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Todos a la marcha del 2 de octubre: Organicemos desde las bases la participación masiva

Rompamos todos los protocolos represivos

Debatamos cómo sigue el plan de lucha

Para el Gobierno no es esencial la educación, la ciencia y la tecnología, tampoco salud, vivienda, empleo, salario y jubilación

Para el Gobierno lo esencial es pagar la deuda externa fraudulenta y garantizar el saqueo del país por un puñado de corporaciones

Nos están empujando a una catástrofe social como muestran los terribles índices de pobreza e indigencia oficiales. Este Gobierno representa a menos del 1% de la población que se beneficia con sus políticas, son los Eurnekian, Roca, Elsztain/IRSA, etc., las petroleras, mineras, las grandes corporaciones que dominan la economía nacional. Para ellos toda la libertad para aumentar los precios y sus ganancias, para ellos rebaja y eliminación de impuestos, para ellos blanqueo y perdón de sus crímenes fiscales. El centro de su política es generar superávit fiscal para poder mostrar que podrá comprar los dólares para pagar la deuda externa y que evitará caer en default. Estas políticas potencian el sometimiento semicolonial del país

Milei expresa una tendencia mundial que busca arrancar todos los derechos y conquistas a los trabajadores y promueve el saqueo sin límites de nuestros recursos. Esa tendencia pisotea hasta sus formas democráticas de dominación y adopta formas dictatoriales, autoritarias, que pasan por encima de sus instituciones, de sus leyes, y necesita utilizar la fuerza del Estado para doblegar la resistencia que pueda encontrar a sus políticas, ilegalizando las protestas reprimiendo, eliminando los sindicatos, los movimientos de lucha.

Milei es la expresión de un capitalismo agotado que nos hunde en la barbarie, con desocupación y pobreza creciente, con guerras y saqueo en todo el mundo. Se ha alineado con los gobiernos y los partidos que mejor expresan esa barbarie. Se ubica junto a Netanyahu e Israel en el genocidio sin límites contra el pueblo palestino y en la guerra que libra en el Líbano y las potencias que financian y arman semejante ataque salvaje. Pide ingresar a la OTAN junto a nuestros verdugos de Malvinas. Apoya a Zelensky peón de EE.UU. y la OTAN, que convirtió a Ucrania en carne de cañón contra Rusia.

El Gobierno privilegia el pago de la deuda fraudulenta, de la que se beneficiaron unas pocas decenas de empresas y empresarios. Y quieren que la paguemos todos. Lo ha reiterado explícitamente en su mensaje del 15 de septiembre presentando el presupuesto nacional.

El Gobierno ha anunciado su veto a la Ley de Financiamiento Universitario aprobada en el Congreso el 13 de septiembre, que ajusta el financiamiento a las universidades de acuerdo a la inflación. El presupuesto nacional para 2025 asigna 3,8 billones para las universidades, la mitad de la suma requerida por el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) que había presentado un presupuesto de 7,2 billones para gastos salariales, de investigación, extensión y funcionamiento.

El anuncio del veto se enmarca en un ataque general a la educación, ciencia e investigación públicas. Junto a éste se encuentra la suspensión de la Ley de Financiamiento Educativo que garantizaba 6% del PBI para la educación media e inicial sumando Nación y provincias. También la suspensión de los pisos de financiamiento establecidos en la Ley 27.614 de Financiamiento del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación.

La política del gobierno, expresada en el presupuesto 2025, es la imposición del imperialismo que no tolera ni el más mínimo intento de desarrollo nacional. Tanto la Ley de financiamiento educativo, universitario y del Sistema nacional de Ciencia, tecnología e innovación expresan la continuidad de la política educativa y científica del nacionalismo burgués que no ha podido utilizar la capacidad científica del país para resolver los grandes problemas nacionales y que ha sometido a los intereses de multinacionales la investigación. Un sistema que se sostiene sobre la base de la precarización laboral (becas, contratos, docentes ad-honoren, tercerización), el autofinanciamiento que empuja hacia la privatización. Un sistema que ofrece a los estudiantes una educación repetitiva y al margen de la producción social.

Destruir lo que queda de la ciencia, la universidad y la educación públicas es un viejo anhelo de la clase dominante. No han podido avanzar más por las luchas encarnizadas de los trabajadores y la juventud en su defensa. Hoy el imperialismo, a través de Milei, amenaza nuevamente en desmantelarlas, minando más aún las condiciones para ser un país soberano. A este plan de desmantelamiento contraponemos la lucha por terminar con la descentralización del presupuesto y con la educación privada para poner en pie un sistema único estatal de educación.

Por eso es tan importante que los trabajadores de la educación, los jóvenes, los centros de estudiantes, los sindicatos, las centrales sindicales, los organismos de derechos humanos, etc. se movilicen unitariamente el próximo 2 de octubre en una Marcha Federal para pararle la mano al Gobierno y los empresarios. Como en abril cientos de miles ganarán la calle para decir ¡esto no va más!

Hoy tenemos la urgente tarea de defender la educación, la ciencia y la tecnología. Esta defensa es limitada sin un balance de qué clase se ha beneficiado. Todas las variantes patronales han sostenido el sometimiento nacional y tienen sus expresiones en los centros de estudiantes y consejos directivos. Defender la universidad es debatir que orientación debemos darle, cómo hacer para que estos recursos beneficien al conjunto de los oprimidos y no simplemente a los empresarios. Esto es lo que entra en disputa en el terreno de la autonomía universitaria. Es la política de la clase obrera de planificación de la producción, la que puede utilizar toda la potencialidad de la ciencia argentina para resolver los grandes problemas nacionales.

Esta convocatoria es la expresión de la predisposición de las masas a salir a la lucha, a pesar de la pasividad de las direcciones sindicales. La continuidad de las luchas sectoriales ha obligado a la burocracia que dirige la CGT a sumarse a esta convocatoria casi a último momento. La burocracia sindical busca contener este movimiento, orientarlo y así frenar cualquier intento de las bases de organizarse de manera independiente.

Este movimiento enorme es mucho más que la defensa de la universidad pública, el salario de los docentes y el presupuesto. Su extensión masiva y nacional concentra todos los reclamos democráticos, nacionales y sociales que la burguesía no puede resolver y que busca ahogar. Por eso habrá presencia masiva de jóvenes y jubilados, de trabajadores de distintos gremios, de los movimientos sociales.

Las distintas fracciones de burocracia que dirige la CGT y las CTAs tratarán de convencernos de que existe una salida dentro del capitalismo y su legalidad. Advertimos que no será votando que vamos a derrotar estas políticas. No queremos reemplazar a un Milei por otro parecido o parecido a los anteriores. No queremos más frustraciones, que no nos vengan otra vez con el cuento de elegir al menos peor. Cuarenta años de elecciones y de formas más o menos democráticas sirvieron para arrebatarnos una gran cantidad de derechos, para someter más al país y todo en nombre de la sacrosanta democracia. Mientras tanto el poder real seguía en manos de los mismos que bajo la dictadura genocida. Esos que buscan volver a instaurar una dictadura abierta, avanzando cada vez más sobre las libertades democráticas que tenemos que defender en las calles.

Es necesario señalar abiertamente estos peligros porque estos paros y estas movilizaciones, con todo lo poderosas y unitarias que son, están dirigidas por esas ilusiones. Ese movimiento se tiene que abrir camino en forma independiente, romper todos los diques de contención, superar todas las limitaciones de sus ilusiones, hacerse consciente que sólo puede triunfar si confía en sus propios métodos de lucha y organización, en su propia política, que apunte a derribar el poder de esas corporaciones que dictan la política.

Los métodos para que este movimiento adquiera independencia son los métodos históricos de la clase obrera. Docentes, estudiantes, investigadores tenemos que fortalecer nuestras asambleas para discutir los próximos pasos a seguir, construir desde abajo el plan de lucha, profundizar políticamente los debates y así dar una perspectiva radical a esta lucha.

Estos movimientos debieran estructurarse alrededor de un frente único antiimperialista que luche por la liberación de nuestro país rompiendo con el FMI y su programa, sus auditorias e imposiciones, que rompa con todos los acuerdos diplomáticos y militares con el imperialismo, que imponga el proteccionismo de nuestra industria, bajo control obrero; que luche por la estatización del comercio exterior y la banca; por la recuperación de los ríos y los puertos, los yacimientos y la industria hidrocarburífera desde la exploración hasta la comercialización; expropiando todas las fuentes de energía y su distribución; y la tierra en manos de la oligarquía. De ahí saldrán todos los recursos para planificar la economía al servicio de la mayoría oprimida. Sólo con esta política podremos desbloquear las fuerzas productivas y empezar a resolver los problemas más urgentes.

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