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El DNU 846 es un acto dictatorial del Gobierno desesperado por renegociar las deudas

En defensa de la Nación toda la deuda debe ser desconocida

Ya quiso intentarlo con la Ley Bases y tuvieron que retirarlo porque la mayoría de los legisladores no acordaba con levantar las restricciones a las condiciones de la renegociación de la deuda. Lo volvieron a intentar con el proyecto de Presupuesto 2025 al eliminar la referencia a esas restricciones. Milei-Caputo no quieren ningún control sobre las negociaciones porque saben que se hacen contra el interés nacional.

El DNU pretende emitir nueva deuda sin la intervención del Congreso y sin cumplir con la Ley 24.156 de Administración Financiera que requiere que cualquier renegociación debe implicar “…un mejoramiento de los montos, plazos y/o intereses de las operaciones originales”. El DNU por sí solo confirma las sospechas sobre las dificultades financieras que enfrenta el gobierno y también que las negociaciones en curso o las que se realicen son en beneficio de los bancos acreedores.

Este DNU también permite al Tesoro realizar canjes de títulos en pesos por otros en dólares.

Las restricciones legales intentaban evitar caer en situaciones ruinosas para el país como el megacanje de deuda en 2001 que incrementó la deuda en un 40%, con la excusa de evitar el default que no pudieron evitar (por esa maniobra fue acusado el actual ministro Federico Sturzennegger). Esto quiere decir que están dispuestos a aceptar nuevamente las peores condiciones que quieran imponer los acreedores.

Deben recurrir a la renegociación de la deuda porque saben que no la pueden pagar, que han fracasado todas las maniobras para conseguir los dólares que necesitan y no pudo acumular reservas en el Banco Central. Tampoco pudo bajar el llamado “riesgo país” para negociar en mejores condiciones porque los acreedores también saben del peligro de default. La desesperación los lleva a afirmar que ya tienen los dólares para pagar en enero, o que vendrán tantos miles de millones de dólares prometidos que no llegan nunca o enviar miles de millones en oro del BCRA a Inglaterra sin muchas explicaciones.

Presupuestan que el año próximo habrá un superávit importante del comercio exterior, pero como los exportadores liquidan el 20% de las exportaciones fuera del mercado oficial, ese excedente no impactará en el crecimiento de las reservas.

No reivindicamos al Congreso porque es responsable de avalar todo el endeudamiento fraudulento y rechazar las investigaciones sobre el destino de esos recursos. El ministro Martín Guzmán tuvo un rol destacado en esa entrega. Pero el Gobierno teme que el Congreso frene sus negociaciones o las ponga al desnudo y tenga que comprar más voluntades para hacer pasar un nuevo negociado.  

El Gobierno tampoco quiere explicar cómo se incrementó en 8 meses la deuda del Estado en 81 mil millones de dólares. La fracasada gestión de Milei hace desastres en todos los terrenos.

Recordamos que Luis Caputo y Federico Sturzenegger fueron responsables bajo el gobierno de Macride haber violado todos los procedimientos al tomar el extraordinario préstamo del FMI, las normas argentinas y las del Fondo. Por eso el FMI pidió la renuncia de Caputo. Hoy tienen un papel destacado en el gobierno de Milei. Como también Santiago Bausili, presidente del Banco Central, que fue secretario de Finanzas en el gobierno de Macri.

Detrás de estas negociaciones hay intereses particulares de los funcionarios que intervienen generando jugosas comisiones para los que intervienen en la negociación.

Toda la deuda externa e interna debe ser desconocida. No hay nada que renegociar con los buitres que se chupan toda la sangre del país.

(nota de MASAS n°466)

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