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La lucha en la picacita está dando frutos

En el valle de Picún Leufú los campesinos continúan, como desde hace 24 años, enfrentando los problemas de la falta de agua proveniente del canal la “picacita”. Es una situación reiterada, pero que la actual comisión de la margen derecha viene dando batalla frente a los diferentes organismos provinciales y municipales responsables de las obras de infraestructura correspondientes a la llamada picacita.

Integrado por 126 chacareros de la margen derecha y con el consorcio de la margen izquierda conforman un total de 280 pequeños productores en su mayoría, aquellos consiguieron que se realizaran algunas obras en el tiempo de monda (etapa sin riego), tanto desde recursos hídricos de la provincia, la cuadrilla de riego, el municipio y los campesinos organizados vienen trabajando para el periodo de riego. Debemos aclarar que el canal contiene aguas provenientes de los deshielos, por lo cual según sean las nieves anuales, el recurso está en mayor o menor disposición, es allí cuando requiere la utilización de las bombas para suplir el circulante natural. Actualmente este sistema tiene una superficie bajo riego de 2.500 hectáreas, siendo el cultivo preponderante la alfalfa para corte y enfardado (aproximadamente el 93 por ciento de la superficie bajo riego está cultivada con alfalfa).

Es muy claro que la “demora” en la puesta en funcionamiento de la picacita es parte de las políticas de los gobiernos patronales que ven el “negocio” en el petróleo y no en la actividad agrícola. En sentido el canal podría ampliar su influencia hacia otras chacras (El Sauce y Cerro León), aprovechando los desniveles naturales y evitando el gasto de energía e insumos, que implica los 27 metros de bombeo. Por ello la transformación del canal implicaría discutir la posición de la tierra, la organización colectiva de los chacareros, y con ello potenciar un sector agrícola autosustentable.

Es claro que impulsar a los campesinos, del Limay Medio, no es jugada que a los gobiernos provinciales les agrade, porque saben que no se trata de un beneficio solo de los productores de la tierra, sino también tendría alcances de otras demandas de pobladores independientes de las dádivas y contubernios de la política patronal que no quiere perder el control de la situación. Este empoderamiento de los picunenses podría elevar demandas educativas (como la creación de una EPET y una EPEA) escuelas técnicas, un hospital acorde a las demandas de la población y planes de vivienda entre las posibles derivas, de un valle que podría ser revolucionario.

Finalmente, entendemos que es la lucha comunitaria de la clase campesina unida y con los distintos actores sociales de Picún Leufú y alrededores los que darán la pelea para lograr el despegue definitivo, para una localidad que tiene todos los gérmenes para brotar de manera emancipatoria de la política burguesa.

(nota de MASAS n°466)

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