Bolivia: el supuesto intento de asesinato de Evo Morales, un nuevo capítulo en la lucha interna del MAS
Todo indica que se trató de una operación fallida de la policía por detener a Evo Morales y que éste, después, ha aprovechado para montar un teatro sobre que se trató de un intento de asesinato.
El montaje para victimizarse buscando caldear más los ánimos de los cocaleros fanáticos que mantienen tercamente los bloqueos, es tan burdo que no aguanta el menor análisis sobre que se trata de una farsa más de este desquiciado angurriento de Poder.
El descontento es generalizado, desde todos los sectores de la población, empresarios, transportistas, gremiales y la población en general, exigen al gobierno que acabe de una vez por todas con los bloqueos por la fuerza, recurriendo, si la policía no puede con los bloqueadores, a las FF.AA. Situación a la que el gobierno no quiere llegar en la esperanza de que el bloqueo se agote por cansancio. Los evistas buscan la represión con la idea que el bloqueo “tiene que alimentarse con sangre”. En su delirio por el poder los evistas todavía creen que cuentan con el apoyo de esas masas frustradas en las ilusiones que el Evo indígena despertó en ellas.
Las grandes mayorías empobrecidas del país están soportando estoicamente, hasta el momento, las consecuencias de esta fratricida lucha interna del MAS que agrava cada día más el peso de la crisis económica sobre la población, esperando que el conflicto se resuelva de alguna manera. Pero, en la medida que el conflicto se prolonga y el gobierno no encuentra la forma de resolverlo, el malestar social, la furia contenida de las masas, puede estallar en cualquier momento.
Los evistas buscan definitivamente la caída del gobierno, Evo ya no tienen nada que perder, está políticamente muerto, lo único que ya busca es a arrastrar al gobierno a la tumba junto con él.
La crisis política a la que ha llegado el país, con un Estado en quiebra, la situación cada día más insoportable para las masas y la incapacidad de todas las expresiones políticas de la clase dominante para dar respuesta a las necesidades de las masas empobrecidas, proyectan la situación política del país hacia una situación que ponga en el centro de la lucha el destino del poder burgués, ante la imposibilidad para la clase dominante de mantener inmutable su dominio. Pero no basta con que “los de abajo” ya no soporten la crisis y que “los de arriba” tampoco puedan resolverla, para que la situación derive en una situación revolucionaria, es necesario que a las condiciones objetivas se sumen las subjetivas, es decir, la capacidad de la clase revolucionaria de colocarse a la cabeza de la rebelión de las masas y la presencia del partido revolucionario que ejerza la dirección estratégica y táctica de la lucha.
Nos corresponde volcar todos los esfuerzos hacia la reconquista del proletariado y las masas para lograr una salida revolucionaria a la crisis que es estructural.
De otro modo, la rebelión de las masas se verá frustrada y, la vieja derecha, con el apoyo del imperialismo, buscará imponer una salida neoliberal a la crisis, descargando medidas antinacionales y antipopulares sobre el país y las espaldas del pueblo. Levantar la subvención a los carburantes, devaluar la moneda, flexibilización laboral, libre exportación para los agroindustriales, apertura total a la inversión imperialista para apropiarse de los recursos naturales a cambio de rentas miserables, elevación del costo de vida, despidos masivos en el sector público, disminución del gasto público en educación y salud, etc.; al estilo Milei en la Argentina, agravando la miseria de las mayorías ya empobrecidas y el atraso en el país.
Masas n°2812, POR de Bolivia