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EE.UU.: Gran huelga portuaria

La huelga masiva llegó después de meses de negociaciones entre el sindicato ILA que tiene 85.000 miembros y la Alianza Marítima de Estados Unidos (USMX), que representa a los principales operadores de transporte marítimo y portuario. El sindicato reclama ajuste salarial de U$S5 por hora en cada uno de los seis años del próximo contrato (un 70%), así como límites a la automatización en los puertos que podrían costar puestos de trabajo. Exigen también mejores condiciones de seguridad y horarios menos exigentes. En la costa este es la primera gran huelga desde 1977.

Los trabajadores de los puertos realizan un trabajo agotador y crucial. Los estibadores se oponen a la creciente tendencia de los operadores portuarios a aumentar el número de grúas y camiones sin conductor –que utilizan menos personas– para transportar mercancías desde los portacontenedores.

La patronal había declarado: “Nuestra oferta aumentaría los salarios en casi un 50%, triplicaría las contribuciones de los empleadores a los planes de jubilación de los empleados, fortalecería nuestras opciones de atención médica y mantendría las condiciones actuales en torno a la automatización y la semiautomatización”.

Los 50.000 miembros del sindicato que trabajan en puertos desde Maine hasta Texas han estado en huelga desde la madrugada del martes 1°, provocando el cierre de los principales puertos de las costas Este y del Golfo, deteniendo el flujo de la mayoría de las importaciones contenedorizadas hacia Estados Unidos, junto con muchas de las exportaciones, interrumpiendo las entregas de todo tipo, desde productos agrícolas hasta piezas de automóviles, desde bananas hasta licor, todo con la temporada de compras navideñas a menos de dos meses. Y esa escasez podría haber resultado en una mayor presión al alza de los precios.   

Los dirigentes sindicales sostienen que los grandes transportistas de carga mundiales han obtenido enormes beneficios desde que los problemas en la cadena de suministro durante la pandemia hicieron subir las tarifas de los fletes. Las ganancias de la industria superaron los US$400.000 millones entre 2020 y 2023. “Si tenemos que estar aquí un mes o dos meses, este mundo se derrumbará” dijo un dirigente del ILA.

Varias industrias se prepararon para la huelga, habiendo pedido productos con anticipación cuando se hizo evidente que el paro podría comenzar y temían impactos más graves si duraba varias semanas. Las empresas de transporte por carretera y otras empresas de logística se apresuraron para sacar la mayor cantidad posible de productos de los puertos antes de una posible huelga. La CNN advertía que “puede convertirse en uno de los paros más perturbadores de los últimos tiempos”.

Los grupos empresariales, incluida la Cámara de Comercio de Estados Unidos, reclamaron al presidente Joe Biden a intervenir utilizando la Ley Taft-Hartley de 1947, que ordene a los huelguistas volver al trabajo, para buscar un “período de reflexión” de 80 días que obligaría a los trabajadores portuarios a permanecer en el trabajo. Biden dijo que no invocaría la ley para bloquear la huelga ya que podría perturbar las relaciones con los sindicatos 35 días antes de las elecciones, cuando Kamala Harris busca el mayor apoyo sindical contra Donald Trump. Pero Biden advirtió con dureza del “desastre de origen humano” causado por la huelga y reclamó llegar a un acuerdo “para evitar importantes repercusiones económicas”, comparando la huelga con los desastres naturales.

Lograron un acuerdo de salarios y volverán a trabajar el viernes 4, ya que el sindicato Asociación Internacional de Estibadores (ILA) y el grupo que representa a las líneas navieras, operadores de terminales y autoridades portuarias alcanzaron un acuerdo tentativo sobre salarios acordando extender el contrato que venció el 30 de septiembre hasta el 15 de enero.

El acuerdo tentativo necesita ser ratificado por los miembros de base de la ILA antes de que entre en vigor. Pero con barcos varados en el mar sin poder entrar a los puertos de EE.UU. para descargar y cargar mercancías, el sindicato acordó que los trabajadores regresen al trabajo el viernes. Si los miembros del sindicato votan en contra del acuerdo, la huelga podría comenzar nuevamente. Y tal rechazo de un acuerdo laboral tentativo ya ha ocurrido.

Esta lucha de los estibadores portuarios demuestra el poder de la clase obrera, poder que no reside en la cantidad de trabajadores sino en su papel decisivo en la cadena de producción, en su concentración y forma de trabajo colectivo. Su lucha amenaza la economía del país como lo expresan los comunicados patronales y del Gobierno. También tienen fuerte repercusión la huelga de los trabajadores de la Boeing y otros sectores. Es una muestra de cómo sigue creciendo la actividad sindical en EE.UU. en los últimos años, recuperando los métodos de acción directa para resolver sus reclamos. Es necesario poner en pie el partido revolucionario de la clase obrera que luche por terminar con la explotación capitalista, que dé expresión consciente a las luchas que se profundizan y extienden. Que termine con ese monstruo en decadencia que es EE.UU. que exporta guerras por todo el mundo para recuperar una hegemonía perdida y puede desencadenar la 3ra Guerra Mundial.

(nota de MASAS n°466)

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