile entre 1975 y 1988, que van desde rifles de asalto Galil y sub-fusiles Uzis para combates urbanos, hasta jets de combate, barcos de radar y misiles.
Luego tenemos el caso de México, ese país que no tuvo una dictadura militar como tal, sino que ejecutó la tortura, persecución y desaparición a través de la tan valorada democracia burguesa (que como sostenemos los marxistas desde siempre, es la dictadura del capital). La represión comenzó gradualmente desde los ‘60 y el terrorismo de Estado llegó en los ‘70. Una vez más, se hizo presente Israel en el terror, no sólo enviando rifles, misiles y pistolas, sino que también envió 5 aviones IAI Arava. Este último dato es crucial, ya que estos aviones fueron los que se utilizaron para los tristemente conocidos Vuelos de la Muerte, táctica utilizada por los franceses en Argelia y que luego sería utilizada en nuestro país. Estos mismos aviones se utilizarían más tarde para transportar la droga a Estados Unidos a manos de la DEA, porque si algo saben muy bien hacer los genocidas injerencistas es reciclar.
Bajo la Dictadura Militar del ‘76 en Argentina, Israel fue crucial para la desaparición y tortura de los más de 30.000 compañeros detenidos desaparecidos, incluidos más de 2000 de origen judío. Renée Epelbaum, una de las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo, denunciaba: “no quisiéramos enterarnos de que nuestros hijos judíos fueron asesinados con armas israelíes”. Y cuando solicitaron ayuda a la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas les respondieron “a ustedes les pasó esto, porque no les dieron a sus hijos la educación sionista”.
La participación del Estado de Israel fue clave en la Guerra Civil en El Salvador, prestando armamento y entrenamiento a los Escuadrones de la Muerte, que torturaron, asesinaron y desaparecieron a estudiantes, obreros, sindicalistas, campesinos y cualquiera marcado como subversivo, con especial ensañamiento sobre los teólogos de la liberación jesuita. Cabe destacar que por aquél entonces, el hoy férreo opositor de Nicolás Maduro, Edmundo González Urrutia, participó del Plan Cóndor, financiando y organizando a los Escuadrones de la Muerte cuando trabajaba en la Embajada de Venezuela en El Salvador, siendo estrecho colaborador de Leopoldo Castillo. También los sionistas participaron activamente en la formación y entrenamiento de los paramilitares colombianos, quienes a partir de 1978 recibieron especial ayuda de la Alianza Americana Anticomunista.
Este repaso histórico no es por gusto intelectual, sino que es para mostrar algunos ejemplos de la opresión histórica que ejerció sobre la clase obrera y los oprimidos de Latinoamérica el Estado genocida de Israel. Volvamos a la empresa de agua Mekorot, que posee jugosos negociados con muchos países en el mundo, entre ellos: Australia, Azerbaiyán, Bosnia, Canadá, Chipre, Grecia, India, Malta, Serbia, Corea del Sur, Reino Unido, Estados Unidos. Y en la región latinoamericana: Brasil, Chile, Uruguay, México y Argentina.
El peronismo como cipayo del sionismo
Ya expusimos la ligazón del sionismo con la Triple A creada bajo las órdenes del Gral. Perón. Ahora vamos a ver la continuidad histórica de esas relaciones carnales.
En 1995, y bajo la presidencia peronista de Carlos Saúl Menem, Argentina e Israel firmaron un acuerdo de cooperación comercial y económica. Uno de los antecedentes importantes es el acuerdo entre el Gobierno de La Pampa e Itzhak Aviran, embajador de Israel en la Argentina a partir de una gestión personal de Osvaldo Roberto Schvartzer, en su rol de presidente de la Asociación Argentina de Amigos de la Universidad de Ben Gurión. El economista estuvo involucrado en los ‘90 en el cobro y uso de 17 millones de pesos en concepto de ATN (aportes del tesoro nacional) cedidos por la cartera de Carlos Corach a la embajada israelí en Buenos Aires. Años después, le armó la gira de negocios por Israel a Mauricio Macri cuando era Presidente.
Para el 2003 el gobernador de Neuquén, Jorge Sobisch continuó con un proyecto de irrigación de 40.000 hectáreas en el cual la embajada de Israel estaba involucrada. Dos años después, otorgó en forma directa (sin licitación ni concurso público) a la consultora The Israeli Consulting and Technological Company Ltd. (ITC) el diseño de un proyecto de desarrollo agroproductivo para la zona comprendida entre Arroyito, El Chocón y Challacó. El ingeniero Ernesto Schvartzer, sobrino de Osvaldo, armó ITC, brazo técnico-comercial de la Universidad Ben Gurión, con la que ejecuta proyectos de agricultura intensiva en varios países. Hicieron pie en el Valle de Antinaco (La Rioja), Formosa, Salta de la mano del Grupo Socma (Macri), así como en Choele Choel y el Idevi (Río Negro), para ampliar la frontera agropecuaria y la incorporación de tecnología para el riego de suelos áridos.
Es importante señalar que durante el año 2007 la burocracia del sindicato de la Federación Nacional de Trabajadores de Obras Sanitarias de la República Argentina (FENTOS), dirigida por Rubén Pereyra, se incorporó sin problemas a ITC. Ese mismo año el gobierno de Río Negro alcanzó un acuerdo con objetivos generales similares a los de hoy.
En 2008 Chubut entre FENTOS, Mekorot y el gobernador Mario Das Neves se realizaron estudios y proyectos de obras hídricas y de agua para riego. Un año después el ex gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli (hoy halcón de Milei), decretó de interés público un proyecto de saneamiento de aguas en La Plata y llamó a licitación en el marco del Régimen de Iniciativa Privada. El costo estimativo inicial era de 90 millones de dólares a cargo de los responsables del proyecto, contemplando la construcción y posterior operación de la planta hasta el repago total de la obra en unos 15 años, lo que implicaba al menos un 30% de aumento de la tarifa para los usuarios de la zona.Este acuerdo no pudo concretarse por las denuncias que suscitó. El plan pretendía integrar también a las localidades de Ensenada y Berisso.
Entre los años 2008 y 2009, en la localidad de Bahía Blanca se atravesó una fuerte crisis hídrica, situación que Mekorot vio como una oportunidad de negocios, y se prestó para tareas de consultoría, para el diseño de un “plan de emergencia” y para la futura construcción de una planta de reuso de líquidos cloacales y así destinar el agua reciclada al Polo Petroquímico. Mekorot diseñó la planta junto a la Empresa 5 de septiembre, ABSA aportó $150 millones para su financiamiento y el Ente Nacional de Obras Hídricas y Saneamiento (ENOHSA) otros $30 millones. El Sindicato de Obras Sanitarias de Buenos Aires (SOSBA), a través del 10% de las acciones correspondientes a los trabajadores de Aguas Bonaerenses S.A. (ABSA), prestaría el servicio en 80 localidades. En este negociado también participaron la empresa hispano-israelí Ashtrom BV y las constructoras platenses Mako y Eleprint.
En 2009 Mekorot posó sus garras sobre el armado y emplazamiento del Polo Industrial y Tecnológico de Bariloche. Y en Córdoba, el ex gobernador Juan Schiaretti, analizó en ese entonces la posibilidad de un acueducto entre el río Paraná y Córdoba.
A fines de 2010, nuevamente Daniel Scioli, buscó concretar el acuerdo para las plantas de Bahía Blanca y La Plata viajando al Estado de Israel. El intendente bahiense, Cristian Breintenstein, y el titular de ABSA, Guillermo Scarcela, fueron cómplices de este arreglo. En 2011 se anunció la firma de un contrato por 170 millones de dólares con Mekorot para construir una planta potabilizadora en La Plata. La Federación de Entidades Argentino Palestinas, con el respaldo de la red internacional Stop The Wall, junto a la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) y otras organizaciones iniciaron la campaña “Buenos Aires, las Aguas Bajan Turbias”, denunciando los crímenes de apartheid contra el pueblo palestino de Mekorot y el negociado en torno al proyecto. Se presentó un pedido de informes en la Legislatura a través del diputado Oscar Negrelli, de la Coalición Cívica. La movilización en la calle y el trabajo en los medios de comunicación lograron en 2012 la aprobación del pedido de informe en la Legislatura y luego la suspensión de la licitación en 2013. Sin embargo, el proyecto siguió avanzando y en 2016 inició su construcción. Ya en 2019 la ex gobernadora, María Eugenia Vidal, inauguró su primera fase.
En 2022, durante la presidencia de Alberto Fernández, por iniciativa del Ministro del Interior a cargo de Wado de Pedro y a través del Consejo Federal de Inversiones-CFI, siete provincias (Mendoza, San Juan, Catamarca, La Rioja, Formosa, Río Negro y Santa Cruz) firmaron convenios con la empresa para el diseño de sus planes maestros de agua y la modificación de su normativa para favorecer su privatización y mercantilización. “Queremos nacionalizar la gestión de los recursos hídricos. Tenemos un borrador en base a la experiencia de Israel, Estados Unidos y Australia, y al regreso del viaje discutiremos con los gobernadores las mejores opciones. Nuestra propuesta es que haya una sola autoridad del agua en el país”, dijo De Pedro a la salida de la planta Eshkol. De toda esta entrega del agua de nuestro país también participaron Malena Galmarini, ex presidenta de Agua y Saneamientos Argentinos (AySA) y José Luis Lingeri, integrante del directorio y nexo con las fallidas inversiones en La Plata y Bahía Blanca.
A principios de 2023 se realizó un acto oficial en Casa Rosada para formalizar los convenios, con la presencia del Embajador de Israel, el presidente de Mekorot y los titulares de las provincias firmantes, a las que se sumaron Santa Fe y Santiago del Estero. Con la llegada de Javier Milei se sumaron los gobernadores de Neuquén, Chubut y Jujuy, que anunciaron sus acuerdos con Mekorot, completando así la mitad de las provincias del país. El gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, que tanto posa de combativo frente a Milei, firmó en febrero de este año el acuerdo técnico con Mekorot para la elaboración de un “Plan Maestro” de gestión del agua. Las asambleas ciudadanas de la Provincia solicitaron tener acceso a la documentación del convenio ante la Cámara de Diputados provincial y la Secretaría de Agua y Energía riojana, pero no tuvieron respuestas.
Llegando a la actualidad, 2024, el alerta continúa, dado que muchos de los actores intervinientes en aquellos años siguen ocupando espacios de poder: Daniel Scioli es Secretario de Turismo, Ambiente y Deportes del actual gobierno de Javier Milei; Julio Castro, titular de SOSBA y de la Empresa 5 de Septiembre en aquél entonces, continúa a la cabeza del gremio; Mario Montoto, titular de la Cámara de Comercio Argentino Israelí, sigue profundizando los negocios del sionismo. En junio de este año el gobierno de Marcelo Orrego de Juntos por el Cambio, aprobó en la legislatura de San Juan (Ley N° 2661-L) un convenio de cooperación con Mekorot para “la realización de acciones de apoyo, estímulo y fortalecimiento para eficientizar el uso de los recursos hídricos de la provincia de San Juan”. La información estratégica sobre los recursos naturales de la provincia fue entregada por organismos oficiales como el Departamento de Hidráulica, el Instituto Nacional del Agua – Centro Regional de Aguas Subterráneas INA-CRAS, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria Estación Experimental San Juan, la Universidad Nacional de San Juan, entre otros.
Como vimos hasta acá, la gran parte de la dirigencia peronista, que se dice defensora de la soberanía nacional y de los más débiles, está metida hasta el cuello con la burguesía sionista y, por consecuencia, con el imperialismo norteamericano y europeo. No por nada el ex candidato a presidente, Sergio Massa, se postró de rodillas frente al sionismo incluyendo a Hamas en la lista de organizaciones terroristas. O cómo el rector peronista de la Universidad Nacional de San Martín, Carlos Greco, fue cómplice de que se aprobara en el Consejo Superior el proyecto mediante el cual se adhiere a la definición de antisemitismo promovida por la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto. Y no podemos dejar de mencionar que Cristina Fernández de Kirchner en su documento de 36 páginas publicado en febrero de este año pone a Israel como un ejemplo de excelente Estado en varias ocasiones, algunas citas son: “Quienes hemos estado en Israel pudimos ver, más allá de los conocimientos históricos y estadísticos, el rol fundamental y omnipresente que cumple el Estado en todas las áreas; desde la defensa hasta la agricultura, desde la tierra hasta el agua.”; “(…) el presidente Milei debería aprovechar su primera visita oficial a Israel para revisar algunos de sus diagnósticos en relación al rol del Estado y su importancia, como así también, a la idea de igualdad.”.
¿Cómo nos posicionamos los revolucionarios
ante esta situación?
De todo lo analizado hasta ahora, se desprende la defensa incondicional del pueblo palestino por parte de todo marxista consecuente, de la clase obrera internacional y del resto de los oprimidos. La liberación de Palestina se enmarca en la liberación del resto de los países sometidos al imperialismo yanqui, europeo y a la burguesía sionista. La clase obrera tiene que tomar en sus manos el sabotaje y el boicot a todas las empresas y gobiernos que realicen acuerdos con los capitales israelíes como un método de lucha. Pero sólo la revolución proletaria internacional, terminando con el dominio imperialista y con la expropiación de los medios de producción por los obreros podrá poner fin a toda la masacre y a toda forrma de opresión.
La tarea inmediata es la expropiación sin pago de toda la red hídrica del país en manos de las multinacionales y empresas tercerizadas, expulsando a la burocracia sindical que hace negocios con el agua en conjunto con nuestros explotadores, y que se hagan públicos todos los acuerdos firmados con el gobierno israelí. La clase obrera tiene que tomar en sus manos la tarea de estatizar y nacionalizar las plantas potabilizadoras, las represas y toda la red de cloacas bajo control obrero colectivo.
(nota de MASAS n°465)